Desde que perdiera con Rafa Nadal aquel vibrante duelo de cuartos de final de Roland Garros, Djokovic ha ganado Wimbledon, ha ganado Tel-Aviv, ha ganado Astana, ha hecho final en París, ha ganado las ATP Finals, ha ganado Adelaida y ha ganado el Open de Australia dejándose solo un set por el camino. En total, 35 victorias en los últimos 36 partidos, con la única excepción de aquel memorable encuentro contra Holger Rune que se fue a 7-5 en el tercer set.
Djokovic se ha paseado por el Open de Australia de 2023 sin dar nunca la sensación de estar en su mejor versión. Pese a la proximidad de los 36 años y una molestia -llamarlo lesión quizá sería demasiado- en los isquiotibiales, el serbio supo dominar gracias a su gran arma: la capacidad para colocar cada pelota donde quiere. No es Djokovic un hombre de aces a 220 kilómetros por hora ni de derechas fugaces. Ahora bien, su variedad de recursos tenísticos no tiene parangón. Te mete un saque abierto liftado, luego otro a la T, manda dos de cada tres bolas al último tercio de la pista contraria, apenas comete errores no forzados y recupera pelotas imposibles gracias a una elasticidad y a un movimiento de pies sublime.
La final no fue demasiado diferente al resto del torneo salvo en el nivel de su rival. Stefanos Tsitsipas jugó un muy buen partido. Mereció ganar el segundo set y se defendió con todo en el tercero. Lo que pasa es que Tsitsipas es humano. Se pone nervioso. Falla. Se va a los casi treinta errores no forzados con su mejor golpe, la derecha… Siente el vértigo y en vez de crecerse, se viene abajo. Tuvo unos juegos formidables en la segunda manga que le llevaron a un punto de set, pero no fue más allá. Rompió nada más empezar la tercera, pero perdió inmediatamente después su servicio. Pequeños detalles que separan a los grandes campeones de los buenos jugadores. Analicemos con más pausa lo sucedido estas dos semanas:
1. De entrada, hay que recopilar la inevitable retahíla de números y récords que nos va dejando cada torneo de Grand Slam: Djokovic ha ganado Australia por décima vez en su carrera, alcanza el anhelado vigésimo segundo Grand Slam y se corona de nuevo como número uno del mundo pese a no haber podido disputar las últimas ediciones de Miami, Indian Wells, Canadá, Cincinnati y el US Open… además de no haber recibido ni un punto por su victoria en Wimbledon. Este lunes iniciará su 374ª semana en lo alto de la clasificación ATP. Es algo monstruoso. De los últimos 47 torneos de Grand Slam disputados, ha llegado a la final en 30. Se ha llevado 21.
2. El debate sobre quién es el mejor jugador de la historia es a menudo estéril y cansino. También es inevitable. Las comparaciones gustan. Djokovic es ahora mismo el jugador que más torneos de grand slam ha ganado (22, junto a Rafa Nadal), el que más finales ha jugado (33), el que más Masters 1000 ha levantado (38), el que más ATP Finals se ha llevado (6, junto a Roger Federer) y, como decíamos, el que más semanas lleva en el número uno del mundo. A eso, súmenle que tiene el head-to-head ganado con Nadal y con Federer y saquen ustedes sus propias conclusiones.
3. Ciñéndonos a este torneo, hay dos pegas que se le suelen poner al serbio: una, que sus rivales no han tenido calidad suficiente y dos, que se ha inventado una lesión inexistente. Vamos por partes: es cierto que jugar una semifinal contra Tommy Paul es un regalo. Dicho esto, Djokovic eliminó a Dimitrov (29º del ranking) en tercera ronda, a Alex de Miñaur (25º) en octavos, a Andrei Rublev (5º) en cuartos y a Stefanos Tsitsipas (3º) en la final. Son cuatro partidos ante cuatro top 30 y no perdió un set. Nada hace pensar que, ante otros rivales, la cosa hubiera sido muy diferente.
4. En cuanto a la lesión, el problema es que llueve sobre mojado, pero dejemos una cosa clara para empezar: todos los deportistas del mundo compiten con molestias de mayor o menor intensidad. Unos no hablan demasiado de ellas y otros tienden a ponerlas en portada en cuanto se complican más de la cuenta. Djokovic es de estos últimos. También lo es, por cierto, Nadal. El mallorquín dijo haber ganado Roland Garros sin sentir un pie -cosa que, obviamente, es una exageración- y el serbio ha ganado Australia con un vendaje en los isquiotibiales desde la segunda ronda No hay por qué entrar en grandes conspiranoias al respecto. En el primer set contra Grigor Dimitrov, Djokovic sí que pareció lesionado. No conseguía frenar y arrancar como en él es habitual. A partir de ahí, sinceramente, no se apreció nada raro. El umbral del dolor de cada uno es diferente.
5. Vamos con el finalista: Stefanos Tsitsipas. Segunda final de Grand Slam y segunda derrota ante Djokovic. Lo malo es que en Roland Garros 2021 al menos ganó dos sets. Hoy, ni eso. ¿Quiere decir que jugó un mal partido? No, ya lo hemos dicho. Jugó muy bien los dos últimos sets y mereció llevarse al menos uno. Lo que pasa es que no se puede jugar así de mal en los puntos decisivos ante un rival tan grande. Al griego se le vio durante todo el torneo más tranquilo, más maduro, dominando sus partidos y sorteando situaciones difíciles, como cuando Jannick Sinner le remontó dos sets en octavos y le llevó al quinto. Ahora bien, ni él ni nadie puede competir con Djokovic. Esto es así. Cuando el serbio se retire, dando por hecho que Nadal lo hará antes, puede que se lleve unos cuantos grandes. Tenis tiene para ello.
6. Djokovic y Tsitsipas eran -en mi errada opinión, junto a Daniil Medvedev– los grandes favoritos para llevarse el torneo. Las sorpresas llegaron antes, en semifinales. La plaza de aspirante se la disputaron Tsitsipas y Khachanov, el imprevisible ruso. Desde que hiciera final en los Juegos Olímpicos y semifinal en el US Open 2022, parece que Karen vuelve a ofrecer una versión parecida a la que intuimos cuando ganó el Masters de París en 2018 (frente a Djokovic, por cierto). Su problema es que no hay plan B en su juego. En racha, es capaz de cualquier cosa a base de derechas planas imposibles de devolver. Ahora bien, cuando esas derechas no entran o cuando el rival le busca el revés, ¿qué queda de Khachanov? Poca cosa. Se benefició también de algunas situaciones extrañas: Tiafoe desperdició un 6-1 en el tie-break del cuarto set en tercera ronda; Nishioka se borró por completo en el partido de octavos y Korda se tuvo que retirar en el de cuartos. Aun así, van dos semifinales de grand slam consecutivas, así que nada que reprochar.
7. El cuarto semifinalista, como decíamos, fue Tommy Paul. No sé muy bien qué decir de Tommy Paul. De hecho, no sé muy bien qué decir de toda la nueva ola estadounidense. Saque y derecha. Saque y derecha. Saque y derecha. Si exceptuamos a Korda, que sí me parece un jugador especial, aunque la cabeza le traicione en ocasiones, el resto me resultan jugadores algo unidimensionales. Unos con más talento –Fritz, Tiafoe…- y otros con menos –JJ Wolf, McDonald…-, pero no consigo distinguirlos demasiado de las generaciones anteriores más allá del número (hasta ocho se plantaron en tercera ronda). A Paul se le abrió el cuadro con su meritoria victoria contra Ruud en segunda ronda y a partir de ahí se limitó a cumplir pronósticos. No sé si volverá a las semifinales de un grande, sinceramente.
8. Uno de los grandes nombres del torneo, en cuanto a expectativas, fue Ben Shelton. El caso de este otro estadounidense, cuartofinalista en su primer grande fuera de su país, es curioso. Tiene 20 años y ha cimentado toda su carrera en la NCAA. De hecho, es el campeón universitario. La visita a Australia ha sido la primera a un país extranjero para competir después de hincharse a ganar challengersen su país. Es lógico que ahora se hable de él como la gran esperanza del tenis estadounidense. Sobre todo si tenemos en cuenta que el tenis estadounidense lleva casi 20 años (Roddick, US Open 2003) sin levantar un grande en el circuito masculino y 14 (Roddick, Wimbledon 2009) sin llegar a una final. Lo que he visto de Shelton no me dice gran cosa, pero teniendo en cuenta su escasa experiencia y su margen, por tanto, de mejora, habrá que estar atentos.
