Tiene 54 años, pero todavía se conserva como ayer. Y ya no es ayer. Fran (Carreira, A Coruña, 1969) ya no es aquel «chico de pueblo» al que La Coruña le parecía una ciudad inmensa. Fran es un hombre que tiene una biografía escrita por Rubén Ventureira y Álex (Alex) Centeno, «porque yo me rodeo de los que saben escribir», dice. Y Fran también es un ciudadano de mundo que ha vivido en Manchester, en Barcelona… y que es padre de un futbolista que juega en el Oporto. Y todo eso le da perspectiva para cruzar el charco que separa ayer de hoy y para coleccionar el tiempo en esta conversación.
¿A qué se dedicaba tu padre?
Mi padre estaba por el extranjero en un barco mercante recorriendo medio mundo para ganarse la vida.
Tus raíces entonces están en el mar.
Sí, había épocas en las que mi padre tardaba año o año y medio en venir por casa. Vivíamos con mi madre. Primero, mi hermano y yo. Después vino otro hermano con diez años de diferencia. A grandes rasgos, sí, esa es la historia de mi vida.
Pero Fran solo hubo uno.
Fran y cualquier otro. Mira, hubo algo que nunca me gustó ni me gustará, que son las comparaciones de los jugadores. Cada uno es un mundo. Cada uno tendrá su nivel. Cada uno tiene derecho a que se respete su estilo de juego.
Te diría que las comparaciones no son necesarias, pero son inevitables.
En eso estamos de acuerdo, porque a lo mejor interesan. Pero yo creo que no son buenas. Te insisto en que hay que respetar a cada jugador.
¿Quién es Fran en el fútbol de hoy?
El fútbol ha cambiado. Ahora se juega de otra manera. Hay más fuerza. Quizá más velocidad, más exigencia, más cultura. Otra cultura te diría. Ahora hay que cuidar (cuidarse) la alimentación. Es más, ahora me doy cuenta de que yo no me alimentaba bien en mi época. Pero no era culpa mía, porque entonces no teníamos un dietista como tienen ahora. No tenía nada que ver. Recuerdo que hace no mucho Messi se lesionaba. Cambió los hábitos de alimentación y no se volvió a lesionar más.
¿Y qué te hizo futbolista?
En mi época, el único deporte era el fútbol. Soy de una aldea. Enfrente de mi casa había un campo de fútbol nada más empezar el camino. ¿Cómo no me iba a familiarizar con el fútbol? No había otra opción. Televisión en blanco y negro. Ver partidos del Madrid y del Barça que eran los que televisaban. Mi hermano se hizo del Madrid y yo, para que tuviésemos discusiones, me hice del Barça.
José Ramón, tu hermano mayor.
Sí, claro. Éramos de una aldea en la que había quince o veinte niños. Para hacer un equipo nos juntábamos de todas las edades. A veces jugábamos un pueblo frente a otro. Incluso frente a adultos.
¿Y ya llamabas la atención?
Seguramente entre nosotros, sí. Pero en aquella época no existía ese control por cada rincón de España. Yo no recuerdo que nadie del Dépor ni el Celta viniesen a vernos. Quedábamos muy lejos. Ribeira debe ser uno de los pueblos más lejanos de Coruña. A 120 kilómetros. No había ese control de ahora. No había esa enfermedad por fichar a los niños.
¿Algún día has dejado de ser futbolista?
El día que me retiré deje de ser futbolista, sí.
Y saliste a hombros de Riazor.
Sí. Fue un momento espontáneo de la gente. Nada estaba planificado. Fue un recuerdo imborrable. Todavía sigue ahí. Cuando veo esas fotos de recuerdo… Significan mucho y me demuestran que, a pesar de cosas que han pasado, tengo el cariño, la admiración de la gente, lo que me recuerda que nadie puede ensuciar mi trayectoria. Y eso vale, vale mucho.
Atrás quedaban 18 años.
18 años en el Deportivo de La Coruña, sí.
¿Cómo fue el primer día?
El primer día fue durísimo. Soy un chico de pueblo, un aldeano que era muy tímido e introvertido. Y, de pronto, llegué a una ciudad grande. Venía de estar acostumbrado a tenerlo todo, a mamá en casa. Y voy y me alojo en un piso en el centro de la ciudad con varios compañeros y comparto habitación con mi hermano.
¿Y cómo eran los días?
Muy duros, ya te lo dije. En el Carreira entrenabas el viernes. Más que entrenar, pasabas el rato. El domingo jugabas el partido. Pero llego a Coruña, donde hablan castellano y yo hablaba gallego, un gallego muy, muy cerrado. Castellano, poco. Y tampoco estaba acostumbrado a entrenar todos los días. Así que llegabas a la pensión. Deseabas comer y descansar para aguantar al día siguiente. El cansancio se acumulaba. Fueron dos años muy duros, porque no tenía hábito de entrenamiento.
