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Más de la mitad de las mujeres han experimentado sexismo en los estadios de fútbol

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Recientemente, comentábamos el proyecto que se había puesto en marcha en Países Bajos para detectar con Inteligencia Artificial dónde empiezan los cánticos racistas y discriminatorios en los estadios. La iniciativa partía de un estudio en el que la mitad de los holandeses de origen inmigrante que acuden a los estudios, declaran haber presenciado incidentes racistas, mientras que tres cuartas partes de los asistentes lesbianas u homosexuales habían sido testigos de comentarios o gritos homofóbicos. Un problema que empezaba en las categorías inferiores.

Ahora, una encuesta realizada en Inglaterra y Gales ha encontrado que más de la mitad de las mujeres han tenido experiencias sexistas en los estadios y que un 85% no se han quejado por miedo a no ser tomadas en serio. Son los datos de un estudio realizado por Kick It Out, una organización anti-discriminación en el fútbol, que ha encuestado a 1.502 mujeres aficionadas.

Un 48% de las mujeres ha presenciado comportamiento sexista en los días de partido y un 42% ha sufrido directamente las agresiones. Un 6% ha visto situaciones de acoso sexual y un 4% ha sido testigo de agresiones sexuales. Por todo ello, un 77% no se sienten seguras en los estadios, solo un 19% asegura sentirse «muy segura».

Históricamente, el fútbol ha sido un espacio predominantemente masculino, tanto dentro como fuera del campo. Sin embargo, desde los años 90, la presencia de mujeres ha sido cada vez mayor y el fútbol femenino ha experimentado un gran desarrollo. Esta evolución ha puesto de manifiesto una realidad muy desagradable: el sexismo en el entorno futbolístico es una barrera que impide a las mujeres tanto participar como asistir al fútbol sin ser molestadas.

El estudio revela que casi una de cada cuatro mujeres se siente insegura al asistir a los partidos. Además, las mujeres que pertenecen a otras minorías, como la comunidad LGBT, personas con discapacidades y minorías étnicas, tienen más probabilidades de declarar que se sienten inseguras en los estadios.

Las quejas más comunes se refieren a que a las mujeres se les diga que deberían estar en otro lugar. Es frecuente escuchar «vete a la cocina», pero también abundan los comentarios lascivos y las proposiciones sexuales, el clásico «enséñanos las tetas» y silbidos de acoso. Muchas encuestadas también se han quejado de que se les dice que no van al campo por su afición, sino para llamar la atención de los hombres. Hay ocasiones, en las que los comentarios pasan a ser acoso físico. En general, hay un ambiente hostil para las aficionadas.

A pesar de que ha habido progresos notables con esta cuestión en algunos clubes y organizaciones deportivas, Kick It Out señala que el fútbol en Inglaterra y Gales todavía no está haciendo lo suficiente para reprimir estos comportamientos y que los estadios sean espacios seguros. Se han producido detenciones y se han puesto sanciones cuando ha habido casos graves de comportamientos sexistas, pero la mayoría de los incidentes misóginos y sexistas dentro del campo no se tratan con la seriedad que requieren.

Solo un 15% de las que sufren situaciones sexistas las denuncian. Un 46% no lo hace porque creen que no la tomarán en serio y un 43% porque piensa que no va a conseguir cambiar nada. Sin embargo, un 55% de las que denunciaron se quedó satisfecha cuando vio que se tomaron medidas contra el agresor. A un 27%, no obstante, las despacharon con el pretexto de que había recibido «una broma».

Hollie Varney, directora de operaciones de Kick It Out, de hecho, ha expresado su preocupación porque en las dos últimas temporadas hay un aumento significativo del sexismo. Según Varney, es fundamental que el fútbol tome medidas para garantizar que las mujeres se sientan seguras y confiadas al denunciar incidentes de discriminación.

«Necesitamos que el fútbol dé un paso adelante y tome en serio el sexismo», ha dicho Varney. «Hemos visto un aumento notable en los informes de sexismo dirigidos a Kick It Out en las últimas temporadas, incluidos relatos de mujeres que escuchan cánticos sexistas y lascivos en los partidos, o que ven cómo sus opiniones son descartadas o cuestionadas simplemente por su sexo».

En respuesta a estos resultados, Kick It Out ha lanzado una campaña para combatir el sexismo en el fútbol. La campaña, apoyada por organizaciones como Sky Sports, Her Game Too y White Ribbon, tiene como objetivo aumentar la conciencia sobre el sexismo en el fútbol, alentar a las mujeres a denunciar comportamientos sexistas y presionar a los clubes para que tomen medidas más serias contra los perpetradores.

Una de las ideas más novedosas de la campaña es la edición de un vídeo en el que se muestran los comportamientos sexistas más habituales en los estadios dándole la vuelta a la situación, una forma de enseñar lo absurda que sería la situación si los hombres fueran quienes recibieran estos comentarios. De esta manera, se espera que haya hombres que reaccionen cuando tienen a su lado actitudes misóginas y sexistas y no miren para otro lado.

El estudio no solo se enfoca en los comportamientos explícitos de sexismo, sino también en las formas más sutiles en que las mujeres enfrentan barreras para disfrutar plenamente del fútbol. Cuatro de cada diez mujeres encuestadas creen que los estadios no proporcionan las instalaciones necesarias para una experiencia inclusiva. Algunas de las quejas mencionadas incluyen la falta de acceso a instalaciones sanitarias adecuadas y la escasez de personal femenino en los estadios.

Además, un número significativo de mujeres también señaló la falta de productos adecuados en las tiendas de los clubes, como ropa de su talla o productos dirigidos específicamente a las aficionadas. Estas limitaciones reflejan una desconexión entre los clubes de fútbol con sus aficionadas, quienes sienten que su presencia no siempre es valorada o apoyada.

El estudio subraya la importancia de tomar en serio las denuncias de sexismo y garantizar que las mujeres se sientan apoyadas al hacerlo. De aquellas mujeres que sí denunciaron incidentes de sexismo y estaban satisfechas con el resultado, la mayoría afirmó que fue porque el perpetrador fue castigado. Por otro lado, las que no estaban satisfechas con el resultado dijeron que fue porque no se tomó ninguna medida, lo que pone de relieve la necesidad de que las denuncias conduzcan a acciones concretas y efectivas.

A pesar de toda esta situación tan lamentable e involutiva, el estudio ha dejado algunos detalles positivos. Cuatro de cada diez mujeres encuestadas afirmaron que su experiencia como aficionadas ha mejorado a lo largo del tiempo. Muchas aficionadas han comenzado a notar un cambio en la cultura de los días de partido, detectan una mayor inclusión y un ambiente más agradable para las mujeres. Sin embargo, todavía hay que cargar con una cifra lamentable de un 30% de mujeres que dejan de ir a los estadios como consecuencia de estos comportamientos sexistas o por miedo a que les acabe tocando a ellas.

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