La Eurocopa es uno de los torneos más bonitos que existen en el fútbol actual. Concentra gran cantidad de jugadores de nivel y, además, al ser un campeonato de selecciones con grupos Eurocopa el poder distorsionador del dinero no tiene tanto efecto. En toda su historia, solo un equipo ha logrado repetir título, España en 2008 y 2012 y, aparte de las grandes, como Alemania, Francia e Italia, en el palmarés de los últimos cuarenta años se han colado selecciones como Portugal, Grecia y Países Bajos, mientras que entre los finalistas han figurado Inglaterra, República Checa o Bélgica y, en tercer y cuarto puesto, Gales, Turquía, Suecia o Rusia.
Hay muchos motivos para esperar un torneo igualado y emocionante. La anfitriona, Alemania, se encuentra sumida en una crisis profunda. Sus últimos tres partidos muestran síntomas claros de depresión. Derrotas ante Austria y Turquía y un empate frente a México. Por delante tienen dos citas amistosas que demostrarán finalmente de qué pasta está hecha esta selección, en marzo se las verán con Francia y Países Bajos antes de empezar la Eurocopa.
El problema alemán es que hasta septiembre de 2023 también habían estado sumidos en una crisis desesperante, con una racha de tres derrotas consecutivas ante Japón, Colombia y Polonia. Y todo ello después de un Mundial para olvidar en el que quedaron eliminados en la primera frase tras una derrota el primer día contra Japón y un final de liguilla surrealista en el que España también sucumbió ante los nipones y les dejó fuera.
Para colmo, llegan al torneo que organizan con su entrenador, Julian Nagelsmann en entredicho. El míster ha llevado a cabo cambios experimentales, como poner a Havertz de lateral izquierdo, o a Sané por la derecha, aunque en su carrera y en la selección ha destacado por la izquierda. Entretanto, se baraja el retorno de Kroos a poner orden, dado el nivel que sigue luciendo en el Real Madrid. Sin embargo, personalidades del nivel de Lothar Matthäus consideran que su posición es, precisamente, la que mejor cubierta está.
En su grupo le espera una Escocia que ya venció 2-0 a España en la clasificación. Una nunca fácil Suiza, aunque Breel Embolo lleva lesionado desde abril del año pasado. Y uno de los tapados de este campeonato, Hungría, posiblemente la que un fútbol más brillante ha desplegado en Europa durante la clasificación. Su capitán es Dominik Szoboszlai, del Liverpool, pero la estrella, Ronald Sallai, que viene ofreciendo muy buenas actuaciones con el Friburgo en la Bundesliga.
Pero este grupo no se puede comparar con el B, en el que está España, que es sin duda el más complicado de todo el torneo. Junto a la tres veces campeona, están Italia, vencedora de la última edición, con una victoria por penaltis frente a Inglaterra, Croacia, donde Modric apurará sus últimos cartuchos en esta profesión junto a compañeros como Kramaric, y habrá que ver a los nuevos, como Sucic, Moro o Baturina, si están en condiciones de coger el relevo. Como cuarto equipo, otro coco. La selección de Albania, que se ha clasificado brillantemente como primera grupo y su centro del campo, con Bajrami, Ramadani y Asllani, juega en la Serie A.
En el grupo X está la Inglaterra de Bellingham, otra de las favoritas, pero que tendrá que demostrarlo ante una aguerrida selección serbia, que está cargada de pólvora en la delantera con Mitrovic, Vlahovic y un, por lo visto, renacido Jovic. A su entrenador, Stojkovic, viejo conocido de la afición española –se bastó para echar a la Roja de Italia 90- le gusta el juego alegre, por lo que su duelo con los ingleses puede ser de alto octanaje. Dinamarca y Eslovenia completan el grupo y vuelven a verse las caras, pues fueron primera y segunda de grupo respectivamente en la clasificación.
La todopoderosa Francia, favorita a todo lo que juega, tendrá en el Grupo B a Países Bajos como rival más peligroso. Habrá que prestar atención a Cody Gakpo, del Liverpool, o Donyell Malen, del Borussia Dortmund, aunque no terminan de ser titulares en sus equipos, pero tampoco de hacer goles. Austria, que puede presentar diez jugadores de la Bundesliga, no será ninguna bicoca, a la espera del rival que salga de la repesca, puesto que se juegan Polonia, Estonia, Gales y Finlandia.
El Grupo E es de los más igualados. Bélgica a priori parece la selección favorita, pero el centro del campo de Rumanía está bregado en la Serie A. Igual que Eslovaquia, que cuenta con Stanislav Lobotka, titular habitual en el Nápoles. De la repesca les puede llegar Israel, Islandia, Ucrania y Bosnia Herzegovina, esta última con un Edin Dzeko de 37 años con ganas de despedirse a lo grande y, en el centro del campo, un Pjanic, huérfano de la gloria que su talento merecía.
Por último, la ultracompetitiva Portugal de los Joao Felix, Bernardo Silva, Bruno Fernandes y un incombustible Cristiano Ronaldo, también en el vagón de los de la última cana al aire, tendrá enfrentes a selecciones muy complicadas. Turquía se clasificó por delante de Croacia, y Chequia de Tomas Soucek, que marca en uno de cada cuatro partidos de la Premier con el West Ham. Todo a la espera de que lleguen Kazajastán, Georgía, Luxemburgo o Grecia, una selección querida por este campeonato, que cuenta con un diamante arriba, Vangelis Pavlidis, autor de 20 tantos en lo que va de temporada con el AZ Alkmaar en la Eredivisie de Países Bajos.
En cuanto a España, quedan cuatro meses para la lista definitiva de Luis de la Fuente, pero todavía hay muchas incógnitas por resolver. Brahim, del Real Madrid, se está mostrando explosivo en los minutos que disfruta con el Real Madrid. El malagueño le ha dicho tres veces que no a Marruecos y su único interés es vestirse La Roja. Pocas dudas hay de que podría hacerlo con garantías. De hecho, Luis de la Fuente fue su seleccionador en la sub-21 y le conoce bien.
En la delantera, Morata está en un estado de forma extraordinario, pero la comidilla es quién será su sustituto, que puede ser Joselu, del Real Madrid, o quién sabe si también Borja Iglesias, que tiene unos meses para demostrar a las órdenes de Xabi Alonso en el Bayer Leverkusen, donde ha llegado cedido, que puede marcar en cualquier tipo de escenario. Más allá de los puestos disputados, la gran desgracia de España es la pérdida los mejores jugadores del Barça. Gavi por una lesión, precisamente con la selección ante Georgia, y Balde. Demasiados fijos que se caen de un equipo que aspira a lo máximo.