La Selección española hace el tres de tres. Ya clasificados, De la Fuente formó con la reserva. Al español supersticioso le gustará recordar que, en la Eurocopa de 2008, Luis Aragonés alineó a todos los suplentes en la última fecha del grupo. Esta vez sin la incidencia de un Nico, el equipo actuó como una orquesta ante los albaneses, impotente rival que solo mejoró al final.
Buen fútbol de Laporte en adelante
El único que repitió titularidad fue Laporte. Nacho sigue tocado desde el estreno y no había necesidad de asumir riesgos. Desde la zurda de Laporte, la Selección española mantuvo el inicio combinativo que le caracteriza ante una Albania que presionó intensivamente la salida de fondo y esperó en bloque medio-bajo en lo demás.
El objetivo albanés era robar y tratar de aprovechar la potencia de Manaj a espalda de zagueros no excesivamente rápidos, como Vivian y Laporte. Pero solo enturbiaron la salida desde el 4-4-2 cuando en la segunda parte ingresó Le Normand por el zurdo y los inicios perdieron finura. Su plan no surtió efecto porque los españoles volvieron a bordar el fútbol en muchos tramos del partido, sobre todo en los primeros cuarenta y cinco minutos.
La España más profunda
Sin Pedri ni Lamine Yamal, la Selección española perdió desborde interior, lo que perjudicaba la fase final del plan que suele establecerlos en campo rival. Toda vez que con Oyarzábal —Fermín en la segunda parte— y Ferran en zona de mediapuntas, adolecía de desborde por fuera pero ganaba rupturas al espacio y remate. Con los nuevos protagonistas, España tuvo otra naturaleza, aunque se mostró igual de eficaz.
Fue un equipo dispuesto para la profundidad sin balón y no por casualidad el gol llegó en una jugada rápida, de tres toques en fase de posesión. Olmo había ganado el puesto de interior derecho a Baena, máximo asistente de la Liga, para sumar un cuarto punto de gol claro, pero paradójicamente destacó en la asistencia. Laporte conectó en diagonal con Olmo y este asistió al carril interior derecho que atacó Ferran, definiendo al palo largo de Strakosha. «Antes del partido ya había hablado con Olmo para que me diera esos balones al espacio», reconoció Ferran en el post. Fue en el minuto 13.
Tras el gol, Albania no dio un paso adelante porque la superior categoría de los españoles lo impidió. Trató de salir a través de combinaciones, en parte por estilo de Sylvinho y en parte sabedores de la imposibilidad de imponerse a los centrales españoles en el juego aéreo, pero la presión hacia delante sufrida les impedía progresar hasta sus hombres más creativos. Los emparejamientos iban desde el centro del campo hasta la zaga, donde los laterales españoles persiguieron a Asani y Bajrami, no dejándoles girar.
Asllani, falto de socios
Las mejores tentativas albanesas llegaron lógicamente desde su sector izquierdo, gracias a que allí se sitúa su mejor centrocampista. Asllani aprovechaba su nivel para lateralizarse con sentido, recibir y conectar rápido con el ataque. Suya fue la única oportunidad de su equipo en el primer tiempo, chut lejano que despejó Raya. Y también una de las más peligrosas del segundo, cuando consiguió llegar a la frontal del área y chutar. El ingreso de Hoxha en ese sector en el minuto 70 tuvo parte de culpa, porque el fútbol son interaccione. Fue el propio Hoxha quien, desde su habilidad técnica fuera-dentro, tuvo otra diez minutos después.
Sin embargo, los pases de Asllani en general no fueron eficaces porque los centrales españoles anularon a Naci, Manaj y luego un Broja que estuvo bastante mejor. Además de por su nivel, fueron duelos que, dadas las condiciones de jugada, eran favorables a Vivian y compañía.
Los laterales españoles como fuente de ataque
España se impuso con Zubimendi como eje, en ausencia del sancionado Rodri. El de la Real dio pases medios de un costado a otro con rapidez, interpretando bien lo que pedían las características del equipo. Desde sus botas y las de Merino, los ataques se sucedieron por los costados.
A diferencia de con los titulares, el juego se desenlazó a través de laterales centradores, no de los extremos con regate. Más de una decena de centros al área hubo en la primera mitad desde las botas de Navas y principalmente de Grimaldo. Olmo, Ferran y Merino justo antes del descanso casi los aprovechan, cargando y asaltando el área. Mientras los centrales albaneses se preocupaban de que Joselu no rematase de cabeza, lo que supondría mayor probabilidad de gol. No obstante, un centro de Grimaldo en la reanudación casi lo lleva a la red Joselu de media chilena. Hubiera optado a mejor gol de la Eurocopa. Y la segunda mitad mantuvo la tónica hasta que llegaron los cambios.
El sector izquierdo fue el más potente, dada la complementariedad de los elegidos. Grimaldo transitó a lo largo de la banda mientras Oyarzábal lo vaciaba, pasando a ocupar la mediapunta. Los balones de Grimaldo eran propicios para que los atacasen desde el otro sector, además de Joselu, Ferran y un Olmo que se mantenía a mayor altura que Merino. Mientras en la derecha, Navas y Ferran redundaron en posición y rol en varias acciones, lo que facilitó su labor a Mitaj, lateral izquierdo albanés, situándolo entre los destacados de su equipo.
Un desenlace a contragolpes
A falta de veinte minutos ingresaron Lamine Yamal y Morata en lugar de Ferran y Joselu. Albania había conseguido crear peligro con la entrada del corpulento Broja y, en previsión de que se volcaran, De la Fuente quiso aprovechar las nuevas posibilidades de contraataque con dos futbolistas adecuados y frescos. Lamine Yamal estuvo activo desde el desborde, pero no concretó. Albania efectivamente se volcó y tuvo las ocasiones citadas de Asllani y Hoxha, precisamente por la banda de un Lamine Yamal que asume riesgos en sus acciones y que, como dijo Xavi, aún ha de madurar el conocimiento táctico defensivo.
Los últimos minutos fueron un ataque-contraataque entretenido para el espectador y tenso para los entrenadores. Broja la tuvo en el descuento, aunque Raya cerró una gran noche. No hubo resultado para unos albaneses que se despiden de la Eurocopa con un punto. España pasa con el total. Ya se sabe, como sucedió en 2008.
Ilusionante selección, juventud, futuro. Llegando a cuartos se puede soñar.
La diferencia de tener al arbitro. Vinicius sin pena ni gloria. No referee no party.