9. El otro gran nombre que sale reforzado de este torneo es el del checo Jiri Lehecka. A Lehecka le vimos el año pasado en las NextGen Finals, que suelen ser bastante indicativas de lo que nos espera en el futuro -sus ganadores han sido Hyeon Chung, meses antes de hacer semifinales en Australia, Stefanos Tsitsipas, Jannik Sinner, Carlos Alcaraz y Brandon Nakashima, otra de las promesas estadounidenses- y nos gustó lo que vimos. No es un jugador explosivo, sino más bien diésel. Tiene muy buen servicio y domina bastante bien desde el fondo de la pista. A sus 21 años, sería muy raro no verle a final de temporada entre los veinticinco mejores del mundo.
10. Vamos con algunas decepciones y empecemos por, para mí, la más sonada: Felix Auger–Aliassime. El canadiense acabó el año pasado como un tiro, ganando consecutivamente los torneos de Florencia, Amberes y Basilea. Es verdad que nos decepcionó en París y es verdad que tampoco arrancó en las ATP FInals, pero, en fin, a sus 22 años, parecía listo para dar el salto definitivo hacia las rondas finales de un grande. El cuadro, además, no podía ser más sencillo. En fin. Cedió un set en primera ronda ante el muy veterano Vasek Pospisil, tuvo que remontar dos sets contra el eslovaco Alex Molcan y se volvió a dejar un set en tercera ronda contra Francisco Cerundolo, un especialista en tierra batida. Su rival en octavos: Jiri Lehecka. Ganó el primer set y perdió los tres siguientes. Decepcionante es poco. No se verá en otra para meterse en cuartos casi sin despeinarse.
11. Tampoco estuvo a la altura Taylor Fritz (cayó en segunda ronda), ni lo estuvo Daniil Medvedev (de finalista a tercera ronda, un paso más en su inexorable declive) ni lo estuvo el citado Casper Ruud o incluso Frances Tiafoe, de quien se esperaba más de una tercera ronda. Ahora bien, nos vamos a detener en Matteo Berrettini. El italiano, finalista en Wimbledon y semifinalista en Melbourne el año pasado antes de que las lesiones destrozaran su temporada, cayó en primera ronda después de desperdiciar un match point tirando a la red una derecha sencillísima. ¿Su única disculpa? Al otro lado de la cancha, tenía a Andy Murray.
12. Andy Murray. Sin duda, la gran historia de la primera semana del torneo. El británico de 35 años, con una prótesis en la cadera, alejado de los primeros puestos del ranking, dio una lección de pundonor que emocionó a todo el mundo del tenis. No solo ganó a Berrettini en cinco sets, sino que protagonizó el gran partido del torneo ante Thanasi Kokkinakis en segunda ronda. Murray, dos sets y break abajo, consiguió remontar después de casi seis horas, acabando el partido a las cuatro de la madrugada, hora local. No contento con eso, saltó a la pista dos días después para enfrentarse a Roberto Bautista-Agut y le forzó cuatro sets, acabando absolutamente agotado. No todos los héroes llevan capa.
13. Por cierto, Kokkinakis. Va camino de los 27 años y su puesto más alto en la clasificación ha sido el 69º. De hecho, esta semana hay que buscarlo en el 141º. Qué talento desperdiciado por las lesiones. Ese servicio y esa derecha deberían haber estado compitiendo por cosas grandes desde hace años, pero no ha sido posible. Su buen amigo, Nick Kyrgios, se pasó el mes de diciembre repitiendo lo poco que le apetecía competir en Australia y las ganas que tenía de que pasara cuanto antes la gira oceánica y al final no ha disputado ni un partido. Una lesión de rodilla le apartó de la United Cup, luego de Adelaida y finalmente de Melbourne.
14. El tenis español. ¿Qué decimos del tenis español? Poca cosa. El exnúmero uno del mundo, Carlos Alcaraz, se lesionó justo antes de empezar la gira y se perdió el torneo. El vigente campeón, Rafa Nadal, hace tiempo que no está ni mental ni físicamente en la élite… y además volvió a lesionarse, esta vez en el psoas ilíaco. Del resto, apenas tenemos noticias: Davidovich cayó en segunda ronda frente a Tommy Paul, lo cual, en perspectiva, no es tan mal resultado. Carreño, con molestias todo el mes, solo pudo ganar un partido. El único que logró meterse en octavos fue Roberto Bautista-Agut, con un cuadro bastante favorable y después de haber hecho final en Auckland. Cayó también contra Paul, con demasiada facilidad. Tenía una oportunidad formidablepara haber hecho semifinales, como en Wimbledon 2019.
15. Supongo que es inevitable que nos centremos un poco más en Nadal, pero no sé muy bien qué decir. Desde que perdiera contra Tiafoe en octavos del US Open solo ha podido ganar un partido, precisamente en Melbourne, y fue contra un mermado Jack Draper. El propio británico, que tiene muy buena pinta a poco que gane algo de fondo físico, se preguntaba qué habría pasado de no haberse lesionado. ¿Es el fin de una era? La verdad es que lo parece: Nadal cumplirá 37 años durante Roland Garros y lleva casi un año encadenando lesiones distintas, como si el cuerpo ya no supiera qué más señales mandarle. Hasta Miami, como pronto, no volveremos a verlo en pista. Ahí, podremos sacar conclusiones más certeras. Zverev dijo que se retiraría después de París, pero parece muy improbable.
16. Hablando de lesiones y de lesionados: solo un tenista en todo el cuadro masculino tuvo que retirarse por lesión: fue Seb Korda en cuartos de final, ante Khachanov. En ello tuvo mucho que ver que la meteorología en Australia no se pareció en nada a la de otros años. No hubo calor horrible, sino lluvia. Las temperaturas fueron suaves y los excesos, moderados. En cuanto al citado Zverev, que volvía a un grande después de su salvaje lesión de tobillo en las semifinales de Roland Garros 2022… poco se puede decir. Ganó agónicamente la primera ronda ante el peruano Varillas y perdió en la segunda, sin oponer demasiada resistencia, ante un jugador mediocre como Michael Mmoh. Queda mucho trabajo por delante.
17. Pasamos ya al cuadro femenino, donde tenemos nueva campeona: Aryna Sabalenka. La bielorrusa se plantó en Australia llena de dudas tras un mal año 2022, que venía a su vez de la montaña rusa que fue 2021, con sus problemas con las dobles faltas, las lágrimas en la pista, las retiradas extrañas… Sabalenka, decía, llegaba como sospechosa y se ha ido sin perder un partido en toda la gira: campeona en Adelaida y campeona en Melbourne, cediendo solo un set en el camino, el primero de la final ante la excelente Elena Rybakina. El mero hecho de remontar ese partido, pese a la adversidad del primer set, ya habla a las claras de la nueva mentalidad de Sabalenka, que, ya puesta en marcha, puede ser difícil de parar.
18. En cuanto a Rybakina, demostró que su juego se adapta a todas las superficies. Se cargó con cierta facilidad a la número uno, Iga Swiatek, en octavos. Luego hizo lo propio con Ostapenko y Azarenka, dos excampeonas de grand slam. Sirvió de maravilla y lució una derecha imperial, solo inferior, quizá, a la de la propia Sabalenka. Si hubiera obtenido los puntos de su triunfo en Wimbledon, hablaríamos de una top 5 del mundo. No tardará en conseguirlo si sigue por este camino.
19. El torneo de Azarenka fue majestuoso cuando ya no se esperaba demasiado de ella. Llegó a las semifinales después de derrotar a la, quizá, gran favorita, Jessica Pegula. Antes, se había deshecho de Madison Keys y de la campeona de 2020, Sofia Kenin. ¿Estaremos ante una segunda juventud? No es fácil saberlo, pero digamos que, en términos WTA, fue una gozada ver a tanta excampeona llegar tan lejos. Puede que se empiece a establecer algo parecido a una jerarquía que en los últimos años ha brillado por su ausencia.
20. Volvamos atrás para analizar lo sucedido con Iga Swiatek. Algo pasa con la polaca, más allá de que es la número uno del mundo doblando en puntos a la segunda (que no es poco). Acabó el año pasado con una sonora derrota ante la propia Rybakina en las WTA Finals e inició este con otra derrota contundente (6-2, 6-2) contra Jessica Pegula en la United Cup, que, por cierto, acabó entre lágrimas. Si a eso le sumamos su juventud (21 años) y las referencias constantes a la presión que siente por liderar la WTA, puede que tenga un año complicado. El talento, eso sí, es incuestionable.
