Ante Tomić (1987 en Dubrovnik) es un 2.17 atípico dentro y fuera de la pista. A pesar de ser todo un gigante balcánico, procede de una familia sin tradición baloncestística ni deportiva. Aunque ocupa la posición de pívot, tiene la capacidad para pasar de un base. Tras Arvydas Sabonis o Dejan Tomasevic no me viene a la cabeza un asistente y lector de juego como él hasta la colosal irrupción, y relativamente reciente, del que podría ser considerado mejor jugador del planeta en activo, Nikola Jokic.
Tomić ya es todo un veterano, que además de formarse en su país con el KK Zagreb, ha jugado en los dos grandes clubes de España: Real Madrid y F.C. Barcelona. Actualmente, cumple su tercera temporada en el Joventut de Badalona, aún así, a Tomić le siguen incomodando las entrevistas, en especial, en las que debe hablar sobre él, como es mi grandilocuente intención. No encontré publicada ninguna en la que fuera más allá de temas deportivos. Esquivo con los medios de comunicación, desde la pandemia, encontró en Twitter la mejor forma de expresarse en público. Nunca sabes los demonios que arrastra cada persona. Una vez acabada la entrevista empaticé con ese hermetismo.
Antes, le esperamos en la pista interior complementaria del legendario Pabellón Olímpico de Badalona. Mítico recinto que acogiera en el 92 los Juegos en los que Jordan, Barkley, Ewing y demás componentes que integraron el irrepetible Dream Team. De pronto, aparece la silueta inacabable del jugador. Camina pausado, pero decidido hacia nosotros. Llega de la pista principal justo después de una larga sesión: sudado, también visiblemente cansado y con la ropa de entrenamiento. Vamos, un día más en la oficina. Por mi parte, me esfuerzo por confundirlo. Intento que se olvide de la fotógrafa, de mí y de porqué estamos allí. Por muchos momentos quiero creer que lo consigo. «¿Cómo estás? Conocidos tuyos me han pasado algunas preguntas para ti» rompo el hielo mientras nos saludamos. «No le habrás preguntado a mi mujer, ¿verdad?» me responde con humor.
Amable pero serio, sigue apacible las instrucciones de Sonia, nuestra fotógrafa, mientras posa delante de un tragaluz incrustado en una minimalista pared de hormigón. Cerca cuelga y resalta una enorme y verde réplica de una camiseta de la Penya con el número once. Sobre el número se lee Raventós. Ésta rompe aquel entorno arquitectónico brutalista. Era la que llevaba Guillem Raventós, un chaval de la cantera de la Penya, entonces jugaba junto a Ricky Rubio, y que perdió la vida en un accidente de moto en 2006 con tan sólo diecisiete años. En los tres cursos que lleva en la Penya, y donde es el principal referente (17,2 créditos de valoración en la presente Liga Endesa), aún no ha conseguido colocar en una final nacional ni europea a los de Badalona. Y, en el momento de publicar esta entrevista, está en ello, plantando cara en las semifinales de la Liga Endesa al actual campeón de Europa, el Real Madrid
Acerca de esto, el pívot croata no se esconde: «cuando perdemos un partido y mis números no son buenos, una parte de culpa la tengo yo, de mejorar y ayudar a mi equipo. Este año, creo que podemos hacer un pasito adelante». Aunque avisa que «tienes que tener un poco de suerte para llegar hasta una final» declaró en el Diario de Badalona. Elegido con el número 43 del Draft de la NBA de 2008 por los Utah Jazz (vía Philadelphia 76ers), es uno de los jugadores de mayor calidad que jamás haya tenido el club verdinegro a lo largo de sus 93 años de historia. Si no me fallan mis apuntes, en casi 300 partidos en Euroleague, competición en la que no juega desde hace tres temporadas, pero en la que sigue estando dentro del TOP5 en rebotes totales, TOP15 en tapones totales y valoración, y en el TOP20 en puntos totales.
