Fútbol Femenino

2024 y las batallas del fútbol femenino: a ver si la pólvora nos alcanza

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Montse Tomé, seleccionadora nacional de fútbol femenino (Foto: Cordon Press)
Montse Tomé (Foto: Cordon Press)

Tras la lacrimógena carta de Navidad de la última entrega, a la columnista ya solo le queda una Carta a los Reyes Magos para convertirse en todo lo que odió: uno de esos barbudos con gafas que abren el cajetín de la Olivetti y cortan un habano antes de escribir cuatro párrafos en los que la verborrea disfrace las palabras para no decir nada y engañar al lector con un texto que hable de los niños abriendo regalos y la ilusión que no caduca.

Pero si hay algo que la columnista odie más que los columnistas, es la Navidad, y este ejercicio de revisión de final de año y promesas del que entra, como si el mero hecho de descolgar el calendario de la ferretería de la pared para poner el de la peluquería fuese capaz de borrar los errores del pasado y ofrecer un nuevo horizonte.

El año que acaba ha sido tan caótico como feliz para los que seguimos el fútbol practicado por mujeres. Nada que reprochar a 2023: hemos tenido títulos, alegrías, drama y un par de guerras vencidas (cayó también Randri, aunque solo sea de forma temporal, y algún sindicato anda ocupado en meter la cabeza bajo tierra y aún no ha podido celebrarlo). Pero 2024 nos deja unos cuantos retos encima de la mesa, y ahí habrá que ver si la pólvora nos alcanza para seguir levantando las armas.

En la batalla del respeto hemos ganado metros clave de la forma más sorpresiva que nos podíamos encontrar: con un videojuego. Han tenido que venir los FIFAs para que se reconozca a la 10 del Barça, aunque solo sean por los stats de su carta. Si además, la jugadora hasta hace dos días desconocida para France Football, sus colegas y periodistas de medio mundo, y todos los rankings de expertos, acompaña los datos ficticios con reales, goles, asistencias y un dominio absoluto de la pelotita, nos da para creer que se está haciendo por fin justicia, y la que no tenía ni cromo el año pasado va a tener este año por fin el reconocimiento en forma de oro que merece.

No hay nadie más determinante, no hay mejor jugadora, nadie trata al balón igual, y lo ha hecho todo desde el silencio, el encogimiento de hombros y el «bueno, pues ya se verá» que se está viendo ahora. Siempre y cuando la respeten las lesiones, que últimamente están siendo un extenso parte de bajas en una plantilla que empieza a sufrir las consecuencias de la alta intensidad de los últimos años.

Nos queda saber de qué va Rocha. Un tipo con toda la cara del abuelo de UP y un porte que bien vale el millón de euros que cobra al año (+600.000 como Presidente de la Gestora de la RFEF y +400.000 de la Mutualidad de Futbolistas), al que puso a dedo Rubiales porque era el de las cuentas -y así nadie podría abrir el cajón para verlas-, que ante la opinión pública tiene mano de hierro para ceder ante las futbolistas, pero tonto no es y ahí mantiene a González Cueto, porque perder a Camps y Cueto era demasiado perder, y habiendo uno, siguen los dos.

A Rocha se le avecinan unas elecciones a la RFEF a las que no debería poder presentarse porque Francos creyó dejar atado que nadie que incurra en causas de incapacidad, incompatibilidad, inelegibilidad o hayan sido condenados por sentencia firme por los órganos disciplinarios de federaciones o tribunales deportivos nacionales o internacionales, y Rocha lo fue por el TAD, aunque no llegó a cumplir condena por una serie de tejemanejes y letras pequeñas.

Sin embargo, Francos tampoco está. Enfadó al que no se puede enfadar, a Alejandro Blanco, el del COE, con tanto meter el cuchillo en las tripas de las federaciones, buscando un deporte mejor, como si eso fuese asunto de un Secretario de Estado, que debiera limitarse a lo que pone en sus funciones: cobrar y callar.

Nos queda saber qué va a pasar con Montse, que cuando no está presa la andan buscando. Si una revisa los últimos meses de nuestro fútbol y cómo ha sucedido la cadena de acontecimientos que nos pone a Montse a la cabecera de la selección número 1 del mundo, desde los aplausos en la Asamblea, la promesa de Rubiales de hacerla Directora Deportiva -el puesto que por naturaleza merecía y merece-, el cese de Vilda, la subida a los cielos y caída al infierno con la lista de las 23 no convocables, las mentiras en ruedas de prensa, el guirigay de Oliva, la primera victoria de su era, la convocatoria de Paredes enferma, su recuperación y su no convocatoria en la lista del error informático que fue humano, la siguiente convocatoria y la movida de Aitana, que te marquen con 9 y media en el campo, y todas las dudas que todo esto trae consigo, con Montse no sé qué vamos a hacer ni qué queremos.

