Para lo bueno y para lo malo, Vinicius fue el protagonista de la final de la Copa del Rey con permiso de Rodrygo, que marcó los dos goles a Osasuna. Y no es la primera vez. Ahora mismo, no hay un jugador tan determinante como él, tan impredecible ni tan volcánico. El catálogo de regates, cabalgadas y habilidades técnicas que mostró en Sevilla fue sensacional, pero se marchó al vestuario con una amarilla y en claro riesgo de ver otra, absolutamente desquiciado. Le calmaron en la banda Lucas Vázquez y Nacho y a la salida del túnel las cámaras de televisión mostraron a Carlo Ancelotti pasándole el brazo por el hombro, arropándole. Tras el partido Florentino Pérez, en declaraciones a TVE, pidió protección para su estrella: «En su puesto es el mejor del mundo, es difícil pararle y los que le defienden cometen muchas faltas, protesta y le sacan tarjeta a él. No lo entiendo. Hay que defender a los jugadores que dan mucho espectáculo y hacen más bonito el fútbol». Lo malo, para Florentino y para el Real Madrid, es que tiene toda la pinta de que a Vinicius hay que protegerle, sobre todo, de sí mismo.
Que le hacen muchas faltas es un hecho y las estadísticas así lo reflejan. Con 117 es el que lidera la tabla de jugadores que más recibe seguido por el rayista Isi Palazón con 90, así que no es una percepción suya ni de su presidente. Pero igual de real es que se enreda en debates inútiles con los árbitros ante los que gesticula, aplaude y vocifera, que exagera caídas, que se enfrenta con la grada o con los rivales y que tiene momentos en los que está más fuera del partido que dentro, perdido en sus reclamaciones y discutiendo hasta con su sombra, frenético, incapaz de controlar sus impulsos y sus emociones. Los que le defienden atienden sólo al primer argumento, el de las faltas y lo bueno que es. Los que le desprecian al segundo. Y ambos bandos tienen razón, pero se niegan a completar el dibujo: el de un futbolista sensacional al que se le va la pinza.
Vinicius es su máximo enemigo, capaz de lo mejor y de lo peor, una diana fácil para los adversarios que ya saben cuál es la mejor manera de desactivarle porque es de mecha corta. Y sin él -o con él de los nervios- el Real Madrid no es el mismo porque no hay un jugador ya no en el club blanco, sino en el mundo, como él. La clave está entonces en que aprenda a controlarse, a gestionar sus emociones, a no caer en provocaciones, a bloquear sus impulsos y centrarse en lo que sabe hacer, que es mucho y bueno, pero como a Jessica Rabit parece que le han dibujado así y no puede evitarlo. Al menos por ahora.
Si genera tanto debate y acapara tantos titulares es porque se le admira y teme tanto o más como se le menosprecia por su carácter y comportamiento. Por el momento no es capaz de disociar una cosa de la otra; es más, parece que van unidas, que no hay un doctor Jekyll sin míster Hyde. Que la misma adrenalina que le convierte en un diablo capaz de dejar plantados a dos defensas en un palmo de terreno pegado a la cal, que la misma gasolina que le permite seguir corriendo con idéntica capacidad explosiva en el minuto uno y en el 90, provoca que pueda quemarse a lo bonzo porque no sabe apagar y encender el interruptor. Que Carlo Ancelotti, con sus maneras de padrazo, no haya podido lograr el equilibrio es una mala noticia, aunque alguna ascendencia tiene sobre el brasileño, como se pudo comprobar en Sevilla, porque el Vinicius de la segunda parte no fue el destornillado de la primera después de pasarle el brazo por el hombro.
En la eliminatoria de semifinales de Champions ante el Manchester City, que comienza este martes en el Bernabéu, el Madrid va a necesitar mucho, muchísimo, a Jekyll y nada a Hyde, pero es un misterio si será capaz de mantener a raya a su alter ego. Sólo él tiene la respuesta.
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«Vinicius es su máximo enemigo, capaz de lo mejor y de lo peor, una diana fácil para los adversarios que ya saben cuál es la mejor manera de desactivarle porque es de mecha corta.»
Pues lleva 22 goles y 21 asistencias este año, lo están desactivando jodidamente mal.
Esperáis que la gente pague algún tipo de subscripción, cuando artículos de opinión como este, te los firma cualquier twitero antimadridista indocumentado?.
Es lamentable el nivel últimamente. Se echa mucho de menos a la bola original, que jamás habría permitido que 4 párrafos panfletarios se publicasen en esta revista
Vuelvo a hacerle las mismas preguntas, Gemma y compañía, que usted se niega a responder mientras sigue erre que erre subida a esa corriente racista y antimadridista, a esa campaña asquerosa e interesada que se dedica a acosar incesantemente a Vinicius Junior:
1. ¿Por qué cree Ud. que siendo de largo el jugador que más faltas recibe en La Liga, eso no se traduce en amarillas o expulsiones de rivales y es en cambio el futbolista más amonestado de las ligas europeas? (12)
2. ¿Por qué cree Ud que esto solo le ocurre en la liga española, mientras que en Europa, Vinicius es un jugador nada conflictivo, con sólo una amarilla recibida en 10 partidos y un comportamiento intachable vs Liverpool o Chelsea?