Mirándome con curiosidad a los ojos espera receptivo que dispare la primera pregunta. «Mira qué maravilla me escriben sobre ti. A ver si sabes quién ha sido» le comento:
«Antes de lanzarte mi primera pregunta, decirte que para mí sigues siendo el mejor pasador y conocedor del juego en la posición de 5 que he tenido, también que sigo disfrutando de tu juego. Y una de mis preguntas va por ahí. ¿Recuerdas tu llegada del Madrid y cómo intentamos adaptar tu juego y darle una nueva dimensión al tener un jugador de la amenaza de Navarro y convertirte en el short roll (opción del pick and roll en la que el hombre grande anota o pasa desde media distancia) en el segundo creador del equipo?». Pensativo, reposado y con cierta alegría contenida me responde. «A ver, ésta puede ser de Xavi (Pascual) o de su ayudante Iñigo (Zorzano)».
Le concreto que es de Pascual. «Vale, de Xavi. Los primeros dos meses no sabía qué hacer. Recibía el balón ahí (aproximadamente en medio de la zona) y no sabía qué hacer, pero todo el mundo hablaba de este short role, de pasar rápido al grande y que el grande sea un distribuidor, pero cuando llegué a Barcelona no sabía cómo hacerlo, cómo jugar y bueno, sobre todo en este primer año él me hizo cambiar mucho mi juego».
Otra pregunta que te hace tu ex entrenador en el Barça es ¿disfrutas más con una asistencia o con una canasta?
Depende de qué tipo de asistencia y qué tipo de canasta. Hay asistencias, hay mano a mano, hay alguien que le pasas y tira un triple que casi no cuenta como asistencia, pero en general me gusta más una asistencia que una canasta.
Más, Xavi me pregunta también por dónde te consideras mejor creador ¿en el poste bajo o en el pick and roll?
En pick and roll creo, simplemente porque cuando recibes desde el pick and roll tienes todo el campo abierto y desde el poste bajo tienes una vista un poco tapada, no ves la otra esquina muy bien, te tapa la canasta. Luego prefiero más de short roll y después de pick and roll.
Y la última suya, ¿te ves siendo entrenador cuando dejes de jugar?
De momento no, pero ahora siendo el más veterano del equipo y jugando, sobre todo los últimos tres años aquí en la Penya, con jugadores jóvenes, pues igual me interesa trabajar con ellos. Tipo técnica individual, no sé, cosas básicas que yo creo que a algunos les falta.
Otro personaje, este es muy fácil, me dice: «Además de con Pau Ribas, ¿cuál es tu top 3 de jugadores con los que juegas mejor el pick and roll?» ¿Quién te pregunta?
Marcelinho (Huertas), ¿no?
Pues si irónicamente dice que además de Pau Ribas…
OK, sí… Pau, claro. Pues mi top 3 sería Pau, (Juan Carlos) Navarro y Marcelinho.
No es por compromiso que metes a Pau ¿no? (risas)
No, no. A ver, con Pau llevamos tantos años juntos que nos conocemos bastante bien.
Otro persona que te conoce me cuenta que siempre que entrenaba contigo técnica individual en el Real Madrid, alucinaba con tus movimientos en el poste. Su pregunta es ¿qué hizo cambiar de tu juego el hecho de jugar con Pablo Prigioni aquí en Madrid?
¿Es un entrenador?
Sí.
A ver, ¿puede ser Jota (Cuspinera)?
Jota, sí.
También podría haber sido Lele (Molin), pero sí es Jota. Pues yo diría que me ayudó a empezar un poquito, no tanto como en Barcelona, pero empezar a conocer cómo jugar short roll y cómo jugar pick, repick y bueno, igual dos o tres pick and roll seguidos. Pero antes de jugar con Prigioni jugaba con Damir Mulaomerovic en el KK Zagreb. No sé si sabes quién es o no, pero también era uno de los mejores combos en Europa en su época y bueno, fue bastante fácil adaptarme a Prigioni después de Mulaomerovic.
Cuarto y penúltimo personaje. Te doy una pista: con 41 años llegó a ganar la Liga ACB y además fue el MVP de la final. Supongo que por eso él te pregunta, que, tal y como estás jugando con 36 años, que se te ve disfrutar y que eres uno de los jugadores puntuales de la Penya, sino el mejor, ¿cuánto tiempo más te ves jugando. ¿Quién es?
No lo sé.
¿No sabes qué jugador con esa edad y siendo tan importante ganó con el (TDK) Manresa la Liga en el 98?
¡Ah, vale! ¡Cómo se llama! Sé quién es, pero no recuerdo el nombre… ¡ (Joan) Creus!
Pues te pregunta por tu futuro.