21. Pedirle a Coco Gauff que ande ganando slams a los dieciocho años tal vez sea demasiado… pero como este va a ser su cuarto año en la élite, casi nos sale solo. La finalista de Roland Garros apenas pudo llegar hasta octavos en Australia, donde cayó con una Ostapenko pasada de peso, pero con una agresividad que no veíamos desde hacía años. Si hablábamos antes de la revolución estadounidense en el cuadro masculino, se puede decir que la femenina se quedó un poco en nada: ni Pegula, ni Gauff, ni Collins, ni Keys… ninguna llegó a semifinales, siquiera.Una pequeña decepción.
22. Sí que llegó la sorprendente polaca Magda Linette… y no se puede decir que se beneficiara de un cuadro asequible: en cuartos, se impuso a otra «renacida», la checa Karolina Pliskova; en octavos, se llevó por delante a una de las grandes favoritas, Caroline Garcia, y en segunda ronda, se impuso a la también imprevisible Anett Kontaveit, top ten hasta hace solo un año. Si tenemos en cuenta que, a sus 30 años, solo había llegado a la final en torneos WTA 250, el salto de calidad es enorme.
23. Linda Fruhvirtova se plantó en octavos de final por primera vez en un grande y dejando unas sensaciones estupendas. Tiene 17 años. Lo mejor del caso es que todo el mundo apunta, como si se tratara de las Williams, que la buena es la hermana pequeña, Brenda, de 15. En Australia, la adolescente cayó en primera ronda… pero después de curtirse en las clasificatorias y consiguiendo por méritos propios el acceso al cuadro principal. Habrá que estar muy atentos a la progresión de ambas.
24. No hay mucho que decir de las españolas. Paula Badosa estuvo sensacional en Adelaida, donde se plantó en semifinales tras derrotar a duras rivales, pero no pudo superar una lesión que se produjo en cuartos y se perdió Melbourne. Un consejo: si se puede evitar un torneo justo antes de un slam, mejor hacerlo. Sin Badosa en el horizonte, la responsabilidad quedaba sobre Garbiñe Muguruza… pero Garbiñe hizo una de las suyas: después de sacar para ganar el partido en primera ronda frente a Elise Mertens, lo acabó perdiendo con un 6-1 en el tercero. Tras un 2022 espantoso, empieza 2023 con tres derrotas en tres partidos. Al menos, nos alivió el luto la inesperada Cristina Bucsa, que salió de la previa para cargarse a Bianca Andreescu y ganarse un partido en la Margaret Court contra Iga Swiatek. Solo ganó un juego, eso sí.
25. Vamos con los demás cuadros… El dobles masculino volvió a tener aroma australiano. Tras la inesperada victoria de Kyrgios y Kokkinakis el año pasado (tema de inicio del controvertido documental «Break Point» de Netflix), este año los campeones han sido Rinki Hijikata (21 años) y Jason Kubler (29). Era la primera vez que hacían pareja. De la sorpresa pasamos casi a la rutina: las checas Krejcikova y Siniakova repitieron título, sumando su séptimo grande, el cuarto consecutivo (no compitieron en Roland Garros 2022). A eso, hay que sumarle el oro olímpico de Tokio 2020. Los dobles mixtos se los llevaron los brasileños Luisa Stefani y Rafael Matos, derrotando a dos clásicos de esta especialidad como son los indios Sania Mirza (36 años) y Rohan Bopanna (42). En cuanto a los jovencillos, el belga Alexander Blockx se impuso en una edición masculina sin españoles (Martín Landaluce ha preferido pasarse al circuito profesional) mientras que la rusa Alina Korneeva (15 años) hizo lo propio en la femenina, derrotando a su compatriota Andreeva.
En definitiva, después del aire fresco del triunfo de Carlos Alcaraz en Nueva York, un nuevo triunfo de la vieja guardia. Para hacerse una idea, desde que Djokovic cumplió 30 años (mayo de 2017), entre él y Nadal (un año mayor) han ganado diecisiete de los veintitrés grandes disputados. Y no, no se vislumbra sucesor. Habrá que seguir esperando y disfrutando el camino.
Gran análisis como de costumbre, Guillermo.
– Sobre Djokovic: Le echaron legal pero injustamente del Us Open 2020. Le utilizaron políticamente justo hace un año gracias a la campaña repugnante de un politicastro populista, deportándole e impidiendo su secuencia triunfal en Australia. Le vetaron en el Us Open 2022 mientras que a los tenistas norteamericanos no vacunados les permitieron jugar. Le quitaron 2000 puntos a pesar de ganar Wimbledon 2022, adulterando el ranking ATP de forma ridícula, y alimentando la narrativa del malo de la película. Él, impasible, jugando la mitad de año, acabó #5 de la clasificación sumando 5 títulos, Londres y Masters incluidos. Un año después, cerrando el noveno círculo del infierno dantesco al que fue condenado de manera arbitraria, volvió al escenario del crimen para redimirse y, sin rencor, demostrar que es el GOAT y que su misión está lejos de acabar. Con la mitad de sevicias que le han infligido al serbio el 99% de los deportistas se habría retirado a vivir de las rentas, pero Djokovic se mueve en terrenos ajenos a lo humano, como Nadal. Nuevo hito para el belgradense que ni mucho menos va a detenerse en su cruzada de convertirse no solo en el mejor tenista de la historia, sino quizá en el mejor deportista de la historia. Nunca pretendió ser el más simpático pero eso es lo de menos cuando se es coherente y tus principios son innegociables. Lo único que ha hecho es restituir la dictadura deportiva de la que por motivos espurios fue apartado.
– Nadal: creo que a Rafa le queda mecha todavía, y en Roland Garros al menos hay que darle como favorito #1. Sí es cierto que cada vez tiene más achaques y, sobre todo, que los rivales, independientemente del ranking, saltan a la pista con la sensación de poder ganarle fuera de la tierra batida. No obstante ya sabemos de lo que es capaz el balear y no es descartable otra hazaña que, eso sí, no le situaría como GOAT. Para mí el debate es ridículo en tanto que la prensa bufandera se centra únicamente en los GS sin considerar las múltiples variables que confluyen y en las que el serbio supera a Roger y Rafa. Si en cualquier disciplina vital el más completo es el mejor, objetivamente el balcánico es el más completo del tenis. A partir de ahí, como bien dice Guillermo y sin luces cortas, que cada uno saque sus conclusiones.
– Vamos con las revelaciones, teóricamente encarnadas en los norteamericanos Paul y Shelton. Ambos aprovecharon el lado del cuadro más despejado, y el primero, por experiencia, hizo lo que tenía que hacer. ¿Tendrá continuidad? Lo dudo. Sobre Shelton, es muy joven etc, pero coincido en que lo que le he visto es unidimensional, lo que de entrada le descarta para la tierra batida, como a todos los estadounidenses, por cierto. Que el inefable Wolf ( que parece sacado de una autocaravana de white trash de la América profunda) le tuviera contra las cuerdas, ofrece más información para calibrar su potencial que haberse filtrado hasta los cuartos en un trazado ideal. Porque hay que recordar que a partir de tercera ronda, ya se sabía que un jugador por debajo del 20 iba a ser semifinalista. Alguno, por lógica tenía que llegar.
– Decepciones: en este orden, Medvedev, Fritz, Berrettini, Sinner, Ruud y Aliassime.
Del ruso (ya lo he dicho varias veces) no espero nada desde que colapsara ante Nadal y espoleara al público metiéndole en el partido y en su cabeza. Pero caer en tercera ronda aunque sea ante el emergente Korda supone un fracaso sin paliativos porque además fue en 3 sets. Me he dado cuenta de otro agravante en el juego de Daniil, y es que ya todo el mundo le ha pillado la matrícula y sabe cómo jugarle: basta con moverlo y traerlo a la red de vez en cuando con dejadas. Su juego es muy previsible y, perdido el factor sorpresa que le hizo irrumpir hace año y pico, no tiene margen de mejora. Para más inri, hasta la gira veraniega norteamericana no tiene opciones de ganar nada reseñable, dado que su juego es incompatible con la tierra y la hierba.
De Fritz baste decir que tenía alfombra roja hasta semifinales y perdió con Popyrin. Aun así le veo con opciones de ganar algo importante algún día.
De Berrettini, al igual que Fritz, tenía pista libre hasta semifinales y por mucha épica escocesa de Braveheart Murray, no puedes caer con alguien que está de retirada y tú en la flor de la vida deportiva. Reitero que con ese revés es matemáticamente imposible que gane un GS.
A Sinner se le viene esperando desde hace tiempo y puede seguir aplicándosele el adjetivo con que lo motejé hace año Y medio: estancado. Sí, llevó al quinto set a Tsitsipás, pero más allá de eso, se aprecia conformismo, debilidad física, mental y poca evolución en su juego pese a los cambios de entrenador . Como muestra, este botón:1-17 contra Top-5.
