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Dirk Nowitzki: «Me daba igual un millón arriba o abajo, renuncié a salario por mi verdadero objetivo: ser campeón»

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Dirk Nowitzki (Foto: Cordon Press)
Dirk Nowitzki (Foto: Cordon Press)

El mejor jugador de baloncesto alemán de todos los tiempos, Dirk Nowitzki, ha pasado por el podcast de Philipp Westermeyer, un youtuber que no se dedica al mundo del deporte, sino al de la economía. El porqué es interesante. Nowitzki disputó 21 temporadas en la NBA con Dallas Mavericks, fue 14 veces al All-star y 12 al All-NBA, logró vencer a los Miami Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh en la final de 2011 y fue considerado el MVP de esos partidos, también llegó a ser el primer europeo en lograr un MVP de la temporada regular y, además, llevó a Alemania a la plata del Eurobasket de 2005; si bien es un monstruo del baloncesto, hay un dato en su biografía que le diferencia todavía más del resto. Nowitzki renunció a su salario en más de una ocasión para ayudar a su club a fichar. La idea para él no era ganar más o menos dinero, sino un plan a largo plazo de llegar a ser campeón y la única manera era tomar esa decisión. Muy poco frecuente en el mundo del deporte.

Cuando fue acumulando récords y logros en su carrera, pronto su atención se fue desviando hacia lo colectivo, explica: «Al principio, se trata de metas personales, quieres llegar, quieres un contrato, quieres ser importante, pero cuando ya has logrado todo eso, tu enfoque se dirige completamente al equipo. Es un ‘sí, quiero, queremos ganar el campeonato’».

Y el triunfo no dependía tanto de él como de conseguir un equipo competitivo. Así que no quiso ser un obstáculo y renunció a el salario que podía exigir: «Para mí era importante tener un buen equipo, por eso renuncié a algo de salario para tener mejores jugadores a mi alrededor y plantearnos el objetivo de ganar ese campeonato. Solo quería un buen equipo. Me daba igual ganar un millón arriba un millón abajo, mi verdadero objetivo era ser campeón». Y mereció la pena: «El título de 2011 fue, por supuesto, mi mayor éxito, nunca lo olvidaré. Ese campeonato fue el punto culminante de mi carrera».

Dirk Nowitzki (Foto: Cordon Press)
Dirk Nowitzki (Foto: Cordon Press)

Ahora queda analizar si fue por altruismo o por una estrategia muy bien pensada. Dice: «Sabía que si era inteligente, tendría suficiente dinero para toda mi vida, para mis hijos y probablemente para más generaciones. Nunca se trató de ganar más dinero aquí o allá, de conseguir un millón más».

Lo cierto es que con el dinero que liberó del presupuesto salió un equipo muy competente: «Nuestro equipo llegó a ser excelente, no había solo una o dos superestrellas, todos los jugadores contribuyeron un poco. Cada uno aportó algo. No podría decir si Jason Kidd fue el más importante o si fue Jayson Terry desde el banquillo, que estuvo increíble, o si se trató del gran Tyson Chandler, que fue crucial para ganar el campeonato».

Antes nada había sido fácil. El ritmo de la NBA, los viajes, la intensidad de la temporada, la acumulación de partidos –llegó a jugar seis por semana- y la adaptación a Estados Unidos le sumieron en un bache y, con el nivel de exigencia al que se estaba enfrentando, empezó a sentir algo extraño hasta entonces, falta de confianza: «Fue muy difícil, me estaba tambaleando, me sentía un poco inseguro». Quizá ahí empezó a gestarse en él la mentalidad de equipo que luego llevó a gala bajándose el sueldo: «Fueron sobre todo Steve Nash y Mike Finley, me abrieron muchas puertas, me ayudaron. Cuando me sentía solo en el hotel, me sacaban a comer o al cine. Me apoyaron dentro y fuera de la cancha. Al principio, me ayudaron muchísimo. Siguen siendo mis mejores amigos 20 años después».

Dirk Nowitzki (Foto: Cordon Press)
Dirk Nowitzki (Foto: Cordon Press)

Tampoco ayudó que la primera temporada de Nowitzki en la NBA fuera la del lockout, el cierre patronal entre el 1 de julio de 1998 y el 20 de enero de 1999. Como no hubo un acuerdo para el nuevo convenio colectivo, la liga suspendió sus operaciones y no se permitía a los jugadores ni jugar ni entrenar mientras se resolvía el conflicto. El alemán no pudo ni firmar el contrato ni empezar a jugar, tal y como tenía previsto. Le salvó que se pudo volver a Alemania provisionalmente: «Lo bueno fue que aún no tenía contrato, así que pude quedarme en Würzburg para prepararme y entrenar».

No era el mejor lugar tampoco, allí había tenido problemas antes con sus compañeros. Todo empezó cuando Nowitzki jugó el partido Nike Hoop Heroes Tour de 1998 donde se enfrentó a Barkley y Pippen. Lo hizo tan bién que de ahí fue directo al Draft de ese mismo año: «Jugué bien. El equipo del Resto del mundo derrotó por primera vez a uno estadounidense, fue una gran sorpresa. Y lo vio todo el mundo, se retransmitió por ESPN 2 y había muchos scoutters y directivos de la NBA presentes. Ese partido cambió mi vida de la noche a la mañana. El teléfono no paró de sonar».

