Esta semana ha sido noticia una supuesta filtración de datos de la POLADA, la agencia antidopaje de Polonia. La información no ha sido confirmada por otros organismos, pero independientemente de si se trata de un montaje, hubo una discusión pertinente en las redes. Uno de los casos aludía a un positivo por cannabis. Hubo usuarios de X que se preguntaban qué ventaja se obtenía en una carrera ciclista habiendo fumado marihuana.
La pregunta es pertinente, si el cannabis te deja atontado ¿qué ventaja se obtiene en una competición por ser el más rápido? La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) decidió en 2022 mantenerla entre su lista de sustancias prohibidas, aunque el umbral de detección para un positivo es tan alto que el atleta tendría que hacer un consumo frecuente. Antes era de 15 ng/mL y se aumentó a 150 ng/mL en 2013. Además, la suspensión se redujo de entre dos y cuatro años a solo un mes. En 2004, se había prohibido para todos los deportes. Antes, había disciplinas o federaciones que no lo tenían en sus listas.
La AMA estudió las solicitudes que se produjeron en 2021 de que se permitiera la sustancia, que en muchos países no es ilegal, pero el Comité Ejecutivo mantuvo la prohibición en tiempo de competición. Para que una sustancia esté prohibida, tiene que cumplir dos de tres requisitos, que son «Puede mejorar el rendimiento», «Representa un riesgo para la salud del deportista» y «Viola el espíritu del deporte».
Las pruebas concluyentes de que mejore el rendimiento no están claras, ero sí que se considera un riesgo para el atleta y contraviene el espíritu del deporte. El director general de la AMA, Olivier Niggli, explicó que no era sencillo abordar el problema del THC en el contexto deportivo debido a la diversidad de opiniones y legislaciones sobre la marihuana.
En Estados Unidos, por ejemplo, está bajo la Ley de Sustancias Controladas por el potencial adictivo de sus efectos psicoactivos. Solo el CBD, cannabidiol, está excluido de la lista de la AMA precisamente porque no tiene esos efectos.
En cuanto a una mejora del rendimiento, hay estudios que consideran que, según el caso, puede mejorar la concentración o reducir la ansiedad y recuperación tras el esfuerzo, lo que supone una ventaja competitiva. También se supone que los atletas tienen que ser modelos a seguir en la sociedad, ese es el espíritu del deporte, y eso se contradice con el consumo de drogas ilegales, aunque este punto ha cambiado con el tiempo.
Cuando se confirmó que el THC seguiría estando en la lista, se hizo a la vez que con el tramadol, un opiáceo, se aludió a la seguridad del resto de competidores. El Tramadol puede producir mareos y somnolencia. Eso puede poner en peligro a los demás corredores. El caso de la marihuana es parecido, en tanto en cuanto modula el estado de ánimo, la memoria y la percepción.
Altera funciones como el control motor, la toma de decisiones y la percepción del riesgo, lo que inequívocamente está asociado a mayor riesgo de accidentes y lesiones. En deportes que requieren habilidades técnicas precisas o que implican altas velocidades, al afectar al tiempo de reacción y la coordinación, pueden aumentar la probabilidad de un accidente.
Pese a que el cannabis es una sustancia tan consumida, todavía no hay una literatura científica amplia que estudie sus efectos. Un estudio en el que se investigó a 24 deportistas femeninas comparó la composición corporal, función pulmonar, capacidad cardiorrespiratoria, fuerza muscular, producción de potencia anaeróbica y concentraciones de proteína C reactiva (CRP) –un marcador de inflamación sistémica y riesgo de enfermedades cardiovasculares- entre un grupo que fumaba habitualmente y uno que no lo era.
En las pruebas de potencia anaeróbica, las usuarias de cannabis mostraron una potencia significativamente menor, lo que evidenciaba que el cannabis no era bueno para deportes que dependieran de la potencia anaeróbica. Sin embargo, las usuarias de cannabis también experimentaron menos fatiga anaeróbica, lo que podría servir para mantener potencia durante un periodo más largo.
En cuanto a CRP, las usuarias de cannabis tuvieron más, lo que se asocia al riesgo de enfermedad cardiovascular. Hay estadísticas que dicen que un 77% de los consumidores que hacen deporte señalan que tiene un efecto positivo en su rendimiento ya que mejora su concentración, la energía, la relajación y la recuperación.
Entretanto, los positivos por cannabis o casos relacionados han sido una constante. Michael Phelps, por ejemplo, fue fotografiado por News of the World fumando marihuana en una pipa. En lugar de defender su consumo, dijo que había tenido «un comportamiento lamentable y he mostrado un mal criterio, tengo 23 años y a pesar de los éxitos que he tenido en la piscina, he actuado de forma juvenil e inapropiada, no de la manera que la gente espera de mí». Phelps había visitado la Universidad de Carolina del Sur y acudido a una fiesta, pero estaba fuera de la competición y de sus entrenamientos.
Sha’Carri Richardson, en 2021, fue desclasificada de los Juegos de Tokio por un positivo de THC. Este caso fue el que inició el gran debate en el que la AMA no ha dado su brazo a torcer. La velocista explicó que empleaba el cannabis para lidiar con la muerte de su madre, un dolor que le hacía imposible competir al más alto nivel. Muchas celebridades la apoyaron. Kevin Durant, aunque no ha dado positivo nunca, es un defensor del cannabis y ha participado en campañas a favor de la sustancia. Una de sus declaraciones comprometió a todos sus compañeros, dijo «todo el mundo fuma en la NBA, es como el vino».
Sin embargo, en los años 90 no existía esa visión tan indulgente. Bernard Lama, del PSG y titular de la selección francesa, en 1997, justo después de perder la Recopa contra el FC Barcelona, fue sancionado con cinco meses. En su caso la sustancia fue hachís y también hubo un debate sobre si, al alterar los reflejos del consumidor, cómo le iba a venir bien a un portero. Unos años antes, en 1995, Fabien Barthez, guardameta del Mónaco y después estrella de la selección, el que le quitó el puesto a Lama, de hecho, también había dado positivo.
De nuevo, el ministro de deportes de entonces, Gury Drut, explicó que los deportistas tienen que ser un modelo social de comportamiento para los jóvenes. Añadía la noticia: «Sin embargo, como recordaba un técnico recientemente, más modelo social son actores y cantantes de rock y a ellos no se les realizan análisis en busca de droga». La cuestión moral no solo ha servido después para estigmatizar el consumo, sino también al consumidor.
Lama en la revista So Foot dio años después de todo esto, en 2017, una entrevista en la que dijo que el entrenador Luis Fernández no era un entrenador estable, que valía para eliminatorias, pero no para temporadas largas, que «en el lado humano no lo hacía bien». La respuesta de Fernández no pudo ser más agresiva: «Espero que no hayas recaído», escribió en un tuit, «ten cuidado que te puede hacer perder la memoria», demostrando que en este asunto la ejemplaridad en el deporte sin marihuana no va de la mano con la dignidad personal.