Ruud no es tanto una decepción como la constatación de que su #2 era totalmente coyuntural. Es un jugador ejemplar y dedicado, gana a quien tiene que ganar y pierde con quien tiene que perder. Pero no tiene armas para desbordar. El año pasado aprovechó cuadros expeditos para colarse 4 finales importantes pero este año se le va a hacer muy largo y cuesta arriba.
Todo lo contrario que Aliassime, que posee golpes contundentes y un físico privilegiado, pero una falta de colmillo preocupante. Todavía está a tiempo y le veo mucho más potencial que a Sinner, pero tiene que espabilar.
– En la zona paté (ni fu ni foie) sitúo a Rublev, Rune, Lehecka y Hurckacz. El ruso hizo lo que marca su ranking y juego, plano y de un único plan, cuartos de final, y el danés tiró incomprensiblemente su partido de cuartos por esos vaivenes de cabeza que tiene. Creo que le hubiera dado más guerra a Djokovic pero en cualquier caso, va a ser la némesis de Alcaraz. El checo también aprovechó esa llave abierta en la que pechofrío Aliassime fue su mayor escollo para finalmente varar con Tsitsipás, y del polaco simplemente decir que ha sido un Top Ten ficticio, un jugador gris y anticarismático como pocos.
– El finalista merece un aparte porque sí que ha presentado un salto en su tenis, aunque la mente le traicione. Pero Stefanos tiene un tenis maravilloso y versátil que le ha permitido ya ganar torneos en todas las superficies. Es cuestión de tiempo que gane un GS y de la Next Gen, junto con Zverev al que habrá que ver si recupera el nivel, es el más capacitado. Sé que es especular pero Tsitsipás ha estado más cerca de poder ganar la final de lo que el marcador sugiere, pero ha gestionado fatal los tie breaks.
Si se lleva el tercer set es posible que hubiéramos visto un quinto set dramático, porque a Nole le estaba comiendo la ansiedad por acabar cuanto antes, y el griego podría haberse aferrado a su remontada de 2021 ante Nadal.
– Por último y respecto al cuadro femenino, merecido triunfo de Sabalenka, que creyó más en la victoria que Rybakina, demasiado contemporizadora. No obstante, sin duda las 2 mejores jugadoras que además parecen estables, sobre todo la kazaja: me admira su inexpresividad, tranquilidad y discreción. Por cierto, una vergüenza que a toda una campeona de Wimbledon la desterrasen a la pista 13 en la primera ronda.
El artículo es buenísimo como siempre, pero el complemento del comentario de Dani es de aúpa. Gran análisis.
De Djokovic hay poco más que añadir. Como dice Dani, su tenis es impresionante, pero lo es también su coherencia. Cómo ha gestionado todo lo extradeportivo, para volver a ganar, sin resentimiento ni venganzas sino hablando en la pista, habla de un tipo maduro y con las ideas claras. Sumado al hecho de que es el mayor talento que haya cogido una raqueta, no queda otra que aplaudir, y disfrutar.
Tsisipas también ha dado un salto mental y ganará más de un GS más pronto que tarde, en cuanto Nole le deje. Estoy de acuerdo en que mereció más y el resultado (3 sets a 0) no refleja su partido. Ese set point del segundo set, esos tie-breaks…una pena.
Del resto… también estoy de acuerdo en casi todo, salvo en dos puntos.
-A Nadal le veo tan lastrado físicamente, que no le veo favorito para RG ni mucho menos. Una decepción que cayera tan pronto y es que como dice Guillermo, da la sensación de que su cuerpo ha dicho basta y no deja de mandarle señales cada vez más claras. Con Djokovic a ese nivel, el crecimiento de Tsisipas y la irrupción de la next-next Gen (interrumpida en parte por lesiones y decepciones) le doy pocas opciones, si bien, como diría M.Rajoy, Nadal es Nadal y si alguien puede sorprendernos es él.
– A Jack Sinner le veo más futuro que Dani. Los italianos han sido una decepción este torneo, pero el bueno de Jack se vio las caras con todo un finalista. En el US Open 2022 le eliminó Alcaraz, a la postre ganador. El balance vs top10 que menciona Dani es preocupante…pero el chico es joven y tiene mucho tenis. Madurará.
Vaticinio que él, Rune y Aliassime, junto con nuestro Carlitos, van a estar en las rondas finales de los GS con creciente frecuencia.
Gracias por tu comentario y de paso agradezco tu análisis también. Veo lo que tanto Guillermo como tú aportáis sobre Nadal, pero cual ave fénix que es, no descarto que eche el resto en Roland Garros y que ese sea su canto del cisne. Evidentemente, parece bastante claro que Djokovic le va a superar en GS porque al serbio le quedan 3-4 años al máximo nivel, y del español cabe vaticinar que como mucho y apurando, le restan 2 años a trompicones.
Sobre Sinner, son tantas ya las decepciones y su poca evolución que no puedo ser optimista. Además, hace 1 año declaró que hasta los 23-24 se daba de plazo para ser el tenista que se presupone que estaba destinado a ser. Esas palabras denotan conformismo y quizá, aceptación de sus propios límites, toda vez que ya Alcaraz había pasado por la derecha a la Next-Gen. Cuando ves que la Next-Gen no acaba de arrancar pero puede que alguno por fin eclosione, que a Nadal y Djokovic no los jubila nada más que el imperativo biológico, y que surgen tenistas de tu generación que te comen la tostada (Alcaraz y Rune), tienes que dar un paso adelante. Esa estadística contra top-5 no solo es preocupante, es que cuando pudo ganar un torneo importante como Miami, perdió contra el gris Hurkacz. Al año siguiente (2022), defendiendo final, se retiró en cuartos ante Cerundolo (contra Cerundolo!! No estamos hablando de Alcaraz o cualquier especialista en pista dura) por una ampolla. Si tienes ambición te aplicas todos los calmantes posibles para seguir jugando. ¿Es concebible esa situación con Nadal, Djokovic o incluso Alcaraz? Yo creo que morirían por seguir en esas circunstancias, máxime cuando tu palmarés de títulos importantes está en blanco.
Los resúmenes de los GS que elabora Guillermo suelen ser las entradas más comentadas de entre todas de las de la revista digital. No me explico por qué motivo no aparece esta entrada en la página principal de Jot Down, donde no se ha dejado de hablar de deportes. ¿Será porque se pretende que la actualidad deportiva se quede en Jot Down Sport? Me pregunto si este cambio ampliará o no el número de lectores y comentaristas. Ya veremos. Pero de entrada yo expreso mi descontento.
Sin más preámbulos disparo ideas que se me vienen a la cabeza trataré de no repetir ideas ya expuestas. A ver cómo acaba esto.
Sobre el GOAT. Las conclusiones tienen que ir cuando estos dos grandes se retiren. Si nos animamos a opinar, yo he cometido ese error alguna que otra vez, es porque proyectamos el futuro según un análisis del presente. Y lo que vemos es un Djokovic lanzado a por más torneos del GS y muy en forma. No voy a discutir la opinión de Guillermo sobre este particular pero para hacer la cuenta de forma adecuada habría que tener en cuenta aspectos que se ha dejado en el tintero, como la copa Davis (ya sé que es un torneo de naciones pero alguien debería de hacer notar cuál ha sido el desempeño de Nadal en esa competición y el record que tiene de victorias), medallas olímpicas y hacer notar que el H2H entre ambos está bastante igualado, aunque lo sea a favor de Djokovic. Djokovic es el tenista más completo de la historia pero el GOAT no debería de ir solo de eso. Incluso debería de contemplar, de forma ponderada (difícil de hacer), aspectos inmateriales como los inconvenientes que el jugador ha tenido que superar en su carrera deportiva. Si tuviera que decidir hoy quién es el que posee ese galardón yo opinaría igual que Guillermo. Pero es que hoy no toca. Ni cuando Alcaraz, o quien sea, gane RG dentro de unos meses.
Sobre Djokovic. Tenísticamente es una máquina. Un gustazo verlo como se mueve en la pista y la forma en que domina el curso del partido apretando al rival cuando es preciso. Pero el teatro que ha practicado en diversos partidos con motivo de su lesión (o lo que haya sido, que pudo haber sido cuento) ha sido inaguantable. En mi opinión, ganas de introducir épica para forjar su propia leyenda. Si un jugador está lesionado, su rendimiento viene a menos con el paso de los partidos en un torneo tan exigente como un GS. A Djokovic las lesiones lo mejoran. Y no es la primera vez que le pasa esto o algo parecido. Djokovic, uno de los deportistas más grandes de la historia, se rige por ciertos patrones de comportamiento y por determinadas formas de pensar que quedan algo lejos, a veces, de una actitud lógica. Y desde luego que en más de una ocasión su comportamiento no se ha podido tildar de coherente. El tipo es así. Hace teatro para que le queramos más por su capacidad de lucha en situaciones límite pero la gente se da cuenta de que la realidad es otra. Luego él se pregunta porque el público no lo quiere de forma mayoritaria.