Y así llegaron los problemas con los compañeros del entonces DJK Würzburg: «Estábamos jugando las rondas para el ascenso, durante cinco o seis años ya habíamos intentado llegar a primera, pero siempre nos quedamos cortos en las rondas de ascenso. Ese año, sin embargo, éramos los favoritos para ascender. Habíamos hecho una temporada muy buena, teníamos un gran equipo, pero en ese momento me llegó la invitación para ese partido. Tenía que estar fuera una semana. Pensé en no ir, pero Holger (Geschwindner) me dijo que fuera: ‘es una buena oportunidad para que te presentes en América’, me dijo».

Dirk Nowitzki (Foto: Cordon Press)
Dirk Nowitzki (Foto: Cordon Press)

Compinchado con él, tomó una decisión que pudo afectar gravemente a su reputación de no haber salido tan bien el plan. No le dijo nada a nadie e hizo las maletas: «Me fui sin avisar. No es mi estilo, pero si hubiese preguntado, el club no me habría dejado ir, así que no me quedó más remedio que hacer esto. Me llegó que algunos compañeros del equipo se habían enfadado mucho, porque, claro, en sus contratos había una prima por ascenso y yo me había ido sin avisar. No fue lo más elegante, pero, aunque no estuve, ascendieron».

Holger Geschwinder no solo le apoyó y animó a que se saltara todas las normas y se presentara en ese partido crucial para el resto de su vida, también tuvo mucho que ver con sus condiciones: «Mientras que en los 90 a la mayoría de jugadores grandes les dejaban cerca del aro, con entrenamientos de fuerza y a capturar rebotes, a mí Holger me enseñó un juego diferente en el que los más altos también pueden lanzar y también pueden moverse». Todo ello después de que estuviera jugando al baloncesto porque le habían rechazado en un equipo de tenis: «Estaba en un campamento de entrenamiento y, como era muy delgado, hicimos unos ejercicios de resistencia. Me pidieron que hiciera diez flexiones, pero apenas logré hacer dos. Al final del fin de semana, me dieron un informe en el que ponía que era un poco débil y que no estaba en buena forma».

No obstante, el verdadero punto de inflexión en su baloncesto se produjo, explica, cuando Mark Cuban se hizo propietario de los Dallas Mavericks. Antes de su llegada, los jugadores tenían que comer por su cuenta después de los partidos, algo impensable en la elite de hoy: «Mark estaba totalmente comprometido, nos apoyaba al cien por cien, cambió la atmósfera, nos compró un avión privado, antes siempre íbamos en vuelos chárter. También nos puso en hoteles mejores y por fin nos puso comida después de los partidos. Antes no había de eso, no había buffet, nos teníamos que ir por la ciudad a buscar algo de comida».

Dirk Nowitzki (Foto: Cordon Press)
Dirk Nowitzki (Foto: Cordon Press)

Desde la llegada de Cuban hasta el título, hubo una década de diferencia, un largo camino de forjar un equipo campeón pieza a pieza gracias a la generosidad de Nowitzki, pero también hubo que superar grandes adversidades, como la marcha de Nash, recuerda el alemán: «Perdimos a Steve en ese momento, fue una decisión difícil, pero al final se fue a Phoenix. Era mi mejor amigo y un gran jugador. Phoenix le ofreció un contrato de cinco o seis años y más dinero. Quería quedarse con nosotros de verdad, pero la diferencia era de casi 20 millones de dólares. Esa fue la primera vez que entendí que la NBA es un negocio, no solo un lugar donde unos amigos se reúnen para jugar».

Sobre el presente, en el podcast de Shaquille O’ Neal, (que le llama Dirk Diggler, protagonista de Boogie Nights) ha contado que, como fan, desde la barrera, no puede estar más contento con sus Dallas Mavericks tras haberle pasado la antorcha a Luka Dončić: «En su primer año ya se veía su nivel, te lo aseguro. Obviamente, no era el jugador que es ahora, pero ya podías ver cómo leía el juego, su coeficiente intelectual baloncestístico, y la capacidad de pase que tenía, que era fuera de serie. Al verlo, pensé: ‘un chico de 18 o 19 años no debería ser capaz de ver el juego de esa manera y hacer pases por detrás de la espalda, pases entre las piernas en partidos en los entrenamientos en los que le estaban presionando de verdad. Ese fue mi primer ‘guau, vale, este chico es diferente y está hecho para estar aquí’. Tiene estilo y confianza. Había estado jugando contra adultos desde que tenía 13 o 14 años, jugando con con hombres de verdad, jugando en el escenario más grande de Europa, ganando un campeonato europeo cuando tenía como 17 años, ganando la Euroliga y siendo el MVP a los 18. Vi que sería el próximo gran jugador de la franquicia, pero tampoco pensé que iba a lograr estarse un mes entero con una media de triple-doble. Eso es extremadamente difícil de conseguir en la NBA».

La pregunta es si Doncic seguirá su camino de pasarse toda su carrera en un solo club. Independientemente de eso, hizo algo más. Logró pasárselo bien: «Mi camiseta es increíblemente valiosa. Tengo una estatua frente al estadio. He anotado muchos puntos… Todo es increíble. Los últimos años todos los homenajes que he recibido son impresionantes, pero nada de eso fue la razón por la que comencé. Comencé porque me divertía y luego convertí mi hobby en mi profesión».

 

 

3 Comments

  1. El autor confunde el McDonald’s Championship (aqui lo conocimos como Open McDonald’s) con el Nike Hoop Summit, que no tienen nada que ver. En 1998, Dirk participo en este ultimo, en San Antonio, pero no contra los Spurs. El partido fue un combinado de jovenes promesas de USA contra jovenes promesas del resto del mundo. Su gran actuacion en ese partido le abio las puertas de la NBA y fue elegido en el draft de 1998.

  2. El mejor europeo que ha pasado por la NBA, un grande del basket por siempre

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