Eras muy delgadito.
Tenía talento, pero si quería ser futbolista tenía que hacer un esfuerzo descomunal en lo físico.
¿Y no salías por las noches?
No había tiempo y no me gustaba. Era introvertido. Nunca me llamó la atención la noche. Mi primera salida fue con 21 años cuando ya estaba asentado en el primer equipo.
¿Y cómo fue?
Me quedé alucinado. Me conocía todo Dios. Estaba desbordado. Comenzaba el boom del Superdépor en Coruña. Fue la típica noche que sales, tienes cena y luego te vas a tomar unas copas. Y ahí te das cuenta de lo que significa estar donde estás.
¿Y cómo apareció Arsenio en tu vida?
A mí me sube Luis Rodríguez Vaz al primer equipo. Luego, llega Arsenio y las noticias son muy duras. Se especula que Arsenio no iba a contar con los jóvenes y que quería a gente mayor. Me preocupé muchísimo. De hecho, viene Arsenio y ese primer año no cuento para él. Mi hermano, en cambio, sí. Pero yo entreno con el primer equipo y juego con el Fabril. Así que mi temor estaba justificado.
Pero no te rindes.
No, claro que no. Cuando termina la temporada me voy al pueblo. No me tomo vacaciones. Entreno mañana, tarde y noche para llegar físicamente como un animal. Pero llega la pretemporada y sigo de suplente. Tengo por delante de mí a Jaime Agulló. Pero yo ya me veo como un cohete. Físicamente me siento superior a los demás.
No juego de titular. Salgo en las segundas partes y me salgo hasta el día en el que se lesiona Agulló. Hago dos jugadas por la banda, dos goles, y a partir de ahí viene el boom Fran. Hay quienes dicen que estoy muy verde y los veteranos salen en la prensa dando la cara por mí diciendo que me dejen tranquilo y que vayan a por los que tienen más experiencia. Y yo me enchufo, cojo la titularidad y no la suelto en todo el año.
Y suenas para el Madrid.
Ya empecé a liarla, sí. Hacemos una Copa del Rey espectacular. Llegamos a la promoción contra el Tenerife para el ascenso. Y ahí tienen mucho que ver José Ramón y Fran que ayudamos a dar ese paso adelante. Y sobre todo el Dépor se empieza a identificar con gente de la casa. Y a partir de ahí aparece el Superdépor. Y todo el mundo habla de mí, reuniones con el Madrid, con el Barça, con Johan Cruyff… pero yo decido quedarme.
Sin embargo, tu hermano nunca llega a ser titular en el Dépor.
Sí, lo será, sí.
No aparece José Ramón en ese once mítico formado por Liaño; Rekarte, Albistegui, Ribera, Djukic, Nando; Mauro Silva, Fran, Aldana; Bebeto y Claudio.
Porque tiene una lesión de pubis. Está parado varios meses y pierde un poco el hilo. Le tienen que operar. Pero en los cimientos del Superdépor siempre estará mi hermano porque los cimientos están en Segunda División (división).
Aquel Dépor ya jugaba como los ángeles.
Hasta entonces nos faltaban resultados. Pero cuando aparece el Superdépor ya tenemos experiencia, ya tenemos esa madurez que es imprescindible para ganar.
Y aquel verano vienen Bebeto y Mauro Silva.
Son cosas normales.
¿Te parecía normal?
¿Qué jugador brasileño había en aquella época en el fútbol español? El mercado brasileño lo abren Bebeto y Mauro Silva en España. Dan un rendimiento extraordinario y, a partir de ahí, el fútbol español mira mucho hacia Brasil.
¿Cómo era Bebeto?
Era un jugador fantástico, una persona tranquila, encantadora, muy familiar. Me entendía muy bien con él dentro y fuera del campo. Pero no solo él, sino todos los que estábamos. De lo contario, sin esa armonía, no hubiésemos tenido esos éxitos.
Pero Bebeto hacía goles imposibles.
Para eso era Bebeto.
¿Y Mauro Silva?
Era el que nos daba el equilibrio perfecto en medio campo para poder atacar mejor.
Con Mauro Silva estuviste quince años.
Toda una vida. 15 años. Nos retiramos los dos el mismo día. Los dos a hombros de Riazor. Nos llegó la hora el mismo día. Él se fue a celebrarlo con su familia y yo con la mía. Los dos en la intimidad.
Mauro Silva, único e irrepetible.
Como todos los jugadores. A mí esto de personalizar en uno no. No me gusta. Único e irrepetible ha habido unos cuantos en el Dépor. No solo Mauro Silva, Fran, Donato, Bebeto… Yo me quedaría con más de diez. Únicos e irrepetibles hay muchos en el Dépor.
