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¿Tienes 3.255 euros para unas gafas de Realidad Extendida? La dura lucha para desplazar al smartphone con entornos virtuales

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Visita con VR al Mercedes Benz Arena (Foto: Cordon Press)

En 2007 la aparición del iPhone no sólo supuso un cambio en un hábito de consumo, el teléfono inteligente ha revolucionado el mundo y nos está transformando a nosotros, no siempre para bien. Después de ese hito, todas las expectativas de un nuevo cambio revolucionario han estado depositadas en la Realidad Extendida -Realidad Virtual, Realidad Mixta y Realidad Aumentada-. Sin embargo, todavía no ha llegado.

Las retransmisiones deportivas, no obstante, necesitan esa nueva revolución desesperadamente. Con los smartphones se ha producido el efecto del espectador multipantalla, que sigue un encuentro en directo por la televisión y, a la vez, lo comenta con sus amigos, lee lo que se dice en las redes sociales o consulta estadísticas con su teléfono. El riesgo, como han mostrado diferentes estudios de hábitos de consumo, es que los más jóvenes se quedan más con la interacción que con el directo, un fenómeno que ha supuesto y supone un reto sin precedentes para la realización de las retransmisiones.

Uno de los ejemplos paradigmáticos fue el de ESPN 3D. Un canal que emitió entre 2010 y 2013 y pereció víctima de haber aparecido demasiado pronto. No fue el único. La tecnología 3D nunca ha llegado a interesar demasiado al consumidor medio más allá de la anécdota.

En sentido contrario, podemos citar a la NBA. Ofrece partidos en realidad virtual en Xtadium, también de la WNBA, y, al mismo tiempo, busca nuevas facetas de desarrollo relacionadas con las tres dimensiones. El paso que ha dado este año, por ejemplo, puede ser decisivo. Se trata de incluirse uno mismo, o a quien se le quiera escanear el cuerpo con un teléfono, en la retransmisión de un partido. La aplicación permite que en lugar de a Doncic, el cuerpo que veamos haciendo lo mismo que hace él, sea el de tu cuñado.

En principio, parece una anécdota. Un divertimento sin más. Pero desde hace ya años, se apunta a que una de las estrategias más necesarias para poder captar la atención de las nuevas generaciones es la de la personalización de los jugadores de un partido. No seguir a Haaland, sino a nuestro Pokemon favorito hacer lo mismo que esté haciendo el jugador en el campo. Para el aficionado veterano, suena estridente. Una herejía. No obstante, peores cosas se han visto en los últimos quince años ¿Alguien imaginaba que los niños iban a disfrutar viendo durante horas a otro jugar a un videojuego en lugar de hacerlo ellos?

El dinero puede llegar por muchas vías. Basta con que se asienten las retransmisiones en VR para que, a continuación, se dinamice la industria textil, pero de tela virtual. La ropa que lleven nuestros avatares es otro de los negocios por explotar en este campo, de hecho, la NBA ya vende ropa digital oficial o con licencia a través de League Pass.

La réplica de estadios o recintos deportivos es otro de los escenarios con posibilidades de negocio. Hace solo dos meses, la UFC firmó con Cosm para ofrecer experiencias en 3D con calidad 8K en instalaciones adaptadas. En estos espacios no hacen falta ni gafas ni auriculares y la experiencia es de gran fidelidad. De esta manera, se puede asistir en directo a un acontecimiento en diferentes lugares simultáneamente, o simplemente asistir a veladas históricas. Podrían programar 24/7.

Entretanto, mientras las grandes apuestas por los entornos virtuales, como Meta, no hacen más que perder dinero (14 mil millones de euros el año pasado), Apple ha presentado sus gafas Vision Pro que, a partir de 2024, prometen cambiarlo todo para siempre. Como siempre. El matiz es que el precio de salida es de 3.499 dólares (3.255 euros)

Hay tres líneas de desarrollo que, con la llegada del 5G, pueden hacer que este mercado arranque. Al margen de las ideas para captar o retener a las nuevas generaciones, un aficionado veterano puede apreciar seguir un partido en una experiencia inmersiva en Realidad Virtual desde el lugar del campo que elija, como si es el banquillo o detrás de la portería. Mientras que, con un desarrollo menos ambicioso, con la Realidad Aumentada o la Virtualidad Aumentada se pueden generar gráficos 3D en el mismo salón de casa para seguir repeticiones, jugadas, planteamientos tácticos o cualquier otro tipo de detalles. Si por algo destacan las Vision Pro es que están diseñadas para que puedan alternarse todas estas modalidades manteniendo la interacción con el exterior.

En cuanto al fútbol, una de las claves del futuro de las retransmisiones puede estar en el resultado que dé la inclusión de la Premier League en Peacock para emitirla en las gafas Meta Quest de Meta. Las audiencias marcarán el desarrollo de lo más importante, la publicidad, que con estas nuevas tecnologías habilitan nuevas oportunidades para los protagonistas, los clubes, de firmar nuevos contratos con los sponsors.

La gran duda está en el paso intermedio. Si, antes de que sea posible una tecnología barata y eficiente que permita las experiencias totalmente inmersivas, tendrá tirón entre el público la Realidad Aumentada. Es decir, un seguimiento multipantalla que, en lugar de tirar de teléfono como hasta ahora, ofrece esas mismas pantallas a gran escala y visibles con las gafas. Puede que ese sea el problema ¿Quién querría tener en el aire lo que ya tiene en la mano? Puede que el problema sea que el smartphone sea un invento tan bueno en su sencillez que esté obstaculizando el desarrollo de otras tecnologías a priori más atractivas. Si puedes mover las pantallas cómodamente con el pulgar ¿Para qué las quieres flotando en el salón por un precio hasta ahora delirante?

 

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