Jan Ullrich atacó al pie de uno de los puertos que llevaban a Andorra —no recuerdo el nombre— y dejó a todos sin resuello, cabizbajos. En la radio, Ángel González Ucelay se volvía loco: «Ahí va el alemán rumbo a la leyenda, rumbo a Paris, sí, pero… ¿de qué año?» […]