Baloncesto ACB

Nico Marina, 14 años y debut bestial en Liga EBA

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Nico Marina con España sub-15, en el Torneo de la Amistad (Foto: FEB)

Puede sonar a sacrilegio, pero desde Luka Doncic no se veía algo así en el baloncesto español: un chico de 14 años, en su segunda temporada en categoría cadete, jugando con naturalidad ante adultos veteranos en la Liga EBA. Se llama Nicolás Marina Parra, nació el 28 de octubre de 2008 en Cáceres y su debut en la cuarta categoría senior nacional con el Lithium Iberia Sagrado Cáceres el pasado domingo no pudo ser mejor: 17 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias en 24 minutos en la victoria ante el Baublock Gymnástica, en el que había jugadores que superaban la treintena.

Viene pegando fuerte desde niño, cuando empezó en el Colegio La Asunción-Josefinas. Pertenece a una familia numerosísima y fiel al Camino Neocatecumenal (es el cuarto de diez hermanos…) a la que le caracteriza la producción de talentos deportivos. No falta la broma de que aquello más que una casa es un centro de alto rendimiento. De hecho, su hermano Rodrigo, un par de años mayor que él, está en la cantera futbolística del Betis, donde intenta abrirse camino a base de goles en categoría juvenil y ya ha sido llamado por la selección española sub-18. Nico también fichó la pasada temporada por el club verdiblanco, pero ahora ha decidido volver a su ciudad natal debido a los recortes en el presupuesto de la sección de basket y tras rechazar ofertas de grandes clubs como el Baskonia. Quizás en Vitoria-Gasteiz no olviden lo bien que salió su apuesta por otro joven extremeño llamado José Manuel Calderón allá por los años 90.

El Sagrado, una modesta entidad surgida hace apenas una década del patio de un colegio de monjas, le hizo una oferta que tanto Marina como su entorno valoraron el positivo: si volvía a Extremadura no solamente iba a ser para reinar de nuevo en las categorías inferiores como había hecho antes de irse, sino que también se enfrentaría a hombres hechos y derechos en EBA, lo que servirá, hipotéticamente, para reforzar su progresión, elevar su listón de exigencia con minutos importantes. Vitoria-Gasteiz, o donde sea, puede esperar. Un poco lo mismo que probó con éxito el Madrid con Doncic aquella temporada 2014-15, cuando Paco Redondo dirigía con mimo sus pasos al mismo tiempo en el equipo EBA y en el junior. Aunque era cadete, nunca llegó a jugar con chicos de su edad.

Nico Marina con España sub-15 en el Torneo de la Amistad (Foto: FEB)

 

Las exhibiciones de Nico Marina a nivel extremeño en la temporada 22-23 como infantil fueron épicas y por eso llamaron la atención del Betis. Al gran rival de la ciudad, el San Antonio Cáceres, que había intentado ficharle varias veces sin éxito, le endosó 83 puntos en la liga regular para firmar un triunfo por 105-91. Y en la final del campeonato, con los mismos protagonistas, ocurrió algo similar (70 chinos). El título llevó al Sagrado al Campeonato de España, donde Marina demostró que lo suyo no se debía únicamente a que los rivales que solía tener enfrente eran más débiles. Ante el anfitrión, el Porriño, firmó una monstruosa estadística de 74 puntos (26 de 37 en tiros de dos, 2 de 7 en triples y 16 de 20 en tiros libres) y 29 rebotes. El triunfo (108-101) valió para acceder a octavos de final ante Unicaja, donde terminaría su camino.

Pero… ¿cómo juega? Que nadie se imagine a uno de esos gigantes que crecen demasiado deprisa para su edad y que apabullan a sus rivales a base de físico. Marina está ahora en el 1,83 y parece que no va a crecer mucho más, rondando el 1,90 quizás. Así es que su posición natural siempre ha sido la de base, subiendo el balón y manejando el juego a su antojo, generando para sus compañeros y peleando al mismo tiempo por los rebotes. Rápido, intuitivo, voraz… Es un amante del contraataque y de entrar con todo a canasta. Sabe que debe mejorar en defensa, pero es un punto en el que hasta ahora, vista su productividad en el otro lado de la pista, no se ha puesto todavía un foco fundamental. Todos señalan de él que tiene una enorme ética de trabajo, que nunca se cansa de entrenar, que tiene la cabeza en su sitio pese a los elogios y la atención que lleva recibiendo desde muy crío.

Nico Marina en el patio del Colegio Sagrado Corazón (Foto: Silvia SF)

La vuelta a Cáceres la ha llevado con naturalidad e incluso con ilusión redoblada por poder estar más cerca de sus hermanos pequeños, algunos de los cuales empiezan a destacar ya en baloncesto. Suele esgrimir que no se trata de ningún paso atrás teniendo en cuenta que este mismo verano acudió con la selección española U15 al Torneo de la Amistad en Grecia, donde fue uno de los jugadores más destacados del equipo que terminó subcampeón solo por detrás de Francia.

Y es que su padre, Marco Antonio, es un hombre de campo, recio, de ideas fijas, mientras que el ADN deportivo lo pone más bien María José, su madre, que fue jugadora de Primera Nacional cuando era la segunda inmediatamente por debajo de la máxima categoría de baloncesto femenino.

¿Ricky Rubio? ¿Luka Doncic? Cualquier comparación de tan altísimos vuelos va a resultar cruel, pero que todo el mundo sepa que en las canchas de la Liga EBA (subgrupo D-B) puede estar cociéndose algo muy grande. Queda muy poco tiempo para saber si se une al elenco de promesas como Aday Mara o Conrad Martínez.

 

3 Comments

  1. Vamos a ver,entiendo que el autor sea de Cáceres e igual amigo de la familia del chaval.Pero chicos como este hay algunos. No creo que esto merezca un artículo aquí la verdad.
    Que le escriba algo el autor al chaval del Madrid de 16 años y que se salió contra el Barça en su debut ACB,eso lo veo mas especial.

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