La Selección española se lleva su cuarta Eurocopa, ganando todos los partidos, siendo la máxima goleadora de la historia, y a Rodri le darían el Balón de Oro si el fútbol fuera justo. Rodri se impuso a Bellingham en esa batalla de méritos, y cuando se lesionó en el descanso, volvió a aparecer la pareja de moda, Lamine Yamal y Nico Williams, para romper un partido que parecía congelado. Oyarzábal ingresó en la segunda mitad y, con su gol en el último minuto, dio al partido la épica que toda gran final merece.
Inglaterra alinea y Lamine Yamal lo castiga
La confección de un XI es algo delicado, donde una sola pieza defectuosa puede hacer que nada funcione. A lo largo del torneo, en Inglaterra ese jugador fue Trippier, lateral derecho que jugó en la izquierda por la lesión de Shaw, sin dar complementariedad al ataque.
En la final, Southgate usó a Shaw por primera vez como titular, lo que quiere decir que apostó por el funcionamiento general del equipo, sobre todo en fase ofensiva. Su sintonía con Bellingham es muy superior a la que ofrece Trippier y se demostró en varias llegadas con ambos como protagonistas. Que Bellingham fuera el mejor inglés de la final responde a esa sociedad.
Sin embargo, el partido demostró no ser buen momento para prescindir de Trippier, habida cuenta de que la pareja de baile que se presentaba era Lamine Yamal, el futbolista más desequilibrante del torneo. Trippier es buen defensor y es diestro, por lo que su zona dominante es la interior, justo donde el zurdo Lamine Yamal ha incidido, con impecable técnica fuera-dentro, ante equipos como Francia. Southgate alineó en favor de la fluidez de su equipo, pero a la vez debilitó su defensa. Y Lamine Yamal lo castigó.
Apenas inició la segunda mitad, una jugada rápida por la derecha llevó el balón al pasillo interior hacia el que se movió Lamine Yamal. El toque de Carvajal fue maestro. Lo encontró casi sin mirarlo, como si llevasen años jugando en el mismo club. Lamine recibió y condujo, lejos del acoso de Shaw, atrayendo a la defensa. Así pudo asistir a Nico, que atacando el área por el costado opuesto, definió al palo largo para el 1-0. Diez minutos después, el del Barça volvió a recibir en zona interior, al costado de Rice y sin Shaw cerrándole, y asistió a Morata, que no hizo el segundo por milímetros. De tal modo siguió influyendo, a lo largo del partido.
España domina e Inglaterra lo acepta
Southgate, influenciado por el guardiolismo, propuso durante toda la Eurocopa una salida combinativa, pero en la final Inglaterra aceptó sus limitaciones técnicas para superar presiones serias: a Walker le falta perfil y pase, Guehi juega a pie cambiado y adolece de rigidez de movimientos, Rice necesita ver el fútbol de cara. La mayoría de veces Inglaterra no arriesgó en la salida, temerosa de la presión intensiva de los jóvenes y voraces atacantes españoles. La labor de Morata a este respecto volvió a ser sobresaliente, como en todo el campeonato.
Pickford mandó varios balones largos, que fueron bien defendidos por los centrales españoles. Aunque el inteligente Kane se emparejó con Laporte y no con Le Normand, al ser inferior en los duelos aéreos, el zaguero se impuso aprovechando la ventaja que confiere atacar el balón de modo frontal.
No obstante, durante la primera mitad España no estuvo tan fluida en la salida como en otras ocasiones porque Foden se emparejó con Rodri, persiguiéndolo por toda la zona de generación para evitar que recibiera, al tiempo que su equipo replegaba en 4-4-1-1. Con esto provocó la subida de los centrales, que una vez en la mitad rival arriesgaban el pase vertical a zonas de mayor densidad, en las que además faltaba el único experto en espacios reducidos, Pedri.
