Hace unos días escuché en una tertulia radiofónica a un compañero, muy culé él, exclamar cuando le preguntaron por la posibilidad de que Kylian Mbappé fiche por el Real Madrid: «Mira, ¡y yo qué sé! Un día dicen una cosa, al siguiente otra… Lo único que pido es que lo firmen ya de una puñetera vez y a ver si nos ahorramos la tabarra, porque esto es insoportable». El colega tenía toda la razón: la turra del verano es, ooootra vez, la de Mbappé. Los rumores se alimentan y desactivan a tal velocidad que no da tiempo ni a digerirlos. Ahora una noticia desde Francia, más tarde un tuit y a continuación el rebote en los medios españoles que no tienen más remedio que hacerse eco de lo uno y de lo otro alimentando así el culebrón inacabable porque además, excepto el francés, no hay ningún otro fichaje de renombre a la vista.
Leo Messi dejó al Barça con dos palmos de narices cuando anunció oficialmente que fichaba por el Inter de Miami hace ya más de dos semanas. Con lo bien que le había venido al club azulgrana jugar con la idea del retorno del hijo pródigo el chasco fue proporcional a las ilusiones que se habían generado. Eduard Romeu, el vicepresidente económico, admitió hace unos días en un desayuno con algunos periodistas que no han sido capaces de rebajar la deuda y que deberán avalar seis millones de euros por incumplir las reglas que se habían autoimpuesto para que LaLiga les diera el visto bueno al plan de viabilidad. Además, no dio detalles sobre cómo piensan inscribir a Gündogan, un fichaje que se da por hecho, aunque aún no es oficial. Mientras, Xavi sigue presionando para que le fichen a un mediocentro después de la marcha de Busquets que se va con Messi a Miami, pero salvo milagro no será ninguno de sus dos opciones preferidas: Zubimendi y Kimmich. Es decir, que Gündogan será el fichaje estrella si logran inscribirle. El alemán es un jugador fantástico, capitán del City tricampeón que ha luchado por renovarle. Salvo su edad -32 años- no tiene pegas, pero no llega al nivel de estrellaza mundial que es Messi y el propio Barça se puso el listón a esa altura.
El Real Madrid está en una situación similar aunque no haya dicho ni pío sobre Mbappé. Regresa Brahim del Milan, Joselu de prestado, Fran García y, sobre todo, Bellingham el segundo fichaje más caro de la historia del club -103 millones más variables- del que se espera que marque una época, pero sobre el que advierten que sólo tiene 19 años y habrá que tener paciencia. El ‘9’ de Benzema sigue libre y a nadie se le ha escapado la señal de alerta, el por si acaso aunque el delantero francés haya asegurado que la próxima temporada quiere continuar en el PSG. Como no ha querido renovar y termina contrato la próxima temporada, se ha activado la posibilidad de que el jeque haga negocio antes de que se marche libre a donde quiera, pero las noticias son pocas y contradictorias y los rumores muchos y fatigosos y la llegada de Luis Enrique al banquillo del club parisino es un factor también a tener en cuenta. Si consigue armar un equipo en lugar de un álbum de cromos puede que Mbappé se plantee su continuidad. Es decir, que Ancelotti corre el riesgo de empezar la temporada sin un delantero centro de referencia mientras el club reserva el 9 por si las moscas.
Si Barça y Real Madrid -primero y segundo en la clasificación de esta temporada- están así, ni qué decir tiene que del resto de clubes no se puede esperar que den la campanada en cuestión de fichajes, lo que es una pésima noticia para LaLiga que necesita seguir vendiendo el producto con cracks para que no le siga comiendo la tostada la Premier o los pies las pirañas de Arabia Saudí. Es decir, que un Mbappé les iría fenomenal.
Con la primera ola de calor infernal del verano todo se hace más cuesta arriba, no hay que disimular. Y mucho me temo que el deseo del compañero culé de que el asunto se solucione lo antes posible para evitarnos la tremenda matraca que todos sospechamos que se avecina, quedará en eso: un deseo.
¡Qué tabarra da la gente con X! A continuación, se puso a escribir sobre X.