Selección Española

Planteamiento valiente de De la Fuente y el grupo acompaña con el entusiasmo

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Nico Williams (Foto: Cordon Press)

El partido ha sido una vendetta a la española. Una vendetta en toda regla entre la campeona europea y la España que eliminó en semifinales. Nico Williams recordó a Gento y el centro del campo español, al de hace una década. Italia fue tan superada como en la final de 2012, aunque el resultado no lo refleje.

Laporte activa al centro del campo y a Nico

El seleccionador español fue valiente en su único cambio respecto al estreno y el grupo acompañó el entusiasmo. Introdujo a Laporte por Nacho. Con ello apostó por la salida de balón en detrimento del juego aéreo ante un delantero como Scamacca. Laporte es un mediocentro vestido de central y con su zurda el sector izquierdo pasaba a tener buen pie en cada uno de sus integrantes.

Desde esa iniciación ganó España porque, metros adelante, se benefició un Nico por lo demás inspiradísimo. Recibió el balón en mejores condiciones que contra Croacia y por eso estuvo mejor. Tomó el testigo de Lamine Yamal como principal fuente de ataques española. Aunque el del Barça repitió gran actuación, con varias jugadas finas por dentro, lo de Nico se graba en la memoria. Di Lorenzo lo sufrió aun manteniéndose como lateral bajo y con la ayuda de Bastoni.

Nico generó dos ocasiones claras desde el desborde nada más empezar y estuvo a punto de adelantar a su equipo en el minuto 10 alternando su posición con Morata para rematar de cabeza. Y, lo que aún parece más importante, atemorizó a una zaga que vivió pendiente y temerosa de él.

En la segunda mitad Spalletti quiso frenar la sangría ofensiva reforzando la banda derecha con Cambiaso, carrilero de la Juventus que actúa a pie cambiado, en lugar del mediocampista Frattesi, y el ingreso de Cristante por el veterano Jorginho. No estuvo ni cerca de conseguirlo.

Cristante recibió amarilla en su primera acción y así la zona de volantes se debilitó, efecto contrario al pretendido. Poco antes de que una nueva acción combinada entre Nico y Cucurella, que esta vez percutió por el carril interior, estuviera a punto de abrir el marcador en el 51′. Pedri falló incomprensiblemente. O no, ya que uno de los defectos de Pedri es el de no ser un gran goleador, por lo que fallar entra en la lógica. Si también tuviera gol, Pedri sería Platini.

Cinco minutos después, ya sí llegó el gol, por supuesto, desde la izquierda. Otra acción de Nico. Esta vez un centro a media altura que peinó Morata en el primer palo, rozó Donnarumma y Calafiori se introdujo en propia puerta debido a ello. Pocas veces un gol tardío ha llevado tanta justicia. No contento con asistir, Nico estuvo cerca de hacer el segundo a falta de veinte minutos, un fuera-dentro que impactó en el larguero. Pobre Di Lorenzo, qué noche, y no lo cambiaron.

Una Italia de contraataque infructuoso

Entre todo ello, lo poco que consiguió Italia.

Los de Spalletti son un equipo joven que suele presionar la salida rival con voluntad. Pero ante una España de buena iniciación esperó en bloque medio. Sabedores de la lentitud de los centrales, trataron de robar y contragolpear a través de los pases de Barella y Dimarco, principalmente, unidos a las conducciones y rupturas de un Chiesa siempre fundamental.

Pero Chiesa sólo tuvo dos contras que intuían peligro porque España se estableció en la mitad rival y apenas perdió balones gracias a la virtud asociativa de Rodri, Fabián y Pedri. Cátedra de arrojo y técnica dieron los tres, en unión de Lamine Yamal. La segunda ocasión de Chiesa fue un chut alto y la anterior había muerto en las botas de Cucurella. Como en el primer partido, la labor correctora en horizontal del jugador del Chelsea destacó. Cucurella ha demostrado ser el mejor en los duelos hacia delante, adecuados a la propuesta de De la Fuente, dando la razón al técnico sobre quienes pedían a Grimaldo.

Las veces que España perdía la pelota, el posicionamiento adelantado y cercano en bloque impidió que el rival saliera, recuperando la posesión con impulso ofensivo. A todo ello ayudó que los extremos españoles del 4-3-3 fueran dentro gracias a que los laterales subían en fase de posesión, evitado una superioridad numérica que el repliegue italiano en 4-5-1 de base favorecía. El nivel de los futbolistas es lo que determina pero elegir la colocación  adecuada puede darles un empujón.

Y en lo referente a nivel, la figura de Rodri. Aunque debido a la ligereza táctica que le es connatural, la ubicación de ambos extremos y los saltos de los interiores españoles en ocasiones no fueron correctos, los riesgos asumidos en defensa demostraron ser acertados porque Rodri solía estar ahí para sostener la estructura. No en vano es el mejor pivote posicional del mundo. Las faltas tácticas también tuvieron su importancia, por eso la actuación de España, integral, fue para enmarcar.

Donnarumma no evita el pase de España

Aun así, Italia estuvo cerca de empatar en el 65′ en un contraataque desenlazado por Cristante. El potente mediocampista aprovechó su menor cansancio para percutir la banda derecha, pero la asistencia no la pudo aprovechar Retegui, que también llegó al área antes que los defensores españoles gracias a sus pulmones pero no llegó a impactar un balón a mala altura.

España debería ir ganando por varios goles, habida cuenta de que chutó el cuádruple de veces y con más peligro. Pero sufrió hasta el último minuto, en un córner, por no sentenciar. Sentencia que debió de poner Ayoze –ingresado por Nico- poco antes, pero que Donnarumma resolvió. Fue una buena noche del portero, el mejor italiano. Hizo no menos de seis paradas de valor gol pero no pudo evitar la derrota ante una España ya clasificada como primera de grupo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3 Comentarios

  1. Cada artículo mejor!!

  2. Ilusionante el principio. Por lo menos se ve futuro.

  3. En vez de un influencer ahora tenemos un entrenador. Eso se nota.

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