En estas acciones, Laporte aportó más que Le Normand al estar más dotado, por lo que Lamine Yamal apenas recibió en posiciones ventajosas y Nico tuvo alguna oportunidad pero la mala suerte de enfrentarse a Walker, el mejor lateral derecho en fase defensiva del mundo.
En cualquier caso, la mayoría de pases desde los centrales fueron cortados por Inglaterra, que sin embargo no consiguió montar contragolpes debido a la, una vez más, excelente presión tras pérdida española, en la que el más cercano saltaba sobre el poseedor y los cercanos reducían espacios hacia delante para ganar la segunda jugada o atacar el nuevo pase.
Se lesiona Rodri y llegan los goles
Un Rodri que, por lo demás, volvió a dominar todas las labores del puesto que van más allá de la salida de balón, sosteniendo la estructura española en las distintas fases del juego. Hasta que se lesionó y fue sustituido en el descanso por Zubimendi.
Sin el del City, Inglaterra descuidó la zona de volantes española y eso nunca es buena idea: el primer gol partió de la bota de Fabian. Entonces Southgate tuvo cambiar algo. Se le vio desde la zona técnica pedir a los suyos que adelantasen la presión. E ingresó al potente Watkins en lugar de Kane, en el minuto 60, para acompañar dicho empuje y dar una amenaza al espacio de la que hasta el momento carecía.
Adelantó líneas y España pudo aumentar la ventaja gracias a ello. Son las cosas de ser un equipo con alternativas de todos los colores. Un saque largo de Pickford lo ganó Cucurella, quien montó una contra a través de Olmo. Este asistió a Lamine Yamal y el portero inglés tuvo que sacar el chut con una gran estirada abajo.
Sin embargo, el segundo duelo aéreo al que saltó el lateral del Chelsea lo enfrentó a Bellingham, por lo que lo perdió. Inglaterra montó un ataque rápido desde ahí hacia la banda vaciada, donde recibió Saka, que hundió a la zaga desde su control. Puso el balón al área y fue retrasado por un Bellingham omnipresente en la jugada para que Palmer, que acababa de entrar, hiciera el empate con un preciso chut al palo largo. Dado su rendimiento, lo de Southgate con la suplencia de Palmer es para hacérselo mirar.
En el empate se demostró que Zubimendi es un buen futbolista pero cabe poca duda de que Rodri hubiese estado en esa zona controlando al rival que llegase en segunda línea.
Oyarzábal da el título a la Selección española
El partido se descontroló tras el empate, lo que facilitaba transiciones inglesas que, con Bellingham, Palmer, Saka y Watkins, podrían haber volteado el partido. Pero España, con su habitual aplomo, volvió a ponerlo en su lugar. Lamine Yamal pedía calma y calma consiguieron. Son futbolistas de poco más de veinte años y parecen llevar varias vidas jugando en grandes escenarios.
Con Inglaterra controlada, los de De la Fuente tuvieron nuevos acercamientos y Cucurella pudo resarcirse. Fue en el minuto 86´. Inglaterra esperó en 4-4-2 una fase de posesión. Palmer era el segundo punta, un jugador contemplativo. Por eso se filtró un pase con sencillez que llegó a Fabián y Olmo entre líneas. La jugada fue tan vertical, tan precisa en el toque, que Oyarzábal pivotó para abrir y acto seguido acudió al remate.
Ese ritmo permitió que Walker no pudiera tapar la subida de Cucurella, al haberse cerrado previamente para cubrir la caída de Oyarzábal, entonces el lateral pudo centrar. Fue la clásica jugada que se ensaya en los entrenamientos. Tac, tac, tac, gol. Sólo que Oyarzábal y todo un país no la olvidarán en su vida, puesto que el marcador, 2-1, ya no se movería.
España volvió a ser el mejor equipo, en una Eurocopa impecable. Ya en el post partido, Rodri sentenció: «Hoy hemos hecho historia, hemos tumbado a cuatro campeones del mundo del tirón. Hemos tumbado a todos. Es el torneo más difícil que ha ganado esta selección, sin ninguna duda».
Excelente artículo.