Pues la verdad no lo sé. Si la salud me lo permite, quiero jugar muchos años más. Y creo que en la mayoría de los casos depende de esto, de salud. Hay jugadores que quieren jugar, tienen ganas, tienen todo, pero la salud no les permite seguir. De momento estoy bien, estoy disfrutando aquí en Badalona y tengo dos años de contrato, además de este. Intento cumplirlo y después de esto vamos a ver.
Otra pregunta de Chichi Creus, que fue tu director deportivo en el Barça: ¿cómo has mejorado en los tiros libres (sobre todo tanto en EuroCup, que tienes alrededor de un 80%)?
Ahí no hay ningún secreto. No ha cambiado nada en mi mecánica de tiro, en mi concentración, en nada durante toda mi carrera. Pero sí es cierto que este año tengo, o desde el año pasado, el mejor porcentaje de mi carrera, de mi vida. ¿Por qué? No lo sé. La verdad es que no lo sé. Siempre intento estar ahí concentrado, siempre la misma rutina. Pie derecho ahí, recto hacia canasta. Tres botes. Siempre igual. Pero igual esto viene con los años, ¿no? Estar más acertado con los años. Tampoco he practicado muchísimo más.
Última pregunta de una persona que conoces y que fue compañero tuyo en dos equipos diferentes: ¿Quién ha sido tu mejor compañero de equipo?
Igual también es Pau (Ribas).
No, otro. Creo que de refilón, pero también estuvisteis juntos en el Real Madrid.
¡Ah, Nikola!
Exacto, Nikola Mirotic.
Mi respuesta es Marcelinho Huertas. Creo que es el primero. Y luego, pues habría muchísimos.
¿Por qué Marcelinho?
No sé, simplemente con alguien con el que creas una conexión. Algo especial… pues es con Marce. En la pista y fuera de la pista.
Otra de Niko, ¿Cómo llevas tu relación con la prensa? A ver qué me dices (risas). Mientras lo estaba leyendo pensé que me estaba metiendo en un lío.
Pero no, normal. Creo que todo el mundo sabe que no me gustan las entrevistas, que no hablo mucho, etcétera. Pero la relación es correcta. Yo entiendo que este es mi trabajo. Como profesional, como deportista, tengo una obligación con los medios, con mi club y no veo ningún problema. Y respeto a todo el mundo igual como yo creo que me respetan a mí.
Ahora vienen las mías. Intentaré que hablemos de todo. A ver qué te parece. Naciste en el 87 en Dubrovnik, una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una perla: historia, cultura, mar, belleza increíble…
Pues mira… Claro, cuando hablas con la gente, cuando se oye que se habla de Dubrovnik, todo el mundo oye, de quién la ha ido a visitar, que es muy bonita. Por otro lado, si no han estado piensan que tienen que ir. Creo que es clave, para que se haya hecho aún más famosa, que saliera en la serie de Juegos de Tronos. Pero, sin duda, es una de las ciudades más bonitas de Europa. Y digo Europa, porque en el mundo, no sé, hay sitios increíbles. Pero lo que la gente no entiende es que Dubrovnik es un pueblo. Tiene 40.000 habitantes. Imagínate, en verano, se convierte en una ciudad de medio millón.
Qué locura.
No puedes ver nada. Puede ser la más bonita del mundo, pero si hay tanta gente y tantos coches y no sé qué… entiendo que quién no es de allí quiere ir, ver y visitar todo, pero empieza a ser un poco… Mucha gente, demasiada.
Pierde la esencia.
Claro, exactamente esto.
¿Cómo fue tu infancia allí?
Como la de todos mis amigos y compañeros de Croacia, no solo de Dubrovnik, ¿no? Guerra (de los Balcanes). Así fueron mis primeros 7 o 8 años de vida. Por suerte, no recuerdo muchas cosas. Solo cosas… como tonterías. Pero… algunas sí que recuerdo. Bueno, supongo que todo el mundo que sabe algo de la guerra entiende de lo que estoy hablando. Pero después de esto, normal. Con «normal» quiero decir, jugando en la calle todo el día. Sin móvil, sin PlayStation y sin tonterías que los niños tienen ahora. Sin TikToks, Instagrams, Twitters y todas las redes sociales. Era divertido. Jugando a todos los deportes en la calle. Hasta a béisbol. Nadie sabía ni reglas ni nada, pero se jugaba a béisbol.
