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Flores de un día en el tenis: cuando tu momento no dura dos semanas, pero da para Instagram

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Yen-hsun Lu (Foto: Cordon Press)

«Pillan una semana muy buena y no tienen el nivel de confianza. Creo que a nivel mental no tienen esa fe de creerse que pueden estar ahí arriba». Son palabras con las que Jordi Arrese, medalla de plata en Barcelona-92 y exseleccionador español de Copa Davis, describe al tipo determinado de tenista sobre el cual le consultamos: ese jugador desconocido que llega muy lejos en un Grand Slam pero luego no es capaz de repetir su éxito ni defender su ranking recién adquirido. Recopilamos las historias de un puñado de tenistas de este perfil, dejándonos algunos en el tintero. Porque, efectivamente, aunque no es el fenómeno más habitual del tenis, no es difícil encontrar ejemplos.

Un veterano abanderado que fulminó a Roddick

La victoria de Yen-hsun Lu ante Andy Roddick en los octavos de final de Wimbledon 2010 arroja pocos resultados en forma de artículos en el buscador, y los que hay no destacan por su longitud. Así de poco ha calado la mayor hazaña en la carrera del taiwanés, ya retirado. No queremos ponernos pedantes pero que una historia llamativa, en un deporte con mucha audiencia, pase tan desapercibida da para reflexión.

Lu se presentó en el Grand Slam londinense con una decena de títulos challenger y siendo el número 82 del ranking mundial. Sin embargo, algo hizo click aquellos días, como si imitara al protagonista de la película Wimbledon. El taiwanés venció por la vía rápida a Zeballos y Przysiezny para en tercera ronda, su tope hasta el momento en los grandes eventos, rendir a Mayer. La campanada la dio con Roddick en octavos de final y cinco sets de lo más ajustados (4-6, 7-6, 7-6, 6-7, 9-7). Es cierto que el estadounidense ya estaba de capa caída, pero el año anterior había sido finalista sobre la misma hierba.

Yen-hsun Lu, con polo Adidas y gorra con la visera para atrás, fue barrido en cuartos por Novak Djokovic. Se convirtió en el primer asiático en quince años que se colaba en esas instancias de un Grand Slam. Ascendió al puesto 44 del ranking y poco después hizo su cima como número 33 del mundo, pero no volvió a protagonizar una actuación similar nunca más. Ganó muchos más challenger (29 en total) y se retiró con 39 años tras los Juegos de Tokio, donde fue abanderado en la ceremonia inaugural. Es el único tenista del circuito masculino que ha participado en cinco citas olímpicas en el torneo individual.

«Wimbledon 2013 semifinalist»

En su biografía de Instagram, Jerzy Janowicz tiene escrito: «Wimbledon 2013 semifinalist». Puede sorprender que en un espacio donde los deportistas profesionales suelen exponer sus logros el polaco presuma de un ‘no título’. Nosotros en cambio aplaudimos que ponga en valor el mayor éxito de su carrera, qué más da que no sea un trofeo.

Jerzy Janowicz (Foto: Cordon Press)

El temperamental Janowicz no era un completo desconocido para los seguidores del tenis antes de ese Grand Slam. A finales de 2012 se produjo su estruendosa presentación en sociedad cuando se coló en la final del Masters 1000 de París. El polaco, un tenista enorme de 2 metros y poderoso servicio, solo pudo ser contenido por David Ferrer en Bercy. Gracias a ese gran resultado llegó a Wimbledon 2013 como top 30 del ranking y despachó en las tres primeras rondas a Zopp, Rufin y Nico Almagro.

En octavos debería haberse medido a Federer, pero el suizo quedó eliminado en segunda ronda a manos del hoy soldado ucraniano Stakhovsky. Janowicz superó en cinco mangas al ex top 10 Jurgen Melzer y en cuartos derribó a su compatriota Kubot. El fin del cuento tuvo lugar, como decíamos, en semifinales y con honores, porque Janowicz se apuntó el primer set frente a Andy Murray. El polaco tocó techo colocándose 14º en el ranking (también lo tiene puesto en la biografía de Instagram) y a partir de ahí se inicia su paulatino descenso a los infiernos, fruto entre otras cosas de sus problemas físicos.

Con 32 años sigue en activo y está más allá del puesto 600 del ranking. Una pena que en su palmarés no figure ningún título ATP.

