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Caso Negreira: la blanda Inquisición

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Cada uno es libre de perder su tiempo como quiera o pueda. Hace una semana, por ejemplo, reservé un par de horas para admirar una presunta joya del cine español, Alcarràs. Al final fueron apenas 50 minutos, hasta que mis párpados me aconsejaron detener la reproducción y abrir un libro. Se trata de una anécdota en comparación con la cantidad de horas que tiré a la basura hace años discutiendo en un blog —al menos tengo disculpa: yo era el autor— si la prensa deportiva de Barcelona es peor que la de Madrid o viceversa. Lo de «discusión bizantina» debió de acuñarse para cosas así. La simplificación es colosal porque ni siquiera todos los medios de una misma ciudad actúan igual siempre ni mantienen idénticas relaciones con el poder. Basta recordar la cantidad de años que As estuvo en guerra abierta con Florentino Pérez, a diferencia de Marca, o la estrechísima relación entre Mundo Deportivo y las juntas de Rosell y Bartomeu, más cariñosa que la de Sport.

La verdadera madurez se alcanza cuando te desatiendes de estas discusiones tan tontas como agotadoras y no miras atrás. Se siente una especie de superioridad moral, incluso cierto bienestar físico, cuando ves a otros enfrascarse en estas cuestiones felizmente superadas. Me pasó hace apenas cuatro meses, escuchando en El partidazo de Cope a Dani Senabre: «En Barcelona tenemos la sensación de que entorno más crítico que el del Barça no existe, ni siquiera en Madrid». Entre los logros democráticos de esa corriente librepensadora, Senabre citaba la dimisión de un presidente cuya gestión ahora se demoniza pero que en su día no se denunció en una sola portada: «Nos hemos cargado a Koeman, nos hemos cargado a Valverde ganando ligas, nos hemos cargado a Bartomeu… Nos lo hemos cargado todo. Aquí se le ha ganado 8-0 al Rayo y, como no teníamos la posesión, montábamos unos pollos tremendos. Más espíritu crítico que en Barcelona es difícil encontrar».

Esta semana, tras conocer los papeles de Enríquez Negreira, estamos comprobando la dureza extrema del citado entorno, y en especial la crítica implacable del periodismo culé, valga el oxímoron. Menos mal que el Cádiz no superó al Barça en posesión, porque entonces arde la Rambla. No se me olvida que el escándalo lo destapa Què t’hi Jugues!, programa de Ser Catalunya hecho por y para barcelonistas. En realidad, eso ha impedido —aunque no del todo, como veremos— a Sport y Mundo Deportivo jugar la habitual carta de «Esto es una campaña de Madrid». Al no poder culpar a los de siempre ni tampoco ofrecer una explicación, siquiera vaga, han preferido ocultar el tema en sus portadas. El sol tapado con un palillo.

Los siete millones que el Barça le metió en el bolsillo al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros son portada en medios de todo el mundo pero no en los dos diarios que se precian de ofrecer la mejor información sobre ese equipo. Como paradoja es hermosa, aunque no tanto como la explicación que dio a ello el director de Sport, Lluís Mascaró: «Es fácilmente entendible. El Barça juega hoy un partido vital [contra el Manchester United], el más importante en esta nueva era con Xavi como entrenador, y la portada va dedicada a esa parte deportiva, que es lo que realmente importa a los socios y aficionados del Barça. Es un criterio editorial», dijo en el programa Marcador europeo de Radio Marca. En casos así, siempre me pregunto si quien sale a hacer el papelón piensa que la gente es imbécil y la va a engañar o si sabe perfectamente que no pero lo asume como una tarea necesaria para llevar su nómina a casa. Su colega de Mundo Deportivo, Santi Nolla, ya explicó en su día que el negocio consiste en mantener a los lectores de su «zona de comfort» y en «conectar con lo que ellos piensan». Contarles lo de Enríquez Negreira podría incomodarles y, aún peor, hacer que no compren el periódico. Por si acaso, en páginas interiores perpetraron el siguiente titular: «Polémica sin recorrido por Enríquez Negreira». Circulen, circulen.

El critiquísimo entorno azulgrana, ese Dios brutal del Antiguo Testamento que hizo caer a Koeman yendo noveno en la Liga, está haciendo lo que puede. No es mucho. El tertuliano conocido como Jota Jordi, del que tampoco pueden esperarse grandes alegatos, lamentó en laSexta que el Barça es «una víctima». No hay duda de que el mayor torpedo de Josep Pedrerol al Barça estos días consiste en dejar que este individuo se encargue de su defensa, pero tampoco crean que el resto lo mejora. Sique Rodríguez, uno de los periodistas que destaparon el escándalo, define los pagos como un «impuesto revolucionario» que el Barça satisfacía a Enríquez Negreira por puro temor a represalias. También empleó ese concepto en Radio Marca Iván San Antonio, uno de los que se animan a culpar a la capital de este asunto que investiga la Fiscalía de Barcelona: «Todo esto sale de Madrid, eso es obvio. Es allí donde reside el poder y la información fluye libre entre quienes forman parte de un sistema que nunca salpica al Real Madrid ni, por supuesto, a Florentino», escribió en Sport.