Vamos a llegar a unos Juegos Olímpicos con un staff que sobre el papel es muchísimo mejor que el de Jorge Vilda, pero al que le pasan cosas que no le pasaban ni a Jorge Vilda, que ya es. Y mientras tanto, este desterrado, celebrando ganarle a Namibia, acostumbrándose al frío que hace fuera de las Rozas, aunque sigue con un pie dentro, con parte de su staff trabajando desde aquí y vinculado al de la Selección Española, y eso al final da una sensación hogareña que ayuda a templar la nostalgia.

Para el puesto de Montse, el que merecía de verdad, llegó Markel Zubizarreta después de salir de un FC Barcelona del que también se va Jonatan Giráldez, y el problema no acaba ahí: en la cristalina rueda de prensa que dió después de la filtración de su futuro, dejó la puerta abierta a que lo haga un staff que no solo tiene el respeto de la plantilla si no la admiración de todos los rivales.

Pasa en el Barça lo que pasa siempre, y es que el masculino pierde dinero y se recorta del femenino, aunque sea la única sección con beneficios y la única que domina sin paliativos el panorama deportivo que le corresponde. Pasa en el Barça y pasa en el Levante, que con el masculino dando bandazos por segunda y el femenino habiendo disputado Champions este año, terminando el año en tercer lugar, con el único entrenador que le ha ganado una liga al Barça de toda la primera división y con Campeonas del Mundo en la plantilla, va a ver limitado su presupuesto de los 3 millones que nos ocupan a poco menos de lo que vale un canterano del masculino en el mercado, cuestión que nos dejó clara su Consejero Delegado que es para lo que sirve un club de fútbol: mercadear, no buscar la Gloria.

Y si con el futuro de estos dos clubes no sabemos qué va a pasar, imagínense para el del resto, con un Real Madrid que o echa a Toril o se echa a perder, una liga que sigue sin convenio porque lo del dinero era solo la pieza engañosa del puzzle, una RFEF que no se sabe si va a facilitar una coordinación o no, y unas jugadoras que cada año se hacen la misma pregunta: de qué me sirve a mi cambiar el calendario de la ferretería por el de la peluquería, si va a seguir todo igual.

2 Comments

  1. Juan Carmona

    Tras leer la entrevista a Pablo Gracía Cuervo, y sobre todo, los comentarios de gran parte de los lectores de Marca sobre la misma, su artículo me parece más necesario que nunca.
    Gracias de nuevo Andrea.

  2. Víctor

    Andrea,
    Te tengo un gran aprecio y respeto. Además creo que las opiniones son de cada uno (personales e intransferibles) Me gusta el debate como al que más. Soy de los veteranos en el aprecio y defensa del fútbol femenino. Participo en tus chats siempre con respeto a la discrepancia. Todo permite diferentes puntos de vista excepto los datos:
    Tu frase «Pasa en el Barça lo que pasa siempre, y es que el masculino pierde dinero y se recorta del femenino, aunque sea la única sección con beneficios» es errónea (falsa).
    1. «Lo que pasa siempre» (hasta 2023) es que el femenino ha tenido siempre pérdidas. El primer equipo (el masculino en tus palabras) a veces (pocas por suerte) sí y otras (la mayoría) no. Otra cosa es lo que pasa con otras secciones, pero tu te has referido específicamente al Masculino. Por eso es falso
    2. En 2021/2022 el masculino ganó .ca 17M€ sobre 600M (es decir aprox 3% de rentabilidad) el femenino perdió 1.7M sobre 7.6M es decir más del 20% de pérdidas
    3. En 2022/2023 el masculino perdió un 21% y el femenino perdió (sí, perdió) un 1%
    4. En el PRESUPUESTO 23/24, el masculino espera ganar un 22% y el femenino un 13%
    5. Las partidas de gasto en el femenino han ido de 9.5M en 21/22 a 14M en 22/23 a 15M en 23/24 (presupuesto). Se crece menos que el ejercicio anterior pero aún así es un 7% de incremento (no se puede decir que esté congelado el presupuesto)
    El femenino está donde está principalmente por méritos propios pero también gracias a que tras 40 años de pérdidas sufragadas a cuenta del masculino, ahora empieza a dar frutos la inversión. Todas las partes han cumplido. No hay nada que reprochar a nadie.
    De nuevo, con todo el cariño, sobre lo único en lo que no debería haber debate es en los números. No los tergiversemos. Tú vales mucho más que eso.
    Gracias por tu paciencia

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