Sobre Alcaraz. Eché de menos su concurso. Ha tenido que parar dos veces seguidas por motivos médicos, sin apenas competición entre una y otra lesión y por motivos distintos. Mal presagio. Me había construido la idea de que el tipo era un toro. A ver si su carrera va a desarrollarse entre periodos de abandono forzado. Es una pena porque yo aspiro a verle derrocar a Nole.
Sobre Rybakina. Gratamente sorprendido tras haber disfrutado de su juego en el partido contra Swiatek y luego en la final. Su primer saque es un latigazo que ejecuta desde arriba por lo que hay una parte del recorrido que realiza la raqueta antes del golpeo que no le sirve para incrementar la potencia. Y aún así sus primeros son más rápidos que los de Sabalenka. Lo que indica que es una jugadora muy fuerte. Esa fortaleza se ve en la forma en que mantiene su posición semiagachada cuando intercambia golpes. Como es tan alta tiene que agacharse más de la cuenta para golpear desde abajo y para ello tiene que aguantar mucho esa posición. Y todo ello sin perjudicar su movilidad. El precio de la mecánica de su saque es un segundo con inferiores prestaciones. Aún así golpea lo suficientemente liftado como para dar profundidad y alejar a la rival del cuadro de saque. El duelo contra Sabalenka prometía.
Sobre la final femenina. Y se cumplieron las expectativas. Creo que fue una gran final. Para empezar un duelo de servicios. Creo que es, en conjunto, mejor sacadora Sabalenka que la kazaja. Ambas no podían apretar desde el resto como contra otras jugadoras. Así que una parte del duelo se tuvo que resolver en los intercambios en la pista. Y yo creía que la movilidad de Rybakina sería decisiva para que ella se llevase el título. Pero para mi sorpresa no lo fue. Sabalenka jugó atrás con mucha profundidad y se mostró compacta. La final es de muchos quilates. Cuando comprobé el número de winners y de errores no forzados se confirmaron mis impresiones. ¿Nos dirigimos hacia un ránking más estable en el tenis femenino? No cantemos victoria tan rápido.
Sobre Fernández. Me alucina esta chica. Su disposición en la pista y su capacidad de presionar a la rival merecen recabar más triunfos. Su partido contra la francesa Garcia fue muy divertido. Ambas ganaron los mismos puntos, aunque solo se jugaron dos sets, y solo decidió el choque el servicio de la gala en los momentos claves. Leylah siempre presionando a su rival dispuso de muchísimas oportunidades de break. Está pasando las penurias de competir con un ránking tan bajo, como le pasa a Raducanu, cuando hace dos USOpen ambas eran promesas de futuro. Me gustaría que volviesen ambas a ganar títulos y especialmente la de Canadá.
Sobre Bucsa. ¿Alguien se acuerda de Aliona Bolsova? Pues eso. Me encantaría pensar que podrá rendir en el circuito con solvencia en los próximos torneos pero veo su destino más pegado a Bolsova que por ahora sigue luchando en torneos ITF y W60 para tratar de volver a sacar la cabeza en los grandes. Es la dura vida de la clase media-baja. Bucsa, Masarova, Bolsova… hay varias jugadores de origen extranjero que están tratando de hacerse un hueco en la élite con la bandera de España, señal de que aquí hay una estructura para promocionar a talentos. De la cantidad sale la calidad. Ojalá Bouzas se les una pronto.
Sobre Umbert. Pues hablando de la dura vida de los torneos inferiores y la élite de la ATP. Ha vuelto Umbert para combatir con cierto nivel en un GS. Le falta competitividad y mayor consistencia en el juego atrás. Sigo pendiente de él para ver su mejora en la pista dura.
Sobre la nueva generación de tenistas americanos. Apuesto que en los torneos de tierra en la primavera europea la mayoría harán un no presentado o simplemente caerán en las primeras rondas.
Sobre los tenistas rusos y bielorrusos. He adquirido la convicción de que tendrían que estar excluidos de la competición. Tuve esa impresión en el Rublev-Djokovic basándome en argumentos que no tienen que ver con el tenis. La ATP y la WTA deberían de dejarlos fuera como hizo Wimbledon. Los motivos son de carácter geopolítico. Si tengo ánimos desarrollaré un poco esta idea más tarde.
Gracias a todos por comentar.
Yo creo que Djokovic no finge la lesión y en la partido de Dimitrov se le vio claramente mermado. Otra cosa es lo que hemos dicho varias veces, que tanto él como Nadal ganan a cualquiera fuera del Top 10 al 50-60%. Todos los jugadores que llevan tiempo en la élite conviven con mayores o menores grados de dolor. En el caso de Nadal y Djokovic, tras casi 20 años compitiendo, el dolor es consustancial a ellos. El mismo rasero se le podría aplicar a Rafa tras lo que pasó en Roland Garros 2022: tanto él como su entorno dieron señales bastante claras de que estaba lesionado e incluso de que cabía pensar en la retirada tras París. En la rueda de prensa final, cuestionado al respecto, Nadal contestó sorprendido de que él iba a seguir jugando, sin percatarse de que por sus declaraciones y las de su entorno, la prensa unánimemente consideró seriamente la posibilidad de la retirada que habían (consciente o inconscientemente) cebado.
Lo del veto a rusos y bielorrusos, a la espera de tus argumentos, a mí me parece una cacicada injustificable en tanto que el tenis es un deporte individual y los jugadores se representan única y exclusivamente a ellos. Sería comprensible en Copa Davis o en otros deportes que fuesen colectivos, pero a mí me resulta ridículo. En este sentido, la rusa Rybakina acertó al nacionalizarse kazaja dadas las circunstancias, evidenciando la estupidez de estas decisiones. Hay que mantener la política tan alejada del deporte como a la religión de las escuelas.
Interesante comentario.
Yo opino que a los deportistas hay que juzgarles por lo que hacen en el campo, mientras no hagan trampas claro. Ser más o menos simpático, noble, deportivo… No digo que no sea importante, pero es secundario. Aparte de que Djokovic, con sus cosas, es un gran tipo. El hecho de ser coetáneo de Roger y Rafa, que además de dos tenistas excelsos son más majos que las pesetas, también le perjudica.
Yo cuando veo sus partidos, siempre me pasa igual; de primeras «deseo que pierda» (por eso de que no alcance a Nadal en GS, chorradas patrias que le dan a uno), pero según avanza el partido y si no es contra Nadal o Alcaraz, me voy quedando hipnotizado con su tenis y acabo celebrando sus puntazos.
Buen punto el que comentas de las lesiones de Alcaraz. Esperemos que haya sido algo puntual.
Respecto a excluir a jugadores por su nacionalidad…me encantaría que lo desarrollaras, porque me parece una barbaridad.
Por último Dani, ¿sabes cuál es el balance de Aliassime o Rune vs top5? No consigo encontrarlo. Me has dejado tocado con la estadística de Sinner
Aliassime – Djokovic 1-1
Aliassime – Nadal 1-2
Aliassime – Alcaraz 3-0
Aliassime – Tsitsipás 3-5
Aliassime – Ruud 1-3
Aliassime – Rublev 1-3
Total top 6: 10-14
Rune – Djokovic 1-1
Rune – Nadal inédito
Rune – Alcaraz 1-1
Rune – Rublev 1-1
Rune – Ruud 0-4
Rune – Tsitsipás 2-0
Total top 6: 5-7
Pongo a 6 por incluir a Nadal.
Alucinante! Así puesto resulta incluso aún más demoledor el balance negativo de Sinner. Gracias!
Sinner – Nadal 0-3
Sinner – Djokovic 0-2
Sinner – Rublev 2-2
Sinner – Alcaraz 2-2
Sinner – Tsitsipás 1-5
Sinner – Ruud 2-0
Total Top -5: 7-14.
Me confundí con otra estadística que dista de la que nos ocupa, mea culpa. En cualquier caso no sale bien parado con respecto a Rune y Aliassime tampoco.
El 1-17 lo leí a un tuitero que publicaba estadísticas de tenis, y debe de ser frente a top – 5 en partidos de GS.
Gran análisis de Guillermo, como de costumbre, y muy buenos complementos estos comentarios.
Dos fallos menores en el artículo de Guillermo:
– Nadal ha ganado dos partidos (no uno) desde perder con Tiafoe en US Open 2022: ganó a Ruud en las Finals (en un partido que no importaba a nadie) y ha ganado hace unos días a Draper.