Cuando piensas en esos recuerdos que fueron más complicados ¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza?
Pues… Ahora, lo primero que recuerdo es que, desde Dubrovnik nos fuimos a Split, porque Dubrovnik estaba casi ocupado y tuvimos que huir. Recuerdo las escaleras grandes por donde subí al barco. Recuerdo a mi padre entrando en el barco a no sé dónde. Cogiéndome a mí, las maletas, a mi madre y todo. Recuerdo la vuelta cuando entramos en la ciudad (Dubrovnik) y estaba todo oscuro. No había luz, no había nada. Recuerdo pocas cosas, pero son cosas que no me gusta recordar.
Lo entiendo. Háblame un poquito de tu familia: tus abuelos, tus padres, hermanos, hermanas…
Soy hijo único.
Y tus padres, abuelos, tíos… ¿Tenían tradición de baloncesto?
Pues no. Solo recuerdo a dos primos, que son también bastante altos, que jugaban a baloncesto en Dubrovnik, pero muy poco, hasta cadetes. No sé si llegan a dos metros. Creo que soy el único. Bueno… ahora también tengo un primo que juega en un club en Croacia. No sé si tiene veinticinco años. Pero somos los dos únicos.
¿En máxima división?
Sí, sí. Somos los dos que jugamos a un deporte. No somos una familia de deporte. No sé cómo me ha pasado esto, yo tan alto y jugando al baloncesto. Mis padres no son muy altos. Mi madre sí que es más alta para ser mujer, mide 1.84. Mi padre por ahí, 1.85, pero no para tener un hijo de 2.15.
¿Y a qué se dedicaba tu padre?
Pues mi padre.. .no sé cómo explicarlo, montando ascensores, de mantenimiento y de… bueno, todo tema de ascensores. Llevaba casi 40 años haciendo esto. No solo en Dubrovnik, en toda la ex Yugoslavia.
¿Era su empresa?
No, no, trabajaba allí. Y mi madre trabajaba en hoteles. Desde hacer habitaciones, a cocinar a hacer todo. Sí, somos gente normal que trabajó en Dubrovnik toda su vida.
¿Ellos son de Dubrovnik?
No, no, mi padre es de un pueblo que se llama Drniš. Está cerca de Šibenik. Y mi madre es de un pueblo de Bosnia y Herzegovina.
Šibenik, como Drazen Petrovic.
Sí. Drniš está…no sé, a 40 minutos en coche de Šibenik.
Y tu padre, ¿De verdad no te hablaba de Petrovic?
No. No era muy de basket.
Qué fuerte, porque en Croacia, como en la inmensa mayoría de los países balcánicos, el basket debe ser un deporte muy importante ¿Era más de fútbol?
No era de nada. Por eso te digo, no somos una familia de deporte. De ser jugadores, entrenadores, no sé qué… nada. A veces pasa así, ¿no?
¡Y tanto! Hay muchas cosas más importantes que el deporte. Entonces ¿A qué edad empezaste a jugar a basket y dónde?
Con siete u ocho años. Bueno, en el colegio con mis amigos. Nada más.
¿No te pasaría como a Pau Gasol que no jugó con la selección española hasta ser junior?
No, en cadete también jugué con Croacia.
Aún así, tengo la sensación de que fuiste un poco late bloomer, ¿no?
Pues sí y no. No, porque cuando vienes de una ciudad pequeña, igual, no sé cómo decirlo, tienes que tener algo más especial para ir jugar a Zagreb, que fue donde luego fui. Me refiero a un club más grande. Porque yo llegué allí desde el colegio, no había jugado ni en un club. Desde el colegio al KK Zagreb.
¡Desde el colegio saltaste directamente…
Sí, sí a Zagreb. Sin pasar por ningún otro club antes.
Entonces ¿Y cómo te ficharon?
Pues había un director del KK Zagreb en ese momento que es un buen amigo del doctor de mi madre.
¿Algo así como un director deportivo?
Bueno, era director… no sé… director deportivo, sí puede ser. Se conocían, jugaban juntos, algo así. Ésta fue la conexión entre el club y yo.
Qué fuerte. También eran otros tiempos. Yo que me imaginaba a ti y tu familia como fans de aquella Jugoplastika de los 80 y 90, Dubrovnik está a alrededor de tres horas en coche de Split.