3. ¿Por qué ponen Uds a Vinicius en el foco constantemente, cuando el comportamiento de otros jugadores como Luis Suárez o Diego Costa era bastante más marrullero y sucio y sin embargo mucho más tolerado por arbitraje y mejor tratado mediáticamente?
4. ¿Por qué se sacan más artículos sobre las supuestas provocaciones de Vini, que sobre la corrupción reinante en el fútbol español y su arbitraje? ¿Qué le parece que Latre, Sánchez Martínez, Clos Gómez y Hernández estén siendo investigados por su patrimonio, curiosamente algunos de los árbitros que más han perjudicado al Madrid? ¿Qué le parece que el árbitro mejor valorado por UEFA o FIFA, que pitará el Milan-Inter se semis, no le den partidos importantes en la Liga (clásicos, final de Copa)
Ruego que se plantee estas preguntas y trate de responderlas, si puede.
Yo pensaba que el periodismo de verdad consistía en ir más allá, en preguntarse los por qués de las cosas, el huir de la noticia fácil y el evitar juntar 3 párrafos para sumar un artículo más a las campañitas de acoso que estén de moda en el momento. Y pensé que Jot Down encarnaba ese periodismo honesto, más trabajado y llevado con cuidado y mimo. Pero últimamente no dejo de llevarme decepciones, y aquí sigo por nostalgia o por cariño y también por las entrevistas que siguen siendo maravillosas y los artículos de tenis que aunque escasos también son una maravilla.
Ni siquiera voy a pedir que lo protejan o lo defiendan de la caterva de envidiosos, provocadores, racistas y pobres diablos que se dedican a insultar y calentar a este chico brasileño que nos deslumbra con su fútbol, su alegría, su sonrisa. Por favor, solo pido que le dejen tranquilo. No lo espero del chiringuito, Twitter y cía, pero sí de medios «serios». Lo digo alto y lo digo claro: dejen en paz a Vini.
Gracias
Hay que proteger a Vinicius: (1) de la violencia física y verbal de jugadores rivales y aficionados (en Liga española); (2) de las campañas periodísticas destinadas a convertirle en un jugador odiado y (3) de su falta de inteligencia emocional, entrando al trapo de provocadores y canallas en demasiadas ocasiones. Lo mejor sería no entrar en su juego, pero es joven, ya aprenderá.
Ahora, el juego de trilero de la prensa de convertir a la víctima en culpable es digno de una distopía de Orwell
Excelente artículo y menudos comentarios de la forofada madridista.
Si bueno, el articulo es una locura; excelente se queda corto… tu eras de los listos en el colegio, ¿a que si?
No hombre , los listos eran los tipos como tú, aunque en compresión lectora flojeabais un pelín.
Qué osado Vinicius, no dejándose avasallar. Qué falta de vergüenza, qué poco saber estar, no aceptando que le insulten y le falten al respeto. Cómo se atreve a revolverse. Debería aceptar y asumir que le desprecien, encajar las patadas, los insultos racistas, las provocaciones constantes sin rechistar. Chsssst quieto! Sienta eso es, así sí, buen chico. Callado y sumiso, eso le gustaría a Gemma y todos, claro que sí.
Pues va a ser que no
No necesita que le protejan de sí mismo ni mucho menos monsergas condescendientes. Es un buen chaval.
https://as.com/futbol/videos/el-reencuentro-de-vinicius-y-lucas-torro-que-no-se-vio-tras-el-final-del-partido-en-sevilla-v/
Hola Gemma
Tras otro partidazo en Europa (uno más), con un Vini imperial, destacando en lo futbolístico y sin ninguna polémica o revuelo, vuelvo a preguntarle:
¿No se empieza a plantear usted que quizá de lo único que hay que proteger a Vinicius es de la caterva de jugadores marrulleros y provocadores de medio pelo que habitan nuestra Liga, de los corruptos árbitros que todo lo toleran, y los estúpidos y volubles periodistas que escribe artículos basura como este validando un relato falso y manipulador?
Y si no es así, ¿podría darme una explicación alternativa a por qué Vini solo tiene problemas en La Liga? Y no me diga que es porque no «provoca». Hoy hemos visto hasta una lambretta.
Gracias
«La clave está entonces en que aprenda a controlarse, a gestionar sus emociones, a no caer en provocaciones, a bloquear sus impulsos y centrarse en lo que sabe hacer.»
Ni se contempla la posibilidad de que el problema sean las provocaciones, y que la solución pueda pasar por acabar con ellas. Se asume (aún peor, se justifica) que esas provocaciones van a continuar, que forman parte del deporte, se les da cobijo y amparo independientemente de la lamentable imagen que se transmita de la liga o de que nada tengan que ver con el deporte y mucho con el matonismo.
Por supuesto que Vinicius tendrá que mejorar cosas, por su bien y el del equipo en el que juegue, pero poner el acento en sus reacciones y no en las provocaciones es como mirar el dedo y no la luna.
Menuda bazofia de artículo.
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