– Berrettini no palmó contra Murray con una derecha fácil sino con un revés. Que no es de extrañar, vista la mecánica que tiene y los resultados que le da.
Nadal y Djokovic son estrellas del deporte, que comprenden cómo funcionan los medios y hacen sus elecciones. Nadal ha cultivado una imagen de cuñado perfecto que para él es fundamental y que también le genera réditos económicos, mientras que el serbio llega un momento en el que se olvida de todo, estalla y le importa todo tres pepinos. Si se permite ese lujo, entendible por la presión y lo que se juegan, luego no puede llorar por tener haters. Nadal también los tiene, y muchos, por cierto, en España. Curioso, puede que la política influya. Porque no creo que a Novak le suceda en su país.
‘Cuento’ con las lesiones tienen ambos. Exageran cuando pierden y suelen culpar a los problemas físicos incluso antes de caer, como animales ególatras y competitivos que son. Pero una cosa es cierta: cuando Nadal está lesionado pierde o se retira y cuando Djokovic está lesionado gana dos Opens de Australia. Será la genética. Desde luego al serbio se le ve mucho mejor, y tiene cuerda para rato.
Luego me soprende la avidez que tienen algunos por cantar a los cuatro vientos quién es el GOAT, sobre todo cuando Nadal la pifia. Si Nadal se hubiera retirado en París ahora tendría más puntos en esa carrera, pero como siguió jugando a pesar de las lesiones ahora resulta que está MUY CLARO que el mejor es el serbio. Y se sacan a relucir las semanas de N1, que tiene 2 M1000 más y los Masters. Pero se olvidan de los JJOO y las Davis.
Pues yo creo que el mejor va a ser el que más GS gane, y si es Novak, que todo apunta que será él, pues será el serbio. Pero sorprende tantas ganas de proclamarle, cuando ahora están empatados. Seguro que en la prensa serbia no se apuntaba a Nadal como el más grande cuando ganaba 22-20. Algo chirría aquí, más allá del tenis. También se olvida que Rafa sólo ha perdido 8 finales de GS, tres menos que Novak. Tiene más valor llegar y perder o perder menos en el momento clave?
Me gustaría decir algo sobre Alcaraz. Me ha generado dudas. Después de verle arrastrarse tras la victoria en NY, creo que su problema ha sido más mental que otra cosa. Veía que no le daba para ganar Australia y hasta perder el N1 le viene bien para quitarse presión. Y si es así, no es buen síntoma. Esperemos que volvamos a ver la frescura en su juego, que le dará títulos. Si no, se puede pinchar un poco el globo.
Djokovic se retiró del Us Open 2019 por lesión durante su partido contra Wawrinka. Si Nadal se hubiera retirado en París la percepción sobre quién es el GOAT no habría cambiado o acabado, según se mire, porque al serbio le queda cuerda para 3 años. Nadal ha perdido 3 finales menos de GS que Djokovic, pero, respondiendo a tu pregunta e invirtiendo el argumento, Djokovic ha llegado a 3 finales más de GS que Nadal. La efectividad del español está cimentada en su estratosférico registro en Roland Garros. Sin embargo, en hierba y pista dura, su efectividad es ostensiblemente menor. El balcánico, por contra, es efectivo en todas las superficies.
No estoy de acuerdo en absoluto en tu argumento sobre los GS para decantar el debate del GOAT. Cuando las diferencias entre ambos (o los 3, por incluir a Federer) son tan nimias, y cuando existen múltiples variables en las que el serbio atesora todos los récords (todos los M1000 ganados y encima al menos 2 veces, h2h a favor con ambos, semanas como #1 lo que da prueba de la regularidad de un jugador, Copas de Maestros en las que el balear no tiene ninguna…), decir que si Nadal gana un GS más que Djokovic ya es el GOAT me parece temerario. El argumento de las Copas Davis no se sostiene por ningún sitio, puesto que se trata de una competición por equipos y, desde mediados de los 90 hasta hoy, España ha sido la potencia #1 del tenis por número de jugadores en el top-50, a diferencia de Serbia que ha empezado a producir jugadores (no tan buenos como la clase media española) tras la irrupción de Djokovic. Sobre los JJOO baste decir que se trata de una competición que se celebra cada 4 años y que tradicionalmente ha sido ninguneada por los tenistas. No fue hasta 1988 que volvió a ser deporte olímpico, y antes de esa fecha, habría que retrotraerse a 1924 para encontrarlo de nuevo en la nómina de disciplinas olímpicas. Ha tenido como ganadores a Marc Rosset y Nicolas Massú, y finalistas como Jordi Arrese, Mardy Fish. No digo que no sea importante y, desde luego, a un patriota como Novak le encantaría la medalla de oro olímpica, pero ningún tenista cambia un GS por un oro olímpico, ni tan siquiera una Copa de Maestros. En cualquier caso, tengo la intuición de que Djokovic en 2024 irá a por todas en París para intentar poner la guinda a su palmarés. Es lo «único» que le queda por ganar, además de ganar los 4 GS en una temporada, hito que ya estuvo a punto de conseguir hace 2 años, que está en disposición de abordar este año (aunque cada vez es más difícil), y que te recuerdo que consiguió en 2 temporadas, pero del tirón (2015 y 2016, Wimbledon, Us Open, Australia y Roland Garros, en ese orden). Más datos que avalan la candidatura de Nole al GOAT independientemente del nº de GS, es que es el único que supera las 80 victorias en los 4 torneos de GS, lo que da prueba de su versatilidad.
Inevitablemente, el argumento de los GS como único criterio me ha recordado al «bufandeo» de la prensa patria al dar la noticia de la victoria del serbio en Australia. Todos, más o menos, han venido a decir que «Djokovic iguala a Nadal y reabre el debate del GOAT». Entiendo la reticencia nacionalista, como la puede haber en la prensa serbia, por supuesto, pero yo intento ver las cosas con la máxima objetividad, y a mí, no solo a día de hoy sino que lo llevo pensando hace varios años, los datos me dicen que Novak Djokovic es el GOAT.
Termino, ¿qué estaría diciéndose en la prensa nacional si a Nadal le impiden participar en Roland Garros como hicieron con Djokovic en Australia, que a la postre ganó Rafa? Tampoco se celebró Wimbledon 2021 que es el otro torneo fetiche del serbio, más la expulsión injusta a mi parecer del Us Open 2020 más el veto del Us Open 2022 por el Coronacirco, pero en cambio sí que pudieron disputarlo tenistas norteamericanos no vacunados, como Tennys Sandgren quien refirió en un tuit lo ridículo que resultaba el veto. Estamos hablando de 4 GS de los que, tirando por lo bajo, al menos 1 habría ganado, por lo que ahora tendría 23. Pero claro, todo eso no interesa decirlo y aplicamos la ley del embudo. Ante el posible contraargumento de que Nadal se ha perdido muchos GS por lesión, diré algo que tampoco es popular: si Nadal no jugase como lo hace, exprimiendo el físico al máximo y dándolo todo en cada punto, no habría ganado 22 GS. Su palmarés es consecuencia de su forma de juego. Un Nadal menos sobrecargado físicamente tendría que haber cambiado su patrón de juego hasta hacerlo irreconocible y, por supuesto, inviable en su impresionante palmarés. Claro que ha evolucionado, sobre todo en el servicio y no reculando tanto atrás en pistas rápidas, pero mientras Federer o Djokovic terminan los puntos en 3 o 4 golpes de promedio, Rafa necesita el doble, y eso supone más desgaste y por ende, más lesiones.
Está muy manido aquello de minusvalorar el número de GS de Nadal porque 14 de 22 son títulos en Roland Garros. Pero casi nadie se para a pensar lo contrario, que es una barbaridad que alguien gane 14 veces en París. Al contrario, se le da un tinte negativo a algo que es, directamente, extraterrestre, y es uno de los grandes récords de la historia del deporte. Se hace con el objetivo de hacer de menos a Rafa. Qué pasaría si en vez de dos GS en cemento hubiera uno, y dos en tierra batida? O si el Masters se jugara alguna vez en una superficie distinta, por ejemplo tierra batida, habida cuenta de que la ATP engloba a torneos de todas las superficies?
Pero sin entrar en ese argumento, que suena victimista, la realidad es que el palmarés de Nadal es mucho más parejo al de Novak de lo que se suele vender. Ambos son grandísimos dominadores en un GS (Rafa 14 RG, Novak 10 AO), están a un título de empatar con los máximos ganadores en otro (Rafa 4 UO, Novak 7 Wimbledon) y flojean (si se puede llamar flojear a, al menos, haber repetido título) en los otros dos. Nadal tiene más RG y UO que Novak, y Novak más AO y WB que Nadal.
