Prensa

El puñetazo de Valverde (o «yo no justifico la violencia pero…»)

Es noticia

¿Quién dijo que los deportistas ya no necesitan a los medios de comunicación? Por más que rehúyan las entrevistas y sólo abran su corazón al calor de focos amigos y molones, todavía hay situaciones que demuestran que Ibai o DjMaRiiO no son la panacea. Ni siquiera elXokas. A estas alturas de la vida, los periodistas son un perezón, sí, pero hasta que ChatGPT diga lo contrario no se ha inventado nada mejor para delegar el trabajo sucio.

Como sin duda sabrán, el pasado sábado Fede Valverde le dejó un recadito en la cara a Álex Baena. La noticia circuló de inmediato y esta vez, afortunadamente, nadie trató de quitar hierro al mamporro denunciando una «campaña» contra el uruguayo. Aun así, de inmediato el agresor pasó a compartir foco con el agredido. En cuestión de minutos, varios medios de comunicación deslizaron un antecedente: la frase horrible que, presuntamente, el jugador del Villarreal le escupió al del Real Madrid en el partido de Copa de hace casi tres meses. Para que nosotros conociéramos su versión, Valverde no ha tenido que dar la cara, ni siquiera escribir un tuit. Ni subir una story.

«Lo interesante del caso es cómo, minutos después de la agresión, todos los medios la justificaban con idénticos argumentos, de modo que casi no se habla ya de lo que hizo uno sino de lo que supuestamente había hecho el otro. Es un ejemplo perfecto de relato», escribió en Twitter Alberto Romero Barbero, periodista de Marca.

Aunque podríamos tomarlo como un elogio a la eficacia del departamento de Comunicación del Real Madrid —o a quien le lleve estos asuntos a Valverde, porque ahora hay filtros por doquier—, me temo que más bien se trata de una crítica a esos medios —Marca entre ellos— que difundieron la versión de Valverde. Porque replicarla puede entenderse como un acto de fe que además sirve como excusa al piñazo.

No resulta sencillo determinar en qué punto se deja de informar y se empieza a justificar, dónde termina el contexto y empieza el blanqueo, nunca mejor dicho. Ya me gustaría tenerlo tan claro como el aficionado medio, que a fin de cuentas maneja un criterio infalible: es información objetiva toda aquella que coincida con su subjetividad. Para quienes no vengan con la idea traída de casa cuesta trazar esa línea; existe algún truquito, sí, pero hay que asumir que nos va a quedar algo gruesa. Consiste en buscar en el discurso conjunciones adversativas. En esas oraciones, lo que viene antes del «pero» suele decirse con la boca pequeña y lo importante, el verdadero mensaje, es lo que viene después. «Yo no quiero quitar méritos a la victoria pero…», «yo no justifico la violencia pero…», «los gritos racistas me parecen lamentables pero…» Estos días hemos escuchado a algunos que no justificaban la violencia hasta que, una palabra después, empezaban a justificarla.

Los medios, que acumulan siglos de expertise en trabajo sucio, pueden —y deben— contar la versión de Valverde. Ni siquiera es necesario comprobar que es cierta —aunque, obviamente, cualquier esfuerzo para arrojar luz es bienvenido— siempre que se especifique que se trata de una versión de parte y uno no trate de arrogársela como una información propia y presuntamente contrastada. Si este procedimiento teóricamente aséptico suele oler a justificación barata se debe a la proliferación de periodistas de cámara que no se limitan a obtener la versión y difundirla, sino que como contrapartida se emplean en la defensa del encausado con uñas y dientes. Tampoco ayuda que en algunos debates se dé al asunto el habitual enfoque binario y la prioridad sea establecer si es más grave lo que el uno le dijo al otro o el guantazo del otro al uno.

Al menos, en medio de un asunto tan desagradable, algunos periodistas han logrado arrancarnos una sonrisa estos días sugiriendo a Valverde la solución ideal al embrollo. Los asiduos de esta columnita de los miércoles ya lo habrán adivinado. Sí, en efecto: convocar una rueda de prensa. No basta con filtrar. Valverde, cuya mujer es periodista, debería saber mejor que nadie que ponerse frente a un micrófono es la receta mágica para todo. Te sirve lo mismo para llegar al aficionado que para hacer frente a la Kings League. Y sobre todo te sirve para que el abogado de la parte demandante pueda utilizar todo lo que digas en tu contra. Definitivamente, la panacea existe y somos tan torpes que no hacemos más que despreciarla.

9 Comments

  1. veo una linea de defensa muy parecidada tanto en el caso valverde como en el caso negreira ( permitaseme la comparación sin que nadie se ofenda por ello por favor) en ambos casos los supuestos culpables dicen ser inocentes perooooooooo en ambos casos ninguno habla ni aporta pruebas para defenderse.

