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Fútbol femenino: breve lista de nuestros peores defectos

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Alexia Putellas es la futbolista española con más Balones de Oro (2)

––Bueno, Faya, ¿cómo va lo del fútbol

Esa pregunta —como habrá adivinado el lector— me la dirigen varias veces a lo largo del día quienes no están muy puestos en fútbol femenino y pretenden alargar una conversación entre sorbos de cerveza o café. Hay preguntas que no se pueden responder de manera concisa, y esta se puede responder alzando los hombros y diciendo «buff» o escribiendo un libro de más de mil páginas. 

El fútbol femenino español tiene una salud de hierro, pese a que solo salga en los medios cuando entra en crisis. Este mal que nos afecta no es más que la tendencia a que lo extradeportivo ocupe más titulares que lo deportivo, culpa también de quienes nos dedicamos a seguirlo y alimentamos de vez en cuando la polémica consciente o inconscientemente. Sin embargo, hemos logrado que se califique a la Primera División femenina como liga profesional, y eso no pasaba en España desde 1990. Algo está cambiando, y es que el crecimiento que se desató en el Mundial de Francia en espectadores, patrocinadores y calidad de juego nos ha conducido a una situación de no retorno en la que nuestras futbolistas ya pueden dedicarse a esto en exclusividad y el techo parece cada día más alto.

Liga F: los cimientos de la profesionalidad

El 6 de septiembre, en Callao, se presentó la primera liga profesional femenina española. El camino a ella fue arduo, con constantes batallas entre la Real Federación Española de Fútbol, el Consejo Superior de Deportes y los clubes. Unas elecciones que ganó la candidatura de Beatriz Álvarez Mesa y Rubén Alcaine, una batalla por los estatutos, otra por la organización del sorteo,  las normas de la competición, e incluso una en los días posteriores al evento que en jaque el inicio de liga, con una jornada 1 que quedó suspendida por la huelga de árbitras.

Todo ese circo, que no beneficia a nadie,  puso de relieve los obstáculos que ha tenido el nacimiento de la competición, y aún tenemos que verla crecer. Sin embargo, será el espejo donde se miren otras. El fútbol femenino ha abierto el camino a otros deportes que consideran que deben ser profesionales. La consolidación de esta liga profesional es la puerta abierta al fútbol sala, al baloncesto femenino, y a otras modalidades que llevan décadas practicándose en nuestro país con la etiqueta de amateurs, pero que ya tienen una estructura consolidada para dar el salto a un mundo que, como en el caso que nos ocupa, trae importantes cantidades de dinero para el deporte: la liga femenina de fútbol cuenta con el respaldo de DAZN, donde se pueden ver (¡por fin!) todos los partidos, con una dotación de siete millones por temporada, y de LaLiga, que ha respaldado el proyecto con 42 millones para la explotación de sus activos comerciales. 

Ese dinero debe reinvertirse en las futbolistas, que están ahora batallando algo que costó en su día dieciocho meses de negociaciones: el convenio colectivo. Un convenio en el que los sindicatos esperan duplicar el salario mínimo estipulado, eliminar la parcialidad y conseguir mejoras en los protocolos de maternidad e incluso salud mental. Un marco legal que proteja a las futbolistas para que se puedan centrar en su profesión y olvidar las guerras externas que afectan a su desempeño temporada a temporada.

El FC Barcelona domina todas las competiciones del fútbol femenino actual

Hablar de fútbol, un reto

El fútbol, la pelota, la portería, las pulsaciones aceleradas, los cuerpos que se elevan del asiento con una carrera por la banda, ha sido en los últimos años el decorado de todas estas cuestiones extradeportivas, necesarias, pero que estorban a las futbolistas. En lo deportivo, tenemos una generación de oro que ha crecido con más medios a su disposición que las anteriores. Y tendremos una de diamante que ha recogido toda esa lucha para transformarla en oportunidades. 

El FC Barcelona reina en la competición doméstica y aspira a volver a subir al trono de la europea. Un equipo labrado con talento de la casa e incorporaciones estelares, que mira de tú a tú a los grandes de Francia, Alemania e Inglaterra y que propone un juego que el mismísimo Pep Guardiola se ha encargado de alabar. Una pegada entrenada y un juego milimétrico en el que se echa en falta a la doble Balón de Oro, Alexia Putellas, aunque de momento en cuanto a resultados no toque llorarle a su imagen colgada de la taquilla del Estadi Johan Cruyff. Ella, Alexia, ha llevado al fútbol femenino a portadas nacionales e internacionales, ha vendido camisetas como ninguna otra nunca y protagoniza campañas y eventos de marketing como lo que es: una estrella. Tal vez la que veníamos reclamando para que este deporte se tomara en serio.

A su lado —porque si decimos ‘a su sombra’ torcería el gesto— un escuadrón de primeras espadas que hacen soñar con que a corto plazo las futbolistas españolas dominen el escenario de las galas de premios. No solo en el FC Barcelona, con compañeras como Aitana Bonmatí, María León o Patri Guijarro, también en el Real Madrid. El equipo blanco apareció en la escena deportiva hace apenas dos temporadas, y ya se ha consolidado como la apuesta seria a plantarle cara a las culés. La portera Misa Rodriguez, la incansable Athenea del Castillo o la magia de Maite Oroz deslumbran en cada partido y son algunas de las culpables de que desde otros países se vaya mirando de reojo cada vez más a nuestra liga y a sus tres plazas de Champions League.