Hablas de diferencias nimias, porque lo son, y por eso mismo 38 M1000 contra 36, o un head to head de 30-28 no pueden decantar la balanza al mismo nivel que los GS, los torneos de los torneos. Sí le da un repaso en las semanas como número 1, pero es que Nadal, que tan sólo tiene un año más, fue el que tuvo que derrocar al dios intocable Federer, y cuando el trabajo estaba hecho Novak llegó para quedarse con los restos. Quien destronó a Federer fue Nadal.
Ya te digo yo que el serbio cambiaba una MC o dos por tener el oro olímpico. Haz memoria y recuerda el cabreo de Novak al perder con Zverev y cómo le afectó esa derrota en el US Open. Los Juegos rompieron la brutal temporada que llevaba, porque no tener el oro es considerado por él como una mancha. Los hechos lo demuestran, y por eso irá a por todas en París, como apuntas. Por eso es absurdo que intentes quitarle valor a un torneo que evidentemente antes no significaba nada, pero no podía significar nada porque estuvo 60 años sin jugarse y hasta Seúl no se admitió la participación de profesionales. Desde que sí se juega, el valor del oro olímpico es muy superior al que tiene la MC por el hecho de que se disputa cada cuatro años y se enmarca en unos Juegos Olímpicos.
Y sí, resulta irónico que hables de los GS que se ha perdido Djokovic (entre otras cosas porque no ha querido vacunarse) con un historial de lesiones como el que arrastra Nadal. Pero es que, además, no vale eso de que es que Rafa se ha desgastado por su forma de jugar porque la realidad es que ha tenido un problema en el pie desde los 19 años. Lo que es milagroso es que pudiera seguir jugando. A Rafa, sus haters, siempre le han tachado de pasabolas, pero es que desde hace años es uno de los tenistas más ofensivos del circuito. Precisamente el más pasabolas ahora es Djokovic, que desespera a sus rivales porque llega a todas y no falla. Pero con Novak no funciona el calificativo de pasabolas, en su caso es que es flexible y un espíritu indomable.
Sobre la Copa Davis, ok, no es un torneo individual. Pero no por ello se puede obviar que Nadal ha ganado 5. No se les quita valor a los 6 anillos de Jordan porque estuviera en un equipo, digo yo. Pero para restarle mérito a los logros de Rafa, todo vale.
No quiero caer en minusvalorar a Djokovic, no es justo. Pero tampoco el ninguneo al que se se somete a Rafa, retorciendo la realidad para dejarlo en el N2. Si ese es su puesto, ese será, pero a día de hoy no está ni mucho menos tan claro como algunos apuntan.
Ensalzar a uno no supone minusvalorar al otro. Nadal es el mejor deportista español de la historia, de largo, y dudo de que alguien pueda superarle en siglos. Por supuesto que también es uno de los grandes deportistas de la historia. Ambos están en ese Olimpo. Que Djokovic cambiaría una MC por el oro te lo compro, pero sería por poner la guinda a su incomparable palmarés. Llevo 38 años viendo y jugando tenis, y la MC siempre ha sido el torneo más importante tras los GS. Eso, por mucho valor que quieras dar a los JJOO, es así y no lo cambia un ejercicio de voluntarismo.
Allá por 2011 Federer estaba en plenitud, y Djokovic firmó uno de los años más sublimes junto con 2016. En esos 5 años fue #1 y el suizo seguía siendo una máquina. En el Us Open 2011 Djokovic le remonta un 5-3 40-15 con saque del suizo en el quinto set a un Roger en plenitud. En 2019 le levanta en el 4° set otro 40-15 con saque del suizo en su jardín de Wimbledon (de cuyas llaves también es acreedor Novak con sus 7, y veremos si no 8 o… títulos que lo emparentan con el helvético). Que ese Federer no estuviera en plenitud por tener 36 años se desmonta por 2 hechos rotundos: se carga fácilmente a Nadal en semifinales y viene de ganar al propio Nadal en la final de Australia 2017. Es decir, que salvo en Roland Garros, hasta después de Wimbledon 2019 no se puede hablar de un Federer decadente.
Sobre el pasabolismo: Nadal ha evolucionado extraordinariamente en su juego, siendo cada vez más agresivo. Al principio era más «pasabolas», si se quiere emplear ese adjetivo que generalmente se usa despectivamente.
Calificar a Djokovic de pasabolas denota confusión de conceptos. Pasabolas, a día de hoy, son Rublev, Sinner o Casper Ruud, por poner algunos ejemplos, y Félix Mantilla, Álex Corretja, Ferrero, Albert Costa, Kuerten o Thomas Muster si nos remontamos a los 90. Y si retrocedemos más, Emilio Sánchez Vicario, Mats Wilander o Kent Carlson (este era el prototipo de pasabolas). Un tío que pone la bola donde quiere y con esa velocidad, que utiliza la pista como un plano para desplegar sus tiros con precisión de escuadra y cartabón, es lo más alejado del concepto de pasabolas que puede existir.
Por último, si los JJOO le hubieran afectado como dices, no se planta en la final del Us Open, cae en semis con Zverev o incluso antes. Pierde porque a Medvedev le sale el partido de su vida y porque viene de ganar 3GS seguidos, y viene fundido de Japón, tanto mental como físicamente.
Pues claro que le afectaron, es que si niegas eso… No estamos dentro de su cabeza, pero lo que pasó en los Juegos contra Zverev tuvo pinta de ser un bloqueo mental de tres pares de narices. O sea, un partido que tiene encarrilado lo pierde porque encadena la pérdida de un montón de juegos seguidos, hasta ocho. Y había ganado el primer set 6-1. Lía el pollo aquel de la raqueta contra la grada porque no podía más, se retira y acaba perdiendo hasta el bronce, porque lo único que le importaba era la medalla de oro. Se retira del partido por el bronce en dobles mixtos por una lesión (!). Yo creo que se vino abajo por la decepción de no poder igualar a Rafa.
Claro que llega al US Open quemado física y mentalmente, pero un jugador capaz de ganar una vez en Australia con un rotura fibrilar en el abdomen de 2,5 cm (y con saques brutales, nada que ver con los de Nadal con una rotura de milímetros) y otra vez con una rotura de 3 cm en la pierna izquierda, como se ha apuntado estos días, no parece que si esté centrado pueda perder en sets corridos SÓLO porque Medvedev juegue muy bien.
Pinta que (insisto, sin estar dentro de su cabeza) la no consecución de un objetivo fundamental en su carrera como el oro olímpico (porque es representando a su país y porque Nadal lo tiene, y él no) le generó una presión extra que no pudo controlar. Esa ansiedad sale en la derrota contra Zverev y en el pollo de la raqueta, y se vuelve a manifestar en NY. Llega a la final y, cuando está a punto de superar a Nadal, se encuentra inmerso en un partido en el que no le salen las cosas y acaba llorando a moco tendido por la presión, el disgusto y la impotencia. Lo siento, pero eso de que llora por el cariño del público no me lo creo al 100 por 100. Creo que pesaba más lo otro.
Sobre lo que apuntas de Federer, es cierto que no baja ostensiblemente su nivel competitivo desde 2011 hasta 2019, pero me parece absurdo discutir que Federer era mejor antes de 2011. Para qué voy a sacar los números, si son conocidos por todos. Y lo vuelvo a repetir: quien derroca a Federer es Nadal. Ese esfuerzo le tocó a Rafa, que ha sido el gran rival de Federer y Nole. El gran rival de Nole no fue Federer porque Nadal ya le había batido.
Me parece un poco condescendiente tu comentario sobre la «confusión de conceptos». Yo también llevo 40 años viendo tenis y lo jugué hasta la adolescencia, aunque puede ser que sepas mucho más que yo. Pero, a pesar de mi ignorancia, te explicaré por qué creo que Djokovic es pasabolas en esta fase de su carrera. Es evidente que la coloca donde quiere, fuerte, plana o liftada y a la línea de fondo. Es que es Djokovic. Pero ataca mucho menos, y acaba ganando los puntos por abrasión, porque él no falla y el que falla es su rival, por tener menos calidad, por asfixiarse o por querer terminar el peloteo. Djokovic es un muro que las devuelve todas. El tenis que hace ahora Nadal, o el que hace Alcaraz, atacando la red, dejadas etc, me parece más ofensivo y espectacular. Y lo pongo de manifiesto porque a Rafa, sus haters, siempre le han sacado el pasabolismo para restarle valor. Y me parece que en esto no se ha sido justo con él.
