«Hazlo por mí, por Sir Bobby y por Inglaterra». Es una petición del exentrenador Sven-Göran Eriksson al seleccionador inglés, Gareth Southgate, en una carta que le ha escrito publicada por el diario Telegraph. Es un mensaje especialmente conmovedor, hace medio año, Eriksson hizo público que le queda un año vida «como máximo». Sufre cáncer de páncreas. Aunque esta semana no se ha encontrado bien, ha dicho que verá el partido en su casa.
A sus 76 años, el entrenador sueco se hace cargo de la presión que tiene que estar sintiendo Southgate. «Oyes hablar tanto de 1966, de lo que hizo el equipo de Sir Alf Ramsey, y sabes cuánta expectación hay sobre ti para acabar con todos esos años de dolor». El extenso periodo que lleva la selección inglesa sin un título pesa como una losa: «Yo lo sentí, Sir Bobby Robson lo sintió. Cada uno de los 13 entrenadores desde Sir Alfo lo habrá sentido. Ninguno lo ha conseguido, pero nadie ha estado más cerca que Gareth Southgate».
Enfrente, no le espera ningún novato. «España es muy buena, quizá la mejor del torneo, pero en una final eso no importa, Inglaterra puede ganar». También tiene buenas palabras, o palabras de miedo, depende del lado desde el que se mire, para la gran estrella emergente española, Lamine Yamal: «Acaba de cumplir 17 años el día antes de la final. El impacto de Yamal me ha traído recuerdos de la Copa Mundial de 1958, aquí en Suecia. Brasil tenía un chico muy joven llamado Pelé. Todos conocemos su increíble irrupción y sus dos goles en la final. Jugadores así no aparecen muy a menudo. Yamal debería estar en la escuela, pero seremos nosotros quienes leeremos sobre durante mucho tiempo, quizá hasta la Copa del Mundo de 2042».
Luego lo compara con otros astros precoces ingleses. «Yamal no tiene miedo, igual que Rooney, siempre recordaré la noche en la que le dije a Wayne por primera vez que estaría en la selección de Inglaterra, y él solo respondió ‘ok’. No ‘wow’. Le pareció todo muy normal».
Sin embargo, Eriksson considera que Southgate ha demostrado que su equipo ha superado a los anteriores. Ya no tiene «bloqueo mental en los penaltis, ya ha llegado más lejos que cualquiera de nosotros». Si se logra el triunfo, servirá para que generaciones recuerden el próximo domingo y se sientan motivadas para jugar al fútbol. Esta selección le puede demostrar a su país, dice, que «aquí estamos».
La confianza en Southgale también le viene porque, frente a Países Bajos, le vio muy relajado. Sin gran estrés. Es algo que le recuerda a la noche que Inglaterra le metió 5-1 a Alemania en Munich. Fue uno de sus partidos «más importantes» y recuerda que «la presión hubiera sido enorme si hubiésemos perdido».
Antes de esta columna, Eriksson escribió que, desde que se hizo público su cáncer, ha viajado por Inglaterra, Italia y Portugal y ha recibido enormes muestras de cariño. «Normalmente, todo el mundo habla muy bien de la gente que está muerta, tengo suerte de que hablen bien de mí mientras estoy vivo». David Beckham se acercó a verle y le regaló una botella de vino de 1948, su año de nacimiento. Y para concluir también hizo una premonición sobre Southgate y su Inglaterra: «No ha creado muchas ocasiones, pero no ha concedido casi nada». Sin duda, como le gustaba al maestro Eriksson.
De la magnitud de este partido da buena cuenta la prensa de Países Bajos. En deVolkskrant, se presentaba de la siguiente manera: «Los inventores del fútbol jugarán contra el país que redefinió el fútbol de ataque».