El último verdugo ‘australiano’ de Djokovic

La desaparición de Hyeon Chung después de su golpe encima de la mesa tiene algunas similitudes con la de Janowicz. El tenista surcoreano cayó en una espiral de lesiones justo en el mismo año en que parecía que iba a consolidarse en los primeros puestos del ranking y como uno de los referentes de una generación muy potente, porque nació en el 1996 de Medvedev, Berrettini o Khachanov.

Hyeon Chung (Foto: Cordon Press)

Debutó en la élite con 17 años y a finales de 2017 se proclamó campeón de la primera edición del NextGen ATP Finals, la competición que enfrenta a final de año a los ocho mejores jugadores sub-21. Lo hizo eliminando al propio Medvedev y a Andrey Rublev, todo un aviso a navegantes para el futuro.

Lanzado y aprovechando el impulso, Chung alcanzó la cima de su carrera poco después, en enero de 2018, fecha del Abierto de Australia. Y no lo consiguió precisamente por tener un cuadro amable: luego de un debut plácido frente a Mischa Zverev, Chung superó a un Medvedev al que iba tomando la medida y sorprendió con su victoria en cinco mangas sobre Alexander Zverev, quien ya era número 4 del mundo. El surcoreano se había colado por primera vez en unos octavos de final de Grand Slam. ¿Su rival? Novak Djokovic.

El surcoreano ganó con un meritorio 7-6, 7-5 y 7-6 ante el debilitado Nole, tutelado por Radek Stepanek y Pepe Imaz y que venía de una larga lesión en el codo. La última vez que el balcánico ha salido derrotado del Grand Slam australiano. «Sin duda tiene nivel para ser top 10. Lo lejos que pueda llegar depende de él. Conseguirá grandes resultados en el futuro», le dedicó Djokovic en rueda de prensa. El nacido en Suwon, que juega con unas llamativas gafas para mitigar sus 20 dioptrías, apeó en sets corridos en cuartos de final a otra de las revelaciones del torneo: Tennys Sandgren. Las semifinales ante Roger Federer, donde se retiró lesionado, fueron su cielo en Melbourne.

Chung pasó de ser el número 58 del ranking al 29. En los inmediatos grandes torneos, los Masters 1000 de Indian Wells y Miami, pisó los cuartos de final y escaló hasta el 19º lugar. Desde ese momento, una tenaz lesión en la espalda le llevó a la irrelevancia. Tras pasarse dos años en el dique seco, en 2022 regresó disputando el dobles del torneo de Seúl. Recayó y a finales de abril de 2023 reapareció en individuales en el challenger de la capital surcoreana.

De no conocer la victoria en un Grand Slam a unas semifinales

Como buen especialista en tierra batida, superficie donde ha ganado sus tres títulos ATP 250, la campanada de Marco Cecchinato no podía ser en otro lugar que en Roland Garros, concretamente en 2018. Antes de iniciar el torneo en Bois de Boulogne, el italiano no había ganado ningún duelo de Grand Slam. De hecho, raras veces había superado la fase previa. En su primer partido estuvo muchos momentos al borde de la eliminación, pero pudo vencer a Copil con un 10-8 en el quinto set. Efectivamente, es lo que ustedes están pensando: el clásico enfrentamiento a tumba abierta de primeras rondas de Grand Slam entre jugadores mal situados en el ranking. Puro espectáculo, amigos.

Marco Cecchinato (Foto: Cordon Press)

Tras pasar por encima de Trungelliti, lanzó la primera advertencia en tercera ronda frente a Pablo Carreño, décimo favorito. El italiano le derrotó en cuatro sets, igual que a David Goffin (nº9 del mundo) en octavos de final. En cuartos, un Djokovic que seguía sin encontrarse tras el palo de enero contra Chung. Como si hubiera nacido para este tipo de partidos, Cecchinato abrochó dos tie breaks contra el serbio, que se dice pronto, para pasar a semifinales en otras cuatro mangas. En semis, frente a Dominic Thiem (en qué estrella estará), no se repitió la hazaña, pero ya era un héroe para Italia.

Antes de la arcilla parisina, Cecchinato era el número 72 del mundo y lo poco que se sabía de él era por una acusación de amañar partidos en dos challengers, motivo por el que fue suspendido por la Federación Italiana de Tenis, aunque exonerado al poco por el CONI. Después de Roland Garros llegó al puesto 16 pero no ha vuelto a superar una tercera ronda de Grand Slam ni de Masters 1000. Ahora tiene 30 años, es el 83 del mundo e intenta mejorar sus paupérrimos resultados de los últimos años. Aún está a tiempo de otro recorrido mágico.

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