Por primera vez Montse Tomé juntó a las mejores y a Alemania la salvó su portera. Ann Katrin Berger hizo una gran actuación, culminada con la gloria que ansía toda portera: detener un penalti en el último minuto que suponga un título para tu equipo. La Selección española jugó el doble y chutó el doble, pero se quedó sin medalla ante un rival compactó que aprovechó su debilidad defensiva en el juego directo.
Una España más equilibrada que en semifinales
Tras los cuatro goles recibidos ante Brasil, Montse alineó a Alexia, Hermoso y Aitana, las futbolistas diferenciales, y además varió la alineación con el fin de pertrechar el sector derecho en fase defensiva, manteniendo el opuesto para la ofensiva. Fue un buen planteamiento.
En la derecha, prescindió de una lateral larga e introdujo a la precavida Oihane para atender posicionalmente a Bühl, principal amenaza teutona con el balón dominado. Mientras por delante se mantuvo Athenea como extremo a pie natural, lo que favoreció que las subidas de la lateral no fueran más que puntuales. Aun así, Oihane lo tuvo complicado por el nivel de Bühl y porque, al ser diestra, le costó frenar las acciones fuera-dentro de la atacante, quien actuó a pie cambiado.
No obstante, la rápida Teresa actuó de pivote, en lugar de Patri, para que su mayor dinamismo permitiera las ayudas a ambos costados. Con la ayuda de Codina, titular por la lesión de Irene, lograron desactiva a Bühl, que aun así fue la mejor alemana hasta su sustitución en el descanso. Schüller la relevó y creó problemas similares. Desde su bota derecha partió la mejor oportunidad alemana a los diez minutos de la reanudación y ella misma tuvo la posibilidad de sentenciar, ya con 1-0 arriba, mediada la segunda parte.
Mientras, el sector izquierdo español estuvo dispuesto para atacar. Montse lo hizo sin renunciar a su habitual 4-3-3 y la naturaleza de Hermoso puso el resto. La camiseta 10 no miente. Hermoso abandonó la punta para se parte de la elaboración de jugadas principalmente desde dicho sector.
España salió de tres con Batlle ganando altura en el lateral izquierdo; así abrió espacios interiores para la conexión entre Alexia y Hermoso. Alexia fue el primer apoyo en generación y Paralluelo, que partía desde la banda, apareció en el espacio vaciado por Hermoso. El doble volante alemán, compuesto por Minge y Nüsken, se emparejó con Alexia y Aitana, pero una Hermoso indetectable generó superioridades numéricas válidas.
El nivel era alto y la complementariedad, casi perfecta. Únicamente falló que Batlle, al ser diestra, ralentizó algunas acciones lanzadas o condujo hacia dentro, llevándole rivales a las delanteras en lugar de alejárselos. Esto mejoró con el posterior ingreso de Olga. Sin embargo, el principal defecto volvió a ser lo que ha faltado al ataque español durante todo el campeonato: virtud de gol.
Sin virtud de gol es más difícil ganar
Al respecto del gol, Paralluelo tuvo jugadas donde embocó portería y no supo definir. También lo intentó de media distancia, disparos que llegaron mansos. Mientras que Athenea apenas compareció en ataque. En cualquier caso, no alinear a Mariona nunca es la mejor idea. Aun así, España dispuso de varias ocasiones claras para marcar.
Como era previsible, España tomó el mando del partido gracias a sus tres centrocampistas ofensivas. Se hizo con el balón y precisamente desde la izquierda llegó la mejor oportunidad del primer tiempo, en el minuto 43. Recibió Batlle adelantada y sirvió a Aitana, cuyo chut tocado impactó en el larguero. Hermoso apareció desde atrás para coger el rechace y sólo el oportuno muslo de Minge evitó el gol, ya con Berger batida.
Sin embargo, Alemania se adelantó en la segunda mitad. Y lo hizo desde el tabú.
El tabú da el bronce a Alemania
A Alemania la entrena Hrubesch, uno de los arietes de mejor juego aéreo en la historia del país, y como delantera centro juega Brand, que se acerca al metro ochenta, pero el técnico propone un modelo combinativo que sólo se acelera en la mitad rival. Lo propone sea el rival que sea, aunque sobre todo si el rival es España igual sea conveniente potenciar otras vías de ataque. Resulta que en la actualidad el estigmatizado juego aéreo no favorece a la reputación de los entrenadores y eso se nota en las propuestas.
Sin embargo, la génesis del fútbol es soberana y por eso el gol alemán tras ganar una segunda jugada que había lanzado Berger. De la caída salió un pase aéreo de Bopp a la espalda de la zaga española. Sus centrales son lentas y la línea siempre está adelantada para favorecer las presiones. Los riesgos son claros y fueron castigados por Brasil desde el planteamiento y por Alemania más bien desde la casualidad.
En esta ocasión, además, la reacción de la zaga fue tardía. No corrigieron bien hacia atrás, por lo que Cata Coll salió a destiempo y derribó a Gwinn con el cuerpo, quien convirtió el penalti. Cinco minutos después, la portera española se desquitó, deteniéndole un uno contra uno a Schüller y dando esperanza a las suyas.
Montse realizó nuevos cambios pero esta vez, a diferencia de en anteriores eliminatorias, mantuvo a las mejores en el campo. Olga ingresó en el 72´y mejoró la complementariedad en el sector izquierdo. La zurda casi da el empate a las primeras de cambio: su centro lo cabeceó Hermoso en el área pequeña, pero Berger demostró ser una de las mejores porteras del mundo.
Entre los cambios también accedieron Mariona y Lucía García para el ataque. España se volcó desde las combinaciones y García provoco un penalti en el último minuto del descuento. Pero el fútbol no recompensó las buenas decisiones de la seleccionadora. Berger le detuvo el penalti a Alexia y se llevó el bronce para su país.
“Juntar a las mejores» y dejar a Patri Guijarro en el banquillo son incompatibles. Meter a Jenni Hermoso 2024 a la altura de Aitana, siquiera Alexia, otra inconcruencia.
Apenas me atrevo a comentar, por su perfil político-mediático, que Jenny y Alexia, en mi opinión, se arrastraron por el campo sin pena ni gloria. Otra cosa es Aitana. ¡Qué calidad, qué inteligencia!. Si fuera un poco mas fuerte podría jugar con los mejores equipos masculinos. Pero por desgracia, si chocase con Rudiger, por ejemplo, se desintegraría como en un acelerador de partículas. Una pena.