La época más nostálgica es el equipo que pierde la Liga 92-93 en el Bernabéu.
No. La Liga la perdimos en partidos claves que debimos ganar y los empatamos. Pero es verdad que ese equipo se conoce porque siempre jugábamos los mismos. Sin embargo, en el equipo que gana la Liga había 18 internacionales. Jugábamos varias competiciones y no había problemas cuando el entrenador miraba al banquillo.
No podías tener a ocho tíos disgustados. Les tenías que dar sus minutos para que el vestuario tuviese armonía y no pasaba nada. Se iba uno y entraba otro. El nivel era el mismo. Cada domingo era difícil saber por donde iba a disparar el entrenador. Fuera por donde fuese, siempre acertaba.
En ese equipo estaba Djalminha.
Djalminha siempre me decía, y cada día estoy más de acuerdo con él, «Fran, un jugador de fútbol no hay que verlo en una temporada ni en dos, hay que verlo en diez años cuando tiene un gran rendimiento, y esos, solo esos, son los grandes jugadores».
¿Y eso te lo decía Djalminha?
Claro, porque él sabe de fútbol.
Pero Djalminha, precisamente, no fue un ejemplo de regularidad.
Pero yo me quedo con lo que decía y, como él, valoro al jugador que está diez años en la elite, como Messi que ha estado años marcando cincuenta goles, eso no existe, eso es un caso único, los que hemos sido futbolistas sabemos lo que significa. Por eso, para mí, no es cuestión de quién es mejor o peor, tú insistes mucho, y, para mí, la diferencia está en lo que le has dado al fútbol.
¿Y Djalminha no pudo ser el mejor?
A ver. Él tenía sus altibajos. Pero fue clave en la temporada de la Liga. Después, sí es cierto que tuvo temporadas distintas. Quizá los resultados lo empañaron un poco. Pero él era capaz de llevar el equipo a sus espaldas. Aguantaba la presión. No había problema. Ese tipo de jugadores son los que valoro.
¿Es verdad que desobedecía a Irureta?
No lo recuerdo.
¿Cómo recuerdas a Irureta?
Los dos mejores entrenadores en mis 18 años en el Dépor han sido Irureta y Arsenio y hay muchas similitudes entre ambos. Eran humildes, trabajadores, con sus virtudes y defectos. Sabían gestionar el vestuario y al final sacaron rendimiento a jugadores extraordinarios que en aquel momento serían titulares en Madrid o Barça. En el Dépor había cinco, por lo menos, que podían jugar sin problemas.
Diego Tristán, Makaay, Turu Flores…
Makaay ganó un año la Bota de Oro para que veas la grandeza que tuvo el Dépor en aquellos años… Y aun así, a veces se quedaba en el banquillo.
¿Te acuerdas aquella semifinal de Champions ante el Oporto?
¿Cómo no voy a acordarme? De los momentos más duros. Lo tuvimos en la mano. Y se nos escapó. Pero la Liga del 1994 fue un momento aún más duro. Me he lesionado, que es lo peor que te puede pasar, pero justo ese momento, esa Liga… Pensé que nunca iba a tener una oportunidad así en el Dépor.
Creo que aquel equipo se merecía una Liga. Ganamos la Copa del 95, pero no fue lo mismo. Luego, cuando ganamos en el 2000, dije que todos esos jugadores de 1994 tenían un trocito de esa Liga.
¿Por qué no tiraste el penalti de Djukic?
Porque estaba todo marcado. Es como si me preguntas por qué no tiraba las faltas o por qué no hacía los saques de banda o por qué me ponía en la barrera. En el fútbol muchas cosas están marcadas. Hay muchos especialistas para cada tarea.
Tras ganar la Copa del Rey del 95, viene Toshack.
A mí me gustaba mucho como entrenador. Pero el problema es que no fue capaz de enganchar con la gente, con los jugadores. Su mentalidad inglesa chocó y La Coruña es muy especial en ese caso. Es fundamental conocer adónde vas, respetar como es cada pueblo y adaptarte y ahí Toshack chocó mucho.
Toshack había triunfado en San Sebastián.
Yo te puedo decir que choqué mucho con él. Era capaz de airear ciertas cosas a la prensa. Le gustaba mucho eso cuando en el Dépor era todo más tranquilo. ¿Por qué Irureta y Arsenio fueron los mejores? Porque no querían problemas, lo tapaban todo mucho. Toshack no hizo eso, y mira que me apasionaba su manera de entender el fútbol. Pero los resultados no le acompañaron.
Y salió mal.