Xavi Bosch también apunta en esa línea desde Mundo Deportivo: «Nada nuevo, como [sic] mayores son los éxitos del Barça, más mierda sobre él. Que se pudiese ganar una Liga en el segundo año sin Messi no entraba en los planes». Carles Fité repitió una y otra vez en El chiringuito que el Barça había caído en «el timo de la estampita». Miguel Rico habló en Cope de «tocomocho» y en la misma emisora otro veterano, Emilio Pérez de Rozas, quiso justificar el elevado importe de las facturas: «También hay gente que paga 72.000 dólares por una entrada para la Super Bowl». Joan Poquí, un dóberman con los asuntos del Real Madrid, eligió en El golazo de Gol una palabra extraordinariamente suave: «Torpeza». En su columna de Mundo Deportivo, Alfredo Martínez habló de «chapuza», como si todo fuera cosa de los simpáticos Manolo y Benito. Y para completar el entorno y que esto no sea sólo un asunto de periodistas, ahí hemos tenido a Joan Gaspart, haciéndose el loco de emisora en emisora, tratando de hacer creer que los pagos respondían a unos servicios de scouting y que «otros equipos hacen lo mismo». Si este es el frente de inquisidores del que nos hablaba Senabre… no sé, Rick, parece blando.

10 Comments

  1. recuerdo los tiempos de José Maria García madridista confeso o Gaspar Rosety que incluso llegara a trabajar en el Real Madrid, practicamente dia si y dia tambien atizaban al que era su club, buenos tiempos para el periodismo, ahora se valora mas que la audiencia no te abandone aunque para ello tengan que hablar de la nueva sesión de bizarrap con shakira, tema que cualquier fan del futbol debe conocer si o si supongo.

  2. Senabre da para lo que da. Una cosa es la locura de criticar a su equipo aún cuando gana con frecuencia y lo hace bien (tengo amigos culés descontentos porque ganan, pero no «a la manera que nos gusta»), y otra conferir que las críticas a la gestión son salvajes. Ya lo estamos viendo, sí.

    Me imagino al periodismo culé acudiendo en masa a las oficinas del club para quemar y enterrar cualquier resquicio incriminatorio, si es que lo hubiera. Pero lo curioso es que tras 2 décadas de «»»informes»»» todavía no hayamos visto ni uno. Hoyga, ya es mala suerte.

  3. Wil E. Coyote

    Se te ha olvidado además otro detalle, y es que el periodista barcelonés que ha destapado la noticia, Sique Rodríguez, se ha pasado los días siguientes de podcast en podcast, casi pidiendo perdón por su «scoop», afirmando que desearía que hubiera sido sobre el Real Madrid e incluso confesando que lo han publicado todo en connivencia con el club y en el momento más adecuado para éste.

    ¿Periodismo crítico? ¿Resistencia ante el poder?

    • Josep Grau

      Bueno. Será difícil superar la elegancia de la prensa madrileña normalizando durante meses la pancarta del «tu dedo nos enseña el camino» en el Bernabéu

      • Bastante infantil y cansino el «y tú más».

        «Tú dedo nos señala el camino» sabrás que hace referencia al episodio en el que Mourinho, entrenador del Real Madrid, introdujo su dedo en el ojo de Tito Vilanova. Fue una agresión sucia y rastrera en medio de una tensión máxima entre ambos equipos, y la pancarta una broma innecesaria de muy mal gusto.

        Ahora, señor Grau, hay que ser muy estúpido o muy mezquino para comparar la connivencia de la prensa sobre una pancarta de mal gusto, con obviar una trama de corrupción arbitral y pagos a árbitros escandalosa y jamás vista. En otros países algo similar ha costado sanciones deportivas graves (descenso de la Juve).

        No sé si ha visto también que existen pagos millonarios del Barça a los medios de comunicación para «asegurase su neutralidad». Es tan vomitivo como las penosas justificaciones de muchos de sus tristes y acomplejados aficionados (no todos, gracias a Dios)

        • ¿ corrupción arbitral y pagos a árbitros escandalosa y jamás vista? de momento consta que el vicepresidente del cta estaba a sueldo del barsa, ya es bastante grave no hace falta inflarlo hasta que tengamos mas pruebas pienso yo.

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