La tercera este año parece más disputada que nunca. El año pasado la Real Sociedad dio el campanazo colocándose en segunda posición, y el Real Madrid recogió su pasaporte a Europa en la última jornada, cuando ya las del Atlético tenían hechas las maletas. Este año intentarán repetir la hazaña, pero no faltan candidatas. Un Sevilla que se había reforzado para ello pero no acaba de arrancar, un Levante ambicioso e incluso el Baby Athletic de Iraia Iturregi quieren la medalla de bronce que les lleve a competir con los mejores el año que viene. Y es que el escenario europeo es el mejor para enseñar al mundo de qué somos capaces en el sur. 

Athenea Del Castillo (22) está llamada a ser una de las jugadoras españolas más importantes de la presente década

Dos Mundiales y un Europeo: el verano mágico

El futuro es alentador. Las categorías inferiores de la Selección Española han ganado este año dos mundiales, sub17 y sub20, y un Europeo sub19. Las jugadoras ya no están formadas por caridad, ocupando plazas en clubes que buscan más las subvenciones que el fomento y desarrollo del fútbol femenino. Esto ahora se toma en serio. El trabajo desde la base se realiza con profesionales cualificados, no con técnicos mediocres que se hacían un hueco en el femenino porque no tenían la confianza del presidente para llegar al masculino. Y eso se nota en las grandes citas, donde pueden competir contra otras selecciones demostrando la fuerza y el talento que se ha forjado en los últimos años.

Nombres como el de Inma Gabarro o Vicky López, mejores jugadoras de los dos mundiales, ocupan ya las agendas de los grandes clubes. Una sigue en el Sevilla al menos

este año, la otra ya se está haciendo un hueco en la plantilla del FC Barcelona, a la que se incorporó en el pasado mercado. Otros, como el de Ane Elexpuru, Andrea Medina, Silvia Lloris u Olaya Enrique, empiezan a sonar fuerte para los aficionados que no las conocían y se están acercando a este deporte. Sin duda, en las próximas temporadas, veremos a niños y niñas con sus camisetas, en ese paso de jugar con sus amigas a convertirse en referente para toda una generación. 

 

Las 15+3: de lo que todo el mundo habla

Sobre Mundiales y Eurocopas se han escrito ríos de tinta en las últimas semanas, pero no por el fútbol. Como a estas alturas ya sabe cualquiera que haya cogido un periódico o encendido una radio, quince jugadoras (más tres) se plantaron ante la Real Federación Española de Fútbol para pedir mejoras en las condiciones de la Selección Absoluta femenina. Esto, que lejos del fútbol femenino suena a fábula, es habitual en nuestro mundillo. Las futbolistas, que no deberían dedicarse a otra cosa que a cuidarse y pegar patadas a un balón con mayor o menor acierto, siempre tienen que andar reclamando las cosas que otros deberían poner sobre la mesa. En el caso del masculino, lo hace la prensa y el aficionado. Aquí, el aficionado se había manifestado contra Jorge Vilda durante años, pero nunca se le ha escuchado, y ahora que gran parte de las habituales de sus listas han alzado la voz, se han creado dos frentes en lo que debería haber sido una unión sin fisuras. 

Las quince (más tres) son para muchos las culpables de la caída en una Eurocopa en la que todos sabíamos que íbamos a caer porque no había un entrenador al frente. Las quince (más tres) son también las culpables de ese sexto puesto en el ranking FIFA del que hoy presumen Jorge Vilda, Luis Rubiales y quienes dan palmas ante la brecha, y que viene de sumar puntos en amistosos y clasificatorios contra rivales de poca entidad. Sobre amistosos, no estaban las quince (más tres) en los de EEUU, Suecia, Japón y Argentina, que se saldaron con victoria, porque la España de entreguerras que será la que se quede para ir al próximo Mundial de Australia y Nueva Zelanda es solvente. De hecho, esa era una reivindicación de las quince (más tres), que se rotara más, que se probara a jugadoras nuevas, que se diera un paso generacional porque calidad hay de sobra en este nuestro fútbol. Curiosamente, los que defienden a Jorge Vilda, se olvidan de que hace apenas seis meses las jugadoras que hoy son titulares indiscutibles no iban ni a las convocatorias, y que todos reclamábamos que lo hicieran porque sus números daban para sentar a alguna de las quince (más tres). 

Y es que este país, dividido por escudos, enfangado en despachos y calculadoras, obstaculizado durante décadas, ha conseguido sacar adelante a una saga de futbolistas capaces de todo, pese a todo, y frente a todo. Imaginen lo que podría llegar a ser si solo nos dedicásemos unas a jugar y otros a ver fútbol.

¿Que cómo va lo del fúbol? Buff…

Inma Gabarro controla un balón en el aire

2 Comments

  1. Luis Alberto

    Me parece una buena disertación de lo que es el fútbol femenino y si situación actual. Enhorabuena por el reportaje

  2. Pingback: Equals: la serie documental de la UEFA que pone a tiritar los prejuicios en torno al fútbol femenino

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