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La gimnasta MyKayla Skinner se queja de las formas woke y reclama entrenadores más agresivos

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La gimnasta MyKayla Skinner se queja de las formas woke y reclama entrenadores más agresivos
MyKayla Skinner (Foto: Cordon Press)

Un vídeo de YouTube ha vuelto a poner en el huracán a la gimnasia estadounidense. Sin embargo, esta vez no ha sido una denuncia de abusos o maltrato, ha sido todo lo contrario. MyKayla Skinner, medallista olímpica, plata en Tokio 2020 en salto de potro, ha arremetido contra el Centro para el Deporte Seguro de Estados Unidos.

El vídeo ha sido eliminado, pero en él denunciaba que por culpa de SafeSport, organismo creado tras el escándalo de abuso sexual de Larry Nassar, ahora los entrenadores están asustados y no son capaces de entrenar como es debido a deportistas de su nivel.

«Gracias a SafeSport, los entrenadores no pueden presionar a las atletas. Tienen que ser muy cuidadosos con lo que dicen, lo que en cierto modo es muy bueno, pero al mismo tiempo, para llegar hasta donde se necesita en gimnasia, hay que ser… un poco agresivo, meter intensidad». También decía que «el talento y la profundidad ya no son lo que eran, es obvio que muchas chicas ya no trabajan duro, no tienen ética laboral».

El escándalo de Larry Nassar fue uno de los mayores casos de abusos sexuales en el deporte. Era el médico del equipo nacional de gimnasia de Estados Unidos y fue acusado de haber abusado de 260 atletas, incluyendo varias olímpicas, mientras trabajó para la Federación de Gimnasia de Estados Unidos (USAG) y la Universidad Estatal de Michigan.

Una de ellas fue Simone Biles, que al ver el vídeo de Skinner escribió en sus redes de forma irónica: “no todo el mundo necesita un micrófono y una plataforma”. La gimnasta reveló públicamente en 2018 que era una de las víctimas. De hecho, luego explicó que los abusos le causaron problemas de salud mental que pudieron afectar a su desempeño en los Juegos de Tokio de 2020.

A Nassar le cayeron 175 años de prisión, la mayor parte de sus víctimas eran menores. Lo más grave, desde un punto de vista institucional, fue que ni la USAG ni la Universidad de Michigan, ni siquiera el FBI, tomaron medidas para cortar de raíz lo que estaba sucediendo desde 2015, año en el que tuvieron conocimiento de las acusaciones. Por este motivo, USAG y el Comité Olímpico y Paraolímpico de Estados Unidos tuvo que gastar 380 millones de dólares para indemnizar a las víctimas.

Simone Biles durante la investigación por el caso Nassar (Foto: Cordon Press)

Cuando el vídeo empezó a hacerse viral y a cosechar comentarios muy negativos, Skinner borró el vídeo, pero la bola ya estaba rodando y creciendo. Se apresuró a pedir disculpas y dio una explicación. En su opinión, se la había malinterpretado. A lo que se refería es a que en su gimnasio la ética de trabajo había cambiado desde la época de Maarta Károlyi. «No estoy defendiendo a Marta ni diciendo que lo que hizo no estuvo bien, solo digo que fue diferente». Luego se disculpó oficialmente con todo el equipo nacional, pero había vuelto a meter la pata citando a Karolyi.

Inmediatamente apareció Rachel Denhollander en X, la primera mujer que acusó públicamente a Nassar y su testimonio fue crucial para que se lograra la condena y que otras mujeres se unieran a la denuncia.

En su respuesta fue directa al grano:

“Esto es precisamente por lo que se necesita desesperadamente la educación continua. Cuando un atleta recuerda a uno de los entrenadores más abusivos en la historia de la gimnasia, sugiriendo que su modelo abusivo era necesario para la ética de trabajo, tenemos un problema…

(…)

Cuando un atleta argumenta que las medidas de prevención del abuso como Safesport dificultan la posibilidad de ganar, ese atleta ha articulado dos cosas:

  1. Podría ser necesario el abuso para ser un buen atleta.
  2. Ganar vale el abuso.

Reduzcan las palabras, miren las ideas. Ha sido clara.

(…)

Y esta disculpa no cambia nada de eso. Una disculpa es ser honesto sobre lo que has dicho o has hecho y asumir la responsabilidad.

Esta segunda declaración no hace nada de eso. Lo que sí hace es caracterizar a Marta Karolyi y sus métodos como «diferentes».

Así que veamos la diferencia:

(…)

Bajo Marta  [Karoly], las atletas eran rutinariamente e intencionalmente privados de alimentos y agua, hasta el punto de que algunas buscaban sobras de comida en las bandejas del servicio de habitaciones en las competiciones.

Hasta el punto de que la pubertad se retrasaba, las lesiones eran catastróficas y los trastornos alimentarios severos eran normales.

(….)

Bajo Marta, las atletas lesionadas, incluso con fracturas abiertas en las piernas, eran dejadas literalmente arrastrándose por el suelo del gimnasio o acostadas con una toalla cubriendo la herida abierta, sin poder moverse, durante horas.

(…)

Bajo Marta, los atletas se dañaban intencionalmente a sí mismas para tratar de estar lo suficientemente lesionadas como para evitar la concentración porque el abuso era severo.

(…)

Bajo Marta, las mochilas, el equipaje e incluso las acompañantes de las atletas eran registradas para asegurarse de que los niñas hambrientos no tuvieran ni una barra de muesli.

(…)

Bajo Marta, Geddert fue colocado como entrenador principal en 2012. Un hombre que literalmente lanzaba a sus atletas contra los aparatos, rompiéndoles los ganglios linfáticos, ensangrentándoles las caras y obligándolos a entrenar con lesiones catastróficas, dejando a muchos con discapacidades de por vida.

(…)

Bajo Marta, las niñas fueron sistemáticamente aisladas de sus padres, hermanos, médicos reales y sus propios entrenadores, dejándolas vulnerables al abuso diario y la inanición.

(…)

Bajo Marta, los niños dependían de un pedófilo en serie para su cuidado y seguridad.

(…)

Bajo Marta, ocurrió el peor escándalo de abuso sexual infantil.

Marta Károlyi (Foto:

SafeSport se creó en 2017 a raíz del escándalo de Nassar, pero luego fue ampliando sus capacidades e incluyendo otras formas de abuso, como el emocional. En su informe de 2023, registró 15.631 denuncias de abuso entre 2021 y 2023. De ellas, 3.660 eran por conducta sexual inapropiada y el resto por conducta emocional/física. De hecho, ha recibido críticas por cargarse de casos de “abuso emocional”, lo que le ha impedido poder investigar correctamente los de abuso sexual. Una deriva woke en lugar de centrarse en la misión original que le había sido encomendada. Hasta el punto de, como denunció ESPN y ABC News, de permitir que abusadores sexuales en serie volvieran a entrenar.

 

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