Terminó el Clásico y el Bernabéu celebró el título de Liga después de la victoria (3-2) con un gol de Bellingham ya en tiempo de descuento. Con 11 puntos de ventaja y seis partidos por disputarse es ya cuestión de tiempo, lo que les venga mejor mientras dosifican esfuerzos entre un partido de Champions y otro. Y encima, de propina, deja a su archienemigo, el histórico rival, hundido en la miseria a mediados de abril, sabiendo ya que la temporada está finiquitada y sin ningún propósito más que ver pasar los días después de una semana horribilis en la que el PSG le apeó también del sueño europeo. El palo es tremendo.
Si el tópico dice aquello de que Madrid y Barça son vasos comunicantes, el de los madridistas está ahora mismo a rebosar y no queda ni una gota en el de los culés. Unos, con LaLiga ya en el bolsillo, sueñan con plantarse otra vez en una final de la Champions con el último escollo del Bayern de Munich después de eliminar al vigente campeón, el Manchester City de Guardiola, tras un partido épico. Los otros, que se vieron con dos goles de ventaja contando la victoria en la ida en París y el de Raphinha en la vuelta, terminaron perdiendo por 1-4, han caído en el Bernabéu en el descuento y dicen adiós a todo.
No jugó mal el Barça, pero fue insuficiente. Se adelantó en dos ocasiones en el marcador gracias a los goles de Christensen nada más empezar el partido y de Fermín en el 69’, pero el Madrid contestó con uno de Vinicius de penalti, otro de Lucas Vázquez y el último de Bellingham que desató, lógicamente, el delirio en las gradas.
Entre medias hubo polémica por la jugada en la que Cubarsí derribó a Lucas Vázquez y, sobre todo, por el gol fantasma de Lamine Yamal en el 28’, con empate a uno en el marcador, y que el VAR desestimó porque no hay imágenes indiscutibles sobre si la pelota entró o no. Como a Tebas no le da la gana de pagar a la FIFA la tecnología que lo certifique, nunca lo sabremos, pero en el partido más visto de LaLiga en el mundo mundial, ha quedado retratado el bochorno y encima se dedicó a sacar pecho en las redes sociales, porque pa chulo, él.
Más allá de la jugada polémica, es de justicia señalar que Lamine Yamal, con sólo 16 años, firmó un partidazo. Fue una auténtica pesadilla para Camavinga, incapaz de frenarle -y eso que precisamente lento no es- y brilló en cada intervención. Tiene calidad, visión de juego, regate, disparo y una jeta, una personalidad inmensa, desconcertante, para su edad.
Se va a curtir a base de sopapos con su equipo, pero él más no puede hacer. El reverso de la moneda fue Cancelo, que tanto ante el PSG como en el Bernabéu demostró no ser el más listo de la clase y De Jong, que se lesionó después de un choque con Valverde al final de la primera parte y salió en camilla y llorando porque ha vuelto a romperse su tobillo derecho, justo del que acababa de recuperarse.
Xavi Hernández, al que se le va hacer larguísimo el adiós- si es que se va porque el Barça es rarísimo y el plan previsto es que no hay plan- reivindicó a su equipo: «Se nos escapa por situaciones que no controlamos, pero merecíamos haber ganado. Hemos dominado, generado ocasiones y jugado mejor que el Madrid. Con el partido que hemos hecho lo normal hubiera sido ganar, la sensación es de injusticia máxima», mientras Ter Stegen fue más directo y se despachó a gusto: «Me faltan palabras para lo la tecnología de gol, que no encuentren un buen ángulo para chequearlo me parece una vergüenza, este mundo mueve mucho dinero pero no hay dinero para algo tan importante».
Mientras, el Madrid sin Carvajal, Mendy, Nacho y después del tremendo desgaste físico del Etihad, despachó el campeonato con una jugada de Brahim y asistencia de Lucas Vázquez (increíble semana del gallego) que cerró Bellingham. Lo de la segunda línea del conjunto blanco es de traca, como ya se pudo comprobar ante el City. No sólo no se apagan, protestan ni ponen malas caras, sino que rinden al máximo nivel cuando se les necesita. «Tiene un nivel muy alto, compite con Carvajal que es uno de los mejores laterales del mundo y hoy Lucas ha marcado la diferencia», reconoció Ancelotti.
El Real Madrid, en fin, es virtual campeón de Liga y en el Barça aún se están preguntando qué les ha pasado esta semana. Para cuando lleguen a las conclusiones definitivas ya ni importará, pero queda un mundo por delante para reflexionar sobre los errores, empezando de arriba a abajo. Es decir, empezando por Laporta y su gestión. Tiempo habrá para ello.
El gol de Christensen es falta sobre Kroos, el penalti de Lucas un piscinazo y la pelota NO entra en el NO gol fantasma. Lo relevante es que el Madrid está peor físicamente de lo que parece y al Barça solo le sostiene un chaval de 16 años.
Totalmente de acuerdo. A mi me preocupa el Madrid, y estamos mal, ya pasó con la vergüenza del partido del City y ahora con este equipo que no es ni por plantilla ni por equipo superior al Madrid. Por eso espero que venga Xabi. Y M´bappe, claro.
Mal, mal, todo mal.
Muy de acuerdo con el artículo pero haría un corrección:
No fue un «choque con Valverde». Valverde le da al balón y es el balón el que rompe el tobillo a De Jong por ir con el pie flojo. Choque es uno contra el otro.