Sí, pero bueno… nadie te hablaba de la Jugoplastika. Mira, se habla, pero no tanto como la gente cree. Igual se habla más de la ex selección Yugoslava, pero… Sé que era uno de los mejores equipos del siglo, pero yo no lo he visto jugar nunca. Después sí, todos esos jugadores sí, pero en esta época no. Primero porque no he nacido en esos tiempos y era muy pequeño.
También ha quedado claro que tu familia no es mucho de deportes (risas). Yo que tenía un montón de preguntas sobre ellos. No sé, por ejemplo sobre Dino Radja que jugaba en tu posición.
Luego sí los vi, a él en los Celtics, en Italia, en Grecia, en Cibona, Zadar… Seguro, uno de los mejores pívots en la historia del baloncesto, sin duda.
Y Toni Kukoc, aún más legendario.
Bueno, triunfó más. Toni era más all around. Triunfó más en su carrera en la NBA. Consiguió más trofeos.
A estas alturas de la entrevista, entiendo que no te fijaste demasiado en ellos.
No, yo recuerdo más a todo el mundo llorando cuando Michael Jordan dejó de jugar a basket. En esta época daban un partido a la semana de NBA en Croacia, a las 3 de la madrugada. Todo el mundo veía estos partidos. Fue más verlos en la NBA que otra cosa.
También tenía preguntas sobre Drazen Petrovic, tipo sí te ha había marcado, de algún modo, como jugador (risas).
No (risas).
Pues cambiando, sobre lo que me comentabas de vuestra salida forzosa de tu ciudad, en relación al conocido y dramático asedio que sufrió Dubrovnik en 1991 durante meses (ya era patrimonio de la humanidad de la UNESCO desde 1979). Tú eras muy pequeño, lo mejor era marcharse.
Sí.
Imagino que os fuisteis a Split porque tenéis familia.
Sí, tenemos familia ahí y era un poquito más tranquilo ahí. Un poco más seguro.
Estuve en Dubrovnik en verano de 2007 y vi una cosa que me impactó, ya había pasado mucho tiempo de las Guerra de los Balcanes en tu país. Estuve alojado en un hotel ubicado en una pequeña montaña. Desde cerca de allí había una espectacular panorámica de la ciudad. A no muchos metros había otro hotel. Estaba en ruinas, con agujeros de bala e incluso de otros proyectiles más potentes. Recuerdo un cartel en rojo, me dijeron que indicaba que aún podía haber material explosivo dentro sin explosionar y que mejor no adentrarse.
¿En serio?
De verdad, de hecho tengo fotos. En tu transcurso de niño, adolescente y adulto ¿viste cosas así?
Pues no sé exactamente de qué hotel estás hablando, pero había muchos hoteles en ruinas y muchos locales. Muchos, muchos. Pero claro, con los años… Ahora no existe ningún hotel en ruinas, porque como te expliqué antes, con tantos turistas, con tanta gente… Simplemente, que una ciudad tan pequeña tenga tantos hoteles de cinco estrellas de lujo es impresionante. Hubo presupuesto para arreglarlo todo. No todo de golpe, pero con los años. Mira, han pasado muchos años. Han pasado 30 años. Hemos ido para adelante.
Pero, alguna vez, ¿te llegaste a topar con algún sitio donde pudiera haber material explosivo?
Bueno, no recuerdo esto. Sí que había minas ahí en la montaña, pero en la ciudad no. La montaña que te digo se llama Srd.
Tal vez es la montaña en el hotel donde estuve yo.
¿No te recuerdas en qué hotel estabas?
No, aunque donde vi los agujeros de bala era en el hotel que estaba al lado. Ahora que lo pienso, en la rotonda que había justo delante de la recepción del hotel donde estuve también había un buen surco sin arreglar del todo y me dijeron que era de una bomba.
Si sabes el nombre de ese hotel que estabas tú, igual también conozco el hotel que estaba al lado.
Pues la verdad es que no me acuerdo, hace mucho tiempo. Si recuerdo el miedo que tenía al pasar a demasiada velocidad rodeando esa montaña en autocar. Había un buen precipicio. El conductor del autobús tenía mi edad y parecía que tenía como 10 años más. Me dijo que había sido conductor de camiones en la guerra. Y que, formando parte de un convoy, tan sólo dos camiones atrás explotaron en un ataque.