El argumento de la copa Davis que apunta Paquito sí que se sostiene. El enlace adjunto lleva a un artículo que se titula ¿Es Nadal el mejor jugador de la historia de la Copa Davis?
https://www.elmundo.es/deportes/tenis/copa-davis/2019/11/25/5ddaff95fdddff5d158b4608.html
Unas breves líneas para defender mi postura relativa a impedir la participación en el circuito de los tenistas rusos y bielorrusos. Voy a presentar de forma esquemática una serie de ideas dirigidas a la defensa de mi postura.
1 Considero erróneo tratar esta materia desde un enfoque dirigido fundamentalmente a considerar el derecho, de forma aislada, a participar en torneos de tenis a los tenistas rusos y bieolorrusos.
2 La cuestión, en cambio, debe de tratarse desde la dialéctica de los estados en el entorno de un conflicto bélico donde estados y organismos internacionales toman decisiones atendiendo a diversos factores: la moralidad de sus actos, un análisis coste-beneficio de sus acciones y, sobre todo, un enfoque consecuencialista con un énfasis en el resultado en donde los medios se ponen al servicio de unos fines determinados.
3 El caso Brittney Griner es un ejemplo de cómo Rusia aprovechó una circunstancia determinada que afectaba a una deportista de renombre para conseguir la repatriación de un traficante de armas.
4 La invasión rusa ha perjudicado al tenis ucraniano. Svitolina, la mejor tenista ucraniana, ha dejado de jugar desde su participación en el torneo de Miami 2022. Su ránking va a desaparecer cuando en ese momento era la número 15 del mundo. Dolgopolov, tenista casi retirado en el momento del conflicto, lucha en el frente. Estoy convencido de que las academias de tenis en Ucrania no funcionan. Se corre el riesgo de perder una generación de tenistas. En Rusia el tenis sigue funcionando dentro de unos límites.
5 Es posible que algunos (o todos o muy pocos) de los jugadores rusos y bielorrusos paguen sus impuestos en sus países de origen. Los tenistas son, posiblemente, los deportistas individuales con más ingresos del mundo. En las mujeres es así desde luego. Si no pagasen impuestos en esos países sería bastante normal enviar dinero allí para realizar inversiones o mantener a parte de su familia. Castigar la economía rusa es uno de los objetivos del frente atlántico posicionado en contra de guerra de Ucrania.
6 Los jugadores rusos y bielorrusos no pueden manifestarse en contra del conflicto. Todo lo más que hemos escuchado es un llamamiento genérico al fin de la guerra y a la paz. Deseo este que podría materlializarse con la rendición de Ucrania. Por el contrario, alguno de ellos podría manifestarse a favor de su país o de sus tropas en su lucha contra el fascismo ucraniano y la recuperación de las tierras rusas que le fueron desposeídas. Dejarlos jugar no favorece en nada un fin anticipado del conflicto desde ese punto de vista.
7 La responsabilidad que tienen los ciudadanos sobre sus gobiernos es muy difusa. En situaciones en las que hay dictaduras de facto es problemática. En cualquier caso los tenistas rusos y bielorrusos son unos privilegiados en relación con la inmensa mayoría de sus compatriotas. Impedirles su participación no les perjudica más que a los muchos ciudadanos rusos y bielorrusos que han perdido su trabajo por las sanciones del bloque occidental.
8 El atletismo es un deporte fundamentalmente individual y la IAAF ha vetado la participación de atletas rusos y bielorrusos en las competiciones que están bajo su amparo. Lo mismo ha sucedido con otros deportes que tienen el mismo carácter individual que el tenis como el triatlón y el patinaje.
Como diría Nadal a Carlos Bernardes, «¡Me estás diciendo una barbaridadddd! ¿Dónde ponemos el listón de veto entonces? Porque por esa regla de tres, durante la criminal invasión de Irak en 2003, habría que haber impedido la participación de los atletas norteamericanos y europeos que apoyaron semejante despropósito. Si aplicas ese cedazo, te quedas solo si no quieres incurrir en la hipocresía o ley del embudo que se rige por la máxima de: «Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago».
A ver, Dani. Aporto una serie de motivos que pueden justificar una determinada opinión. Me contestas sin referencia alguna a dichos motivos. Lo cual significa que a) ya conocías todos esos motivos antes de que yo los expusiera y no sirven para cambiar una determinada postura b) no los conocías, o no los habías tenido en cuenta para sostener tu opinión, pero los consideras irrelevantes.
La réplica que me ofreces ahora me la podías haber enviado tras mi primera intervención y yo ya me habría dado cuenta de los fundamentos en los que basas tu opinión.
Te contesto brevemente porque creo que el asunto no tiene mucho recorrido.
Todas las guerras son distintas. No se pueden aplicar las mismas recetas y las mismas soluciones para cada una de ellas. Cada guerra tiene una historia y, sobre la guerra de Irak que mencionas, pues es obvio que no sabíamos en 2003 lo que ahora sabemos.
Pareces ignorar que en la dialéctica de los estados existen bloques políticos. Y que España forma parte de un bloque determinado y que dentro de ese bloque los estados obran de una forma distinta ante las agresiones cometidas por otros estados según estén o no estén dentro del mismo bloque.
Que la verdadera barbaridad es que una fuerza militar arrase con casas y vidas cercenando el futuro de millones de personas. Pero esa barbaridad forma parte de un statu quo irrevocable y exige tomar medidas por parte de otros países. Y que la respuesta ante esa situación obliga a tomar decisiones en las que interviene la moralidad (Rusia aunque fuese mejor para acabar la guerra que ha empezado difícilmente puede lanzar una bomba atómica sobre una población mediana y la OTAN decide no intervenir directamente en el conflicto porque no ha sido destinataria de una acción directa por parte de alguno de sus miembros), el coste beneficio (cuando Rusia decide cerrar Nord Stream ha calculado de antemano el daño que causa a Occidente y el perjuicio que se ocasiona a sí misma y Occidente sabe que los embargos de crudo ruso también le perjudican) y el sacrificio de medios para obtener unos fines (Rusia arrasa algunas ciudades de Lugansk a pesar de que las considera territorio propio y la IAAF decide vetar a atletas rusos en sus competiciones aun cuando sabe que esos atletas no son culpables de la situación y que la ausencia de esos atletas perjudica sus propias competiciones).
Y en ese marco de actuación yo considero plausible que no deban jugar los tenistas rusos y bielorrusos. Lo cual, obviamente, conlleva asumir costes y afrontar problemas futuros resultado de esa decisión.
Espero que entiendas que no tengo ninguna intención de hacerte cambiar de parecer.
Te agradezco tu documentada repuesta, demasiado prolija para el tema en cuestión en mi opinión. Expones tantos atenuantes que si nos ponemos así seguramente encontraríamos parecidos remilgos al otro lado. Cuando dices que en 2003 no se sabía lo que se supo a posteriori no sé a qué te refieres, porque el inspector sueco de la ONU encargado de la comprobación de arsenales de destrucción masiva en Irak, Hans Blix, dictaminó que no había, y ese fue el motivo para saltarse el derecho internacional e invadir un país a las bravas. Además la comprobación la hizo 2 veces espaciadas en el tiempo. La diferencia es que quienes perpetraron semejante dislate eran los EEUU, adalides del mundo libre y las libertades que nos han vendido desde Hollywood y la continua propaganda anglosajona, y nosotros, como país irrelevante nos pusimos de parte del primo de Zumosol para darnos pisto cuando no éramos (y seguimos siendo) más que irrelevantes comparsas en el tablero internacional. Las terribles consecuencias de aquello las sufrimos directamente el 11-M, igual que los británicos el 7-J. Los franceses, como siempre, fueron la única potencia con personalidad y redaños que no se arredró ante los salvadores del mundo, oponiéndose a semejante atropello ante el consejo de seguridad de la ONU. Así que no, no me convence toda esa casuística. La política debe estar tan alejada del deporte como un pedófilo de una guardería, porque como dije antes, si nos ponemos estupendos nos quedamos solos en todas las competiciones.
Te explayas en una cuestión incidental que no voy ni a comentar. Sobre el asunto principal, ¿es admisible prohibir o no la participación de tenistas rusos o bielorrusos en competiciones de la ATP y WTA?, solo señalas que la política debería de estar alejada del deporte. Lo que es un mero desideratum alejado de la realidad. Porque la política afecta, por supuesto, al deporte. Y en tantos órdenes que es imposible negarlo:
A la hora de recalificar los terrenos de la antigua ciudad deportiva del Real Madrid.
En las estructuras de dopaje en la antigua RDA.
En las sanciones deportivas a Sudáfrica por el apartheid.
Así que tu respuesta se basa en un deber-ser totalmente alejado de la realidad.
Sí, sí. Tampoco deberían de existir las guerras.
Ala. Con dios.