    • Countable1231

      Lo siento, pero no entiendo la comparación fácil que os parece a algunos. Como bien dices, hay diferencia, mundos de distancia. Los hechos: por un lado un puñetazo, por otro más de 7 millones de euros durante 17 años.

      Otra diferencia: para el Barcelona es muy fácil justificar esos pagos aportando informes, facturas, lo que sea que explique el caso. Es algo tangible, sencillo para cualquier mortal, pero cuando se lo requirió Hacienda dijo que no había nada. ¿Por qué, tras 17 años de trabajo conjunto, no hay informes de Negreira padre?
      Mientras tanto, para Valverde es muy difícil o imposible probar que se dijo eso. Incluso si lo hubiera hecho público antes sin puñetazo mediante, es su palabra contra la de Baena salvo que se vea nítidamente en un vídeo, poco probable porque no son Vinicius ni tienen una cámara siguiéndolos todo el partido.

      Y otra diferencia más: Laporta no está investigado ni sería imputado con cualquier cosa que dijera porque su supuesto delito ya ha prescrito. Es decir, si Laporta no habla es por guardar la ropa del Barça, no de su persona. Si él habla para mal y se destapa la corrupción, lo peor que le puede pasar es dimitir o moción de censura. Valverde, como bien dice Miguel en su artículo, es agresor y denunciado por lo que cualquier declaración puede ser usada en su contra.

      En resumen, Valverde «no puede hablar» porque ya hay denuncia y no puede probar lo que le dijo Baena ya que no tiene las herramientas para ello. Laporta (que no el Barcelona) sí puede hablar sobre su gestión, y es muy fácil probar que todo se hizo bien (si así fue) con elementos físicos y tangibles.

      • Se te olvida un pequeño detalle sin importancia. Qué el Barça ha comprado árbitros no es un hecho probado…que Valverde le dio un puñetazo sí.

        • A quien le importa si compró partidos, el hecho de untar a un vicepresidente de los árbitros ya es suficiente. El resto da igual si paso o no.

        • Countable1231

          No se me olvida nada porque en ningún momento asevero que el Barça comprara árbitros ni que esto sea un hecho probado. Vuelve a leer mi mensaje y me dices dónde.

          De hecho, veo muy improbable que se compraran árbitros. Si se hizo algo, fue comprar el sistema, tal y como ocurrió en el Moggigate: si pitas como a mí me gusta, más fácil que pites Clásicos, finales de Copa, etc. Si no pitas como a mí me gusta, pitarás poco, a la nevera y quizás desciendas.

          Para muestra, un botón: Gil Manzano, mejor árbitro junto a Mateu Lahoz para UEFA, ha pitado 2 Clásicos en 10-11 años.
          Mientras que los Hernández Hernández y De Burgos Bengoechea de turno no paran de arbitrarlos.

          Me parece acongojante que el caso de Valverde se saque a la palestra para equiparar o quitar hierro al caso Barça-Negreira, o que se hable de cuál es el equipo del régimen lo cual ha sido una bomba de humo lanzada por Laporta a conciencia.

    • Haddock

      Claro que nos ofendemos, llevando la discusión a un nivel de parvulario. El bueno de Countable1231 te ha respondido con educación pero yo voy a ser más directo: o eres muy t0nto o eres muy mezquino, ojalá lo primero pero me temo que es lo segundo

  2. Manuel P.

    Solo hay que escuchar los audios de Florentino para saber el papel de la prensa con el Madrid. Acusar a la victima es de primero de Goebbels. Los ataque a él y a su familia por recibir el puñetazo indignan.

  3. Elegir la foto de Baena para ilustrar el artículo también forma parte del problema.

  4. Bah, es muy cansino esto de ver a la prensa magnificado el suceso por un puñado de clicks, la salsa rosa del fútbol, el morbo a costa de todo. Más desagradable que ver a unos buitres picoteando las entrañas podridas y ensangrentadas de algún mamífero inerte.

    Señores, ya vale de buenismo y moralinas. Ya vale de jucios, de comparar una discusión personal, con violencia estructural, racismo, corrupción.

    Como John Wayne en El hombre tranquilo, hay veces (pocas) que las cosas se solucionan a puñetazos. Y tan tranquilos. Sigan circulando amigos, no hay nada que ver.

    Valverde, un hombre tan noble y tranquilo como el bueno de Sean Thornton, se sintió ofendido en lo más profundo de su ser por algo que le dijo Alejandro Baena (conocido ampliamente en Almería por sus frecuentes provocaciones). Le espero a la salida, y le propinó un puñetazo. Ahora a asumir las consecuencias (sanción económica y/o deportiva), mientras los aficionados nos entretenemos con los sobras de las sobras, los restos que nos dejan las hienas que conforman el periodismo deportivo

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