Puede ser.
Había sufrido mucho. Supongo que tú también percibiste gente que llevaba marcado en el rostro que había pasado una guerra.
Mi padre.
¿Él tuvo que ir a luchar a la guerra?
Claro. Tú estás hablando de PTSD ¿no? No sé cómo se dice en castellano. Post-stress disorder, ¿no?
Sí, trastorno de estrés postraumático.
Pues sí. Hay mucha gente así. Mucha gente sufre de esto.
¿Y él se ha recuperado bien?
No, no quiero decir que él sufre de esto. Pero se le nota. No quiere hablar de estas cosas. No sé cómo explicarlo porque entiendo que para algunos es un tema muy complicado. Quién sabe qué han visto ahí, cuántos muertos y cuántos no sé qué. Y si la gente no quiere hablar de esto, pues lo entiendo perfectamente. Pero claro, con alguien tienes que hablar sobre esto. Si no, te vuelves loco.
Sí, en aquel viaje por Croacia me di cuenta enseguida que era mejor no preguntar. Luego se tenía que convivir.
De la guerra, eso fue lo peor de todo, aunque creo que hoy somos vecinos y mejores amigos. Cuando llega la guerra, al día siguiente ya no podían serlo. De repente, todos somos enemigos. ¿Por qué? Por la gente que manda, no por los que somos vecinos y mejores amigos de toda la vida.
¿Has visto el documental de Drazen Petrovic y Vlade Divac (Once brothers)?
Sí, lo he visto. Típico de Hollywood, creo yo.
No lo ves realista, no te interesa.
Está bien. Yo, la verdad, no sé de la relación entre Divac y Petrovic. No tengo ni idea, pero como documental me parece mucho de Hollywood. Un poco de.. No sé, pero sí, me interesa.
¡Va, volvamos al basket! ¿Es verdad que jugaste de base?
Sí, pero al principio cuando era muy pequeño. Tenía un entrenador en el cole que me puso a jugar base. Pero ¿sabes cómo va esto? Cuando veo ahora que los niños pequeños tienen un entrenador que solo les deja jugar ahí, debajo de la canasta, porque el niño es muy alto, me vuelvo loco. Porque los niños, sobre todo tan pequeños, tienen que aprender a jugar de todo. Y luego, cuando crecen, cuando maduran, pues ya hay que buscar una posición adecuada. Volviendo a mi época de base, yo jugaba de todo, no solo de base, de todo. Simplemente esto. Y no fue sólo porque era mi estilo de juego.
Entonces no fue porque luego creciste muchísimo.
Y luego crecí mucho, sí, pero en ese tiempo también era el más alto del grupo. Así que no era por eso.
En enero de 2010 fichas por el Real Madrid ¿Cómo ocurre? Leí que antes, en verano de 2009, casi fichas por Valencia Basket.
No, no. Alguien me preguntó entonces sobre esto, pero no. Nosotros fuimos a un torneo y jugamos contra Valencia. Después de eso salió algo en la prensa, pero no. Fichar por el Madrid fue bastante rápido y me quedé bastante sorprendido porque llegué a mitad de la temporada. Fue un cambio enorme. Desde un club pequeño de Croacia (KK Zagreb) llegar al Real Madrid es increíble. Sí que antes que yo, le pasó igual a Marko Tomas, por ejemplo. Él me ayudó muchísimo con los consejos, hemos hablado muchas veces de esto. La verdad es que estoy muy agradecido por eso. Un cambio enorme.
Era un Real Madrid en crisis, con urgencia de títulos ¿Qué tal con Ettore Messina?
Bien, conmigo funcionó súper bien.
Pero a nivel de resultados (dimitió en marzo de 2011 sin lograr ningún título en dos temporadas)…
Bueno como resultados conmigo sí, pero como equipo no funcionó. Cuando tienes un equipo de tanto talento, tanta veteranía (tenía a 5 jugadores por encima de los 30 años y 2 con 30) y el nombre de este club, pues si no ganas algo, es un fracaso. Luego, bueno, mejoramos, sobre todo en mi segundo año (alcanzaron la Final Four después de no jugarla desde hacía, prácticamente, más de una década después) y el tercer año con (Pablo) Laso, entonces sí, las cosas empiezan a ser bonitas, ganando la Copa (2012).
