Fútbol Femenino

La calma chicha, o de cómo Bea Álvarez Mesa y Victor Francos están demasiado tranquilos

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Javier Lozano, Bea Álvarez Mesa, Víctor Francos y Javier Tebas (Foto: Liga F)

En la primavera de 2003, casi recién sacado el carnet de conducir, me dió por empezar a visitar pueblos que no conocía de Asturias con un Ford Scort azul oscuro y de la mano de mi mejor amiga, que en paz descanse. Así conocí por primera vez Tazones, sus bares con olor a salitre y su arroz con bogavante acompañado de una botella de Viuda de Angelón. También conocí allí a Ernesto, un hombre mayor que había pasado más años en el mar que en tierra firme, que se sentaba en el murete de la playa con su boina calada mirando al infinito. Y conocí, por casualidad, el término calma chicha, mientras le decía a mi mejor amiga que qué día más bueno, ni frío ni calor, ni una brizna de viento.

Al parecer, todo lo que nos parece bueno a los jóvenes, es malo. La calma chicha, esa en la que no pasa nada, hace que el barco no se mueva y que el calor sea sofocante. Es una quietud que desespera, que si se alarga la acompañan ansiedad y miedo. Es de las pocas cosas que hacen perder la paciencia a los marineros. Un rato de calma está bien, pero si se alarga llega todo lo que no se quiere ver llegar.

Desde que pasó todo lo que ya sabemos en la Real Federación Española de Fútbol, la Liga F se dejó llevar por la calma chicha. En medio de esa quietud, les llegó una huelga, perdieron un patrocinador, firmaron un convenio a regañadientes y se reunieron con Francos para ver si es posible dar marcha atrás en el de coordinación que le otorga el 20% de los ingresos a la RFEF. Presentaron la nueva temporada de la Liga Profesional de Fútbol Femenino con Mahou y Solán de Cabras y allí Rocha no estaba. En la foto salen Javier Lozano, presidente de la Liga Nacional de Fútbol Sala, Beatriz Álvarez Mesa, presidenta de la Liga F, Victor Francos, presidente del Consejo Superior de Deportes, y Javier Tebas, presidente de LaLiga, pero no sale el actual mandamás del fútbol español, un Rocha que valora si este periodo de prueba puede servirle para presentarse a un mandato de cuatro años, que tiende puentes con aquel que se lo pida y que no sabe si serán dinamitados después.

Lo último que sabemos es que a Francos no le parece bien que Rocha se presente a las elecciones y ha modificado la ley para que esto no suceda. No tanto por Rocha, pero le atañe como daño colateral: se modifica la ley para que no haya más Rubiales, para que los candidatos que incurran en causas de incapacidad, incompatibilidad o inelegibilidad, o hayan sido condenados con sentencia firme por los órganos disciplinarios de federaciones o tribunales deportivos no puedan presentarse, y claro, Rocha ya tuvo que pedir socorro al Tribunal de Arbitraje Deportivo en el pasado, cuando incurrió en una falta de neutralidad apoyando a Villar y pidiendo el voto a su candidatura. La infracción era notable, pero hubo un fallo en la notificación, y por ahí se salvó el de El Junco. Con esto y la modificación de la ley por parte de Francos, su capacidad para presentarse a las elecciones de 2024 queda en vilo, y habrá que esperar para saber si todo lo que está haciendo se queda en papel mojado o si constituye la base sólida del crecimiento del fútbol español, con el eje de la igualdad y las promesas electorales por bandera. También si todo esto no es más que una pantomima que se quedará en nada una vez estén firmadas todas las sedes del Mundial 2030, que es, en realidad, lo único que les ocupa y por lo que estamos sacando calderos de agua de todo lo que a nosotras nos preocupa.

La ausencia de Rocha en la presentación de la Liga F es la muestra más evidente de que esta calma chicha no es buena. Dice Álvarez Mesa que después de una época de tiranía llega una de construcción, pero Álvarez Mesa suele pecar de optimista, igual que pensó que la negociación del convenio no le iba a terminar en huelga. Cayó Rubiales, cayó el rubialismo, Rocha mostró predisposición a agachar las orejas cuando Francos le pidió que cediera y despidiera a Camps, y hay una extraña sensación de victoria absoluta cuando no se ha ganado más que una batalla, la que perdió Rubiales por comportarse como un cretino y sirvió para que el fútbol femenino español se quitara un lastre para avanzar. Pero hablar de fin de la tiranía y construcción, Bea, a mí me suena a peligro. Si algo hemos aprendido de estas décadas, tú y yo, es que en este ambiente no se puede estar tranquilo nunca. Para capear los temporales que estos nos preparan vas a necesitar una armada, no un velero.

Parece tranquilizador el papel de Victor Francos, populista o no, que sí que da la sensación de haberse puesto el mono de trabajo para intentar parchear lo que su predecesor Franco (en singular) destrozó. ¿En algún momento va a explicar este Gobierno por qué tanta protección a Rubiales? ¿Cuándo va a pagar Francos el haber levantado la espada contra el protegido del CSD? Porque a la última que intentó elevar una denuncia contra él la mandaron a la Casa Árabe y ahora está entrevistándose con gente para hacer lo que en mi chat denominamos la Candidatura C-Tangana, una candidatura de demasiadas mujeres para las elecciones a la presidencia de la RFEF. Y ahí en medio, Francos, a vela desplegada, sonriendo ante la brisa con la frente quemada ya, pensando qué buena tarde hace sin una brizna de viento que le mueva el barco. Vaya dos, Bea y Victor. No saben la que les espera.

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