«Nunca he estado tan cerca de escribir comedia», tuiteaba hace unas semanas Iñako Díaz-Guerra, que había publicado en El Mundo una extensa y delirante entrevista con Roberto Gómez. Y avanzaba uno de los mejores gags de la charla: «Me llaman periodista de asador y soy vegano. Bueno, casi, adoro los huevos fritos».
“Me llaman periodista de asador y soy vegano. Bueno, casi, adoro los huevos fritos”
Nunca he estado tan cerca de escribir comedia como en esta entrevista con el incomparable Roberto Gómez para Los correveidiles de @elmundoes
Es histórica, creédme.https://t.co/JVyueedx88— Iñako Díaz-Guerra (@InakoDiazGuerra) March 19, 2024
Iñako debió de pasarlo mal para elegir el titular, como esos entrenadores a los que se achaca un «bendito problema» cuando disponen de una plantilla que desborda talento. Sabes que vas a cometer una injusticia sí o sí, pero también que el titular elegido va a estar a la altura. Y fue este, ni más ni menos: «Soy el mejor reportero del mundo. Y el mejor tertuliano también».
Lo que en boca de otros podría parecer un exceso de vanidad, en la de Roberto resulta incontestable. Especialmente en su faceta de opinador, pues cuenta con dos cualidades envidiables: una cintura ágil y personalidad de sobra para navegar contracorriente. En los últimos años, por ejemplo, ha mantenido una lucha quijotesca contra el actual formato de la Copa del Rey. Contra el amplio consenso que celebra los cambios introducidos por Luis Rubiales –por raro que esto pueda sonar–, Roberto se faja con cualquiera que prefiera este torneo de partido único hasta semifinales, más abierto —cinco campeones en cinco ediciones— y que además de aumentar la emoción descarga el calendario.
Gómez, enemigo declarado de la novolatría, dejó ya claro desde la temporada 2019/20, la primera con este formato, que la ocurrencia no iba a ninguna parte. La queja coincidió con la eliminación de Real Madrid y FC Barcelona en cuartos de final, a manos de la Real Sociedad y el Athletic. Granada y Mirandés completaron unas semifinales que, en palabras del mejor reportero del mundo, no iba a ver «ni Rita».
«Me gustaría que la final fuera Real Madrid-Barcelona porque yo creo que es bueno. Pero en fin, esto es lo que queréis…», lamentó en Estudio estadio (Teledeporte). «Para mí es una frustración tremenda que los grandes no lleguen a la final. Exijo responsabilidades al que quitó el doble partido».
Un año después, tras la eliminación del Real Madrid a manos del Alcoyano, la secuencia se repitió con precisión: «Es una vergüenza esta competición. El campo en pésimas condiciones, un penalti que no le han pitado al Madrid, un auténtico desastre de organización… y a mí me parece esto impresentable. Que el Real Madrid, el mejor equipo del mundo, tenga que ir a jugar un campo en estas condiciones, con un balón, con patadas que se dan ahí, con un árbitro que no… me parece inadmisible e intolerable. Lo único que me gusta es el nombre que lleva la competición. El resto no me gusta nada».
«Con un balón». Al Madrid le hicieron jugar en Alcoy «con un balón».
La pasada semana, sólo unos días antes de la final entre Athletic y Mallorca, Gómez volvió a hablar sobre la Copa. Fue en las páginas de Marca y decía así:
«La Copa del Rey es sin duda el torneo más bonito, el más cercano, el que más ilusión genera y al que pueden acceder todos los equipos. Y lleva además el nombre del Rey. No se puede pedir más. La disputan dos grandísimos equipos con dos grandes entrenadores y con plantillas de jugadores que han conseguido dejar en la cuneta a los grandes y favoritos. Y ahí radica el problema, como no han llegado a la final los de siempre —Real Madrid, Barcelona, Atlético Valencia o Sevilla—, esta final parece no interesar. Grandísima equivocación. […] El ombliguismo de medios de comunicación, influencers y cía. no debe cegarnos. Siempre nos ha gustado la Copa y este modelo es de [sus amigos Enrique] Cerezo y [Ángel] Torres. Cierto que hay que mejorarlo y cambiarlo pero estamos orgullosos de esta final».
Ya habíamos avisado: Gómez es ágil de cintura. En esta evolución de pensamiento sobre la Copa median varios años, pero él es capaz de defender una cosa y la contraria en cuestión de segundos. O hasta en la misma frase. Como ser vegano y adorar los huevos fritos.
Roberto Gómez , un pailan (aquel que valora más lo de otros que lo suyo propio) , sumiso al BarcaMadridismo , querido de si mismo , con altas dosis de pedantería , el personaje que más he visto defender una postura y , sin rubor , justo lo contrario, casi en el mismo minuto .
Jot Down , geniales artículos y entrevistas (me encantan las dedicadas a la épica del ciclismo) , no cambiéis!
Buen artículo para definir a un periodista pagado de sí mismo y cuya verborrea iracunda va de la mano de la más absoluta incoherencia, ya que para él la imparcialidad consiste en ser un forofo a conveniencia (ahora soy madridista, ahora no; ahora apoyo a los grandes, ahora voy con los pequeños…)
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