Precisamente acaba la temporada 2011-12, como dices, tu tercera como blanco y Laso está interesado en un juego más rápido y ficha a un pívot pequeño y más móvil que tú como Marcus Slaughter. No te renueva.
Sí, yo acabé mi contrato y me dicen que no cuentan conmigo, que quieren ir a otro lado, a otro tipo de juego. Y ahí hemos acabado nuestra relación.
Te debiste quedar muy chafado, el proyecto pintaba bien, como así fue. ¿Te lo esperabas?
Sí y no. Sí, porque en este momento, bueno, este año, sobre todo los últimos dos meses, no tenía una buena relación con Pablo. Sentía que no contaba conmigo. Simplemente esto. No hubo una mala conversación entre nosotros, nada de eso, simplemente yo tenía este feeling de que sabía que no iba a seguir allí.
Y entonces te ficha Joan Creus (Director Deportivo en aquella etapa) para el Barça. De hecho, Creus me dijo que fue muy fácil ficharte.
Muy fácil. Mira, si te busca uno de los mejores clubes de Europa y tú tienes la idea de seguir jugando en la ACB y Euroliga, pues no tienes muchas mejores opciones. No tienes que pensar mucho, ¿no? Yo entiendo que esto a alguna gente no le gustó, pero yo nunca he faltado el respeto a nadie. Ni al Madrid, ni a la afición de Madrid, ni a nadie. Yo lo veía como un paso adelante en mi carrera. Fíjate, jugar primero para el Real Madrid con 22, 23 años y luego en el Barça… Son los dos mejores clubes en España y entre los mejores en Europa y en el mundo.
Tras la 2015-16 se va Xavi (Pascual) y Creus, y llega (Giorgios) Bartzokas, un entrenador que había conseguido una Euroliga (2013) y que este año ha sido subcampeón, pero el equipo queda 6º en la liga regular y luego cae en cuartos. En Euroleague 11º sin posibilidad de jugar playoff y en la Copa cae en semis.
No funciona, pero yo creo que ese año fue más por mala suerte. Quiero decir, creo que no hicimos ni un entrenamiento con todos los jugadores en toda la temporada. Estoy hablando sólo de entrenamientos. Siempre había dos o tres jugadores fuera lesionados. Todo el año así. Increíble. Y claro, tú imagínate, hoy tienes entrenamiento con nueve o diez jugadores, mañana dos menos, pero entran tres que se recuperan y todo el año así. Así no puedes coger ni ritmo ni nada. Además, fue el año de cambio del calendario de la Euroliga. No había top 16. Fue un año durísimo.
Bartzokas también ha declarado públicamente que al firmar le aseguraron que Álex Abrines y Tomas Satoransky iban a seguir en el equipo, sin embargo ambos pusieron rumbo a la NBA.
Claro, claro. Y esto también. Él lo pasó muy mal y lo entiendo. Tú vienes a un sitio, te dicen una cosa y luego pasa otra. Encima, a partir de ahí empiezan las lesiones. Cambiamos cuatro bases. Cambiando pivots y fichando a no sé quién (Jonathan Holmes y Vitor Faverani llegan en enero y juegan sólo 3 y 6 partidos respectivamente).
En verano de 2020 el F.C. Barcelona ficha a Saras Jasikevicius, esta vez como entrenador tras varios intentos fallidos y una fugaz vuelta como jugador en la temporada 2012-13. Coincides con él como compañero, pero nunca llegas a ponerte a sus órdenes como jugador. No te renuevan.
Claro, claro.
Como pasó con Laso ¿también te lo olías?
No, pero yo no quiero mentir a nadie, después de ocho años era complicado seguir. En ese momento, no sé cómo decirte, te sientes como que has perdido algo. Pero bueno, tengo mucha experiencia y sé que este deporte es un business. Aquí no hay amor. No hay amor en el baloncesto (profesional). Es verdad que sí hay una relación muy fuerte con él durante toda tu vida, pero esto es un business. Simplemente tienes que poner tus prioridades por delante, ¿no? Y después de lo que pasó con el Barça mi prioridad es mi familia.
Por eso fichas por el Joventut de Badalona, a pesar de tener ofertas económicas mejores, por seguir viviendo en Barcelona.
Sí, ya he dicho esto muchas veces y creo que el club, y la gente de aquí, se dio cuenta de esto.
