El ocho veces campeón del mundo ha sido objeto de muchas críticas y parece que se olvida las circunstancias en las que se encuentra desde hace demasiados años. El calvario de Marc Márquez desde que sufrió el terrible accidente en Jerez 2020 es algo que muy pocos han tenido la mala suerte de vivir. El piloto de Cervera lleva inmerso en un cúmulo de lesiones que ha provocado que el asombro que levantaba en casi todos los que amamos este deporte se haya diluido en cierto modo. De hecho, el accidente que provocó en Portimao levantó una ola de críticas muy duras y pocas veces vistas hacia el siete veces campeón del mundo. Como dijo Harvey Dent en Batman: El caballero oscuro cuando su rol cambia drásticamente: «O mueres como un héroe, o vives lo suficiente para ver cómo te conviertes en villano».
La diferencia es que el odio hacia el «tro de Cervera» ha sido desmesurado desde el inicio de esta temporada. Los silbidos que se vivieron en Portugal después del accidente con Oliveira no se vivían desde el Sepang de 2015 cuando el accidente de Rossi con Márquez puso todos los focos de nuevo en el motociclismo. A nivel de audiencias eso dio alas al deporte, pero el nivel de forofismo y rabia hacia unos y otros carecía de sentido común. La situación en Portimao nos hizo retroceder un poco a esa sensación que para los que siguen el deporte desde hace muchos años no gusta en absoluto.
Que Marc Márquez es un elegido no puede ser objeto de discusión. El catalán es el piloto con más poles de la historia en la categoría reina, ya es el piloto de Honda con más victorias de la historia y «tan solo» ganó seis de los primeros siete campeonatos que disputó en MotoGP. No se pasa de ser considerado para muchos el mejor de la historia a descartarlo para cualquier título en el futuro de la noche a la mañana.
Lógicamente pensar en el noveno título es muy descabellado. Por las deficiencias de la moto primero y sobre todo porque él no está bien físicamente y tampoco en el punto álgido a nivel de confianza. No se debe pasar por alto que si no fuera por la victoria de Rins en Austin, la marca de la ala dorada seguiría inmerso en una de las peores rachas que se recuerdan de la marca japonesa. No conseguían un triunfo desde Misano 2021, y fue el propio Marc el que puso el sello a esa victoria. Se quedaron fuera de los puntos en alguna carrera de 2022 y de eso hacía casi cuatro décadas. Casi nada.
Y luego está el aspecto mental ya mencionado. La presión a la que es sometido Marc, incluso por él mismo, lo está quemando a pasos agigantados. El recién estrenado documental All In así lo refleja. Está cansado de lesión tras lesión. Admitió pensar en la retirada sin apenas llegar a la treintena. Esto para un piloto que llevaba tantos años en el olimpo implica una dureza a la que muy pocos deportistas están acostumbrados. Y claro, está es la cuarta temporada consecutiva en la que Márquez se pierde mínimo una carrera. No se le puede pedir la máxima exigencia a una persona que está viviendo este martirio.
«Ahora estoy bien, me lo preguntas hace seis meses y la retirada era una opción grande», explicaba en el programa Viajando con Chester en el pasado mes de febrero. «He sufrido más por la incertidumbre de lo que iba a pasar», argumentaba poco después para Antena 3. «El dolor era tan constante que me hizo temer el adiós». En otra entrevista en El Mundo explicó que había tocado el infierno pero que ahora quería volver a la gloria. Es decir, con cada medio que hablaba recalcaba lo sufrido. Pero a la que sale a la pista y comete el primer error del año se le cose a palos.
Pero es que el 93 nos tenía mal acostumbrados. Realizaba tales hazañas con esas salvadas de más de 60 grados, ganaba después de estar semanas lesionado, etc, etc… No hay que olvidar que en Sachsenring 2021 ganó después de estar más de una temporada KO. Fue la primera Honda en ganar desde 2019. Esto refleja lo que le echa de menos Honda cuando no está, aunque eso es abrir ya otro melón muy extenso. Después de firmar todo esto a la primera que ha vuelto sin ser el mejor con diferencia nos parece extraño y a los que ya no les acababa de convencer su protagonismo han aprovechado para salir al ataque.
El estilo ahora es el problema
Si por algo se caracteriza Márquez es por dar siempre el 100% en cada carrera sea cuál sea la situación. Que a veces sobrepasa el límite tampoco es algo que se esconda. Y eso ya le ha pasado factura en varias ocasiones. Pero no deja de ser su esencia y pedirle a un piloto que cambie por completo no tiene ni pies ni cabeza. ¿Qué se puede pulir para que no vaya a peor la situación? Por supuesto. Faltaría más. Pero, ahora bien, no se debe esperar un Marc comedido si tiene opciones delante.
Porque esa hambre por ganar le ha llevado a ser conocido como lo que es: un fuera de serie que puede gustar más o menos. Pero las masas que ha movido el español solo son parecidas a las que ha movido un tal Valentino Rossi. Son dos titanes que han sido emblema de este deporte. Precisamente su rivalidad explica parte del odio del que estamos hablando. Sin embargo, lo que intentamos detallar es que sin esa agresividad, la época que ha marcado Marc en la segunda década del siglo XXI, una de las épocas que más ha maravillado al mundo, no existiría.
Y aunque duela algunos el rol de Márquez en este Mundial sigue siendo un rol importantísimo. Tras la marcha de Rossi y su lesión, la caída en las audiencias y las asistencias a los circuitos ha caído drásticamente. Hasta tal punto que la organización optó para incrustar un nuevo modelo de fin de semana que ha roto todos los esquemas previamente establecidos. La generación de Bagnaia y Quartararo ha llegado pisando fuerte con los dos últimos mundiales pero el poder de Márquez y la forma en la que regrese sigue siendo una de las mayores atracciones de este deporte. Que él no esté no hace ningún bien al campeonato, guste o no.
El futuro lleno de incógnitas
La gran pregunta que nos hacemos todos es si será posible volver a ver al Marc Márquez que conocimos hace años. Y la verdad es que es una incógnita. Lo que sí se puede asegurar es que él aprende de sus errores y no repetirá acciones inconscientes que puedan acabar de matar cualquier esperanza. Como no recordar esas flexiones que se marcó solo cinco días después de romperse el húmero en Jerez 2020. Esa imagen no se volverá a repetir porque las consecuencias han sido devastadoras para el de Honda.
Por lo tanto, Marc es muy consciente que lo primero es la salud. Bajar al infierno con las lesiones tiene sus puntos «favorables» y pasas a ser muy consciente de tus límites. «Vida solo hay una», ha dicho Márquez en cantidad de ocasiones desde entonces. «Cuando eres joven no te piensas las cosas tanto como cuando sufres una lesión del tipo de las que he tenido». Así que no debemos sorprendernos si se lo toma todo con más calma. Ya no solo hablamos de vuelta de sus lesiones, sino también de adelantamientos al límite como el que le hizo a Lorenzo en Jerez o a Rossi en Laguna el año de su debut. Pero que nadie dude que si tiene hueco lo va a probar.
¿Volverá a ganar un Mundial? Otra pregunta sin respuesta. Si sigue en MotoGP es porque ama la competición y se ve capaz de luchar por lo máximo de nuevo. Falta que la suerte y la moto acompañen a esa voluntad. No es nada descartable un cambio de colores cuando el contrato con Honda expire después de 2024. Marc es agradecido, pero también exigente. El talento lo sigue teniendo porque es algo que no se pierde. Nosotros, como aficionados a este deporte, solo podemos cruzar los dedos para ver su mejor versión, ya que eso siempre significa espectáculo del bueno.
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