Te ves viviendo aquí para siempre, en Barcelona.
Esa es la idea, sí.
A nivel de objetivos, con el Barça y Real Madrid supongo que tienes una espinita clavada por no haber podido conseguir una Euroleague, pero no poder hacer resurgir a la selección croata debió ser duro.
No funcionó tampoco. Mi último año fue 2015, un Europeo. Fácil en el grupo (quedan segundos por debajo de una Grecia invicta contra la que perdieron por tan sólo 2 puntos), que jugamos en Zagreb. Luego está la mítica derrota (en octavos de final) en el partido contra la República Checa, donde perdemos por muchos puntos (59-80). Al final de este partido, lo primero de todo, cuando voy al vestuario, es decirles que es mi último partido con la selección (Croacia acabó décima. España fue la campeona batiendo claramente a Lituania en la final por 80 a 63).
Simplemente les dije que no podía más, ni mentalmente ni físicamente, aunque en 2015 tenía, ¿qué? 27 o 28 años. Pero no podía más. Si me preguntas ahora cuál es el problema de mi selección, porque parece que hay un problema desde el 95 (fueron bronce en aquel Europeo de los ya curtidos Kukoc, Komacec, Vrankovic, Radja o Perasovic que acabarían retirándose el siguiente año en los Juegos Olímpicos de Atlanta con un triste séptimo puesto tras caer en cuartos de final ante la Australia de Andrew Gaze y Shane Heal). Desde esa última medalla, no tengo idea de lo que pasa, pero sé que no funcionó. Yo simplemente no podía más.
Es verdad que las generaciones croatas de los 80 y 90 parecen irrepetibles pero ¿no hay soluciones para que Croacia vuelva a estar en la élite del baloncesto? Tenéis jugadores con roles importantes en la NBA como Bojan Bogdanovic, Zubac o Saric. En Euroleague Hezonja … Sin embargo, tampoco se han conseguido clasificar para el Mundial de este verano.
Sí, sí, hay buenos jugadores que juegan en NBA pero ¿qué hacemos con las ventanas FIBA para clasificarse en un torneo grande? Hay que hacer algo para que, primero, más niños quieran jugar al baloncesto y luego, ver si hacen algo positivo. Pero está la pelea entre FIBA y Euroleague, y ahí sufren mucho los países pequeños (Croacia no llega a los 4 millones de habitantes cuando Cataluña tiene casi el doble y la Comunidad de Madrid aproximadamente 6.6 millones). Que sí, que tienen algunos buenos jugadores, pero luego, con esta pelea entre FIBA y Euroleague no pueden jugar jugadores de la NBA ni Euroleague y entonces no consiguen clasificarse para jugar cada verano en un torneo grande porque están disputando esas ligas.
Ahí está el problema, no tenemos jugadores sólidos de un nivel mediano. O son top o no hay casi nada más. Hay que trabajar también con esto.
Éste es Ante Tomić, un tipo sesudo, coherente, sosegado y sobrio, pero que dice lo que piensa. Y, más y tan importante, suma lo que piensa. Con muchos centros de interés. No sigue el prototipo de deportista obsesionado con lo que, muchas veces, está en el profesionalismo: ser el mejor a toda costa, ganar a toda costa. Recordamos con admiración a Drazen Petrovic, como poseedor de las llaves de un pabellón, yendo a tirar a horas intempestivas porque no podía dormir. Tomić tiene otras prioridades poco entendidas en la élite de la élite donde se normaliza la enfermiza persecución del éxito y ser el mejor cueste lo que cueste. Al estilo del mismo Drazen, Lebron James, Michael Jordan o del ya desaparecido Kobe Bryant. Egocentrismo desorbitado, engaños; a veces, inclusive crueldad y abusos. A esa cara B que no vende, se le da poca bolilla. Ante, ni es fan de la NBA ni posee un despampanante palmarés. Podía haber ganado mucho más dinero, podría haber ganado más títulos, más premios personales o haber jugado en la NBA. Tal vez, incluso, podría haber sido mejor jugador. Sin embargo, siempre ha tratado (y conseguido) conciliar, lo mejor posible, su vida personal y familiar con la deportiva profesional. Entre él y, los jugadores y ex jugadores que he listado un puñado de líneas más arriba, ¿quién es el verdadero triunfador de su vida?
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