Años más tarde, coincido en un partido amistoso con él. Vi una persona totalmente diferente que me cautivó. Le cogí un cariño especial. Olvidé las rencillas que tuvimos. Me ganó en ese viaje que tuvimos con él. Fue un fin de semana en Praga muy chulo. Comimos y cenamos juntos. Me pareció otra persona.
¿Y Lendoiro?
De los 18 años que estuve con él, 16 tuve una relación fantástica. Después, no sé lo que pasó. Fue totalmente diferente. Yo era el capitán. Me llamaba por muchas cosas. Siempre cercano. Él sabía que yo siempre buscaba lo mejor para el Dépor. De hecho, le resolví muchos problemas en el vestuario. Pero, al final, se torció todo de alguna manera. A veces me pregunto qué pasó. Todavía hoy no sé la respuesta. No la entiendo ni la entenderé.
Hace unos años estuvo muy enfermo. ¿Fuiste a verle?
Estuve fuera. Estuve en Barcelona. Luego, me fui a Manchester. Estuve siete u ocho años fuera. Sé que estuvo mal, sí. Pero las noticias, que tenía entonces acerca del Dépor, eran muy lejanas. Me enteraba de los resultados y poco más.
¿Y ahora no te encuentras a Lendoiro por Coruña?
Algunas veces, sí.
¿Y?
Una vez le di la mano sin ningún problema. Yo estoy tranquilo por todo y ya está, sin ningún tipo de problema.
¿Cómo fue el día del entierro de Arsenio?
Fue lo que fue. Una persona entrañable que se iba. Es verdad que tuve un inicio complicado con él, pero después me trató casi como un hijo. Me mimaba porque veía que yo era tranquilo, trabajador y le daba un rendimiento. Sabía que por mí pasaban cosas diferenciales en el Dépor. Sabía lo que había. Por eso tenía una manera especial de cuidarme.
Fuiste el capitán. ¿Cómo te preparaste para ser el capitán?
No. Para eso no te preparas. Luego, haces cosas y con el tiempo sientes que pudiste hacerlas mejor. Aquí hay maneras y maneras de ser capitán. Cada uno lo hace como sabe. Intenté hacerlo lo mejor posible. Tendría que haberlo hecho mejor, sí. Pero también pude hacerlo peor. Sí sé que conmigo de capitán hicimos cosas maravillosas.
¿Qué fue lo más maravilloso?
Te podría hablar del Centenariazo en el Bernabéu, de la victoria en Old Trafford… pero te hablo sobre todo de la Liga. No hay comparación posible. Aquello fue maravilloso. Te diría más: fue único.
Entonces ya tenías 32 años.
Las cosas necesitan madurar, experiencia y todo eso. Pero en la Liga tenías esa espina clavada y eso es lo más grande que hay. Es verdad que en la Copa vienes al Bernabéu y se la metes al Madrid. Eso era impensable. Nadie se lo podía imaginar. Pero teníamos un superequipo.
Pero, a diferencia de la época de Arsenio, ya había muchos extranjeros, demasiados.
Te voy a hacer una pregunta: ¿quiénes marcan los goles en esa final de Copa?
Diego Tristán uno de ellos.
¿Y Diego era venezolano?
Y el otro no recuerdo.
Pues fue Sergio, que también era español. Entonces no digas que no había españoles y aparte es que hay algo que es especial. Gente como Mauro Silva, como Donato, como Djalminha que llevaban muchos años en el club, que llevaban en el corazón al Dépor… ya tenían ese sentimiento de pertenencia parecido al de un chaval de la cantera.
Había un bloque, un núcleo duro muy potente que en el 98 casi sufrimos un descenso. Todos hacemos una piña para salvar al equipo y entre ellos está Naybet. Por eso al final se gana la Liga porque hay un grupo de gente que está totalmente identificada con la causa.
En ese equipo, que gana la Liga, faltaba Bebeto.
Y faltaba Miroslav Djukic y seguro que faltaban muchos más jugadores. Aldana, Claudio…, gente que dejó mucho arraigo en Coruña, y eso al final es lo que necesita tener un club para que sea grande.
De los programas del Superdépor no ha habido ninguno como el Informe Robinson…
El Informe está ahí. Pero debería haber otro del Dépor en el año 2000, que gana a la Liga, que luego llega a semifinales de la Champions, que tumba a los mejores de Europa… Creo que ese equipo merece otro Informe.
Es verdad.
También te reconozco que el primer Superdépor es entrañable porque era el equipo de toda España. Y es muy querido, pero porque no gana. En el momento que empieza a ganar ya no es tan querido porque empieza a hacer daño. Los equipos son muy queridos mientras no ganan. Cuando ganas ya es diferente.
¿Te has sentido identificado al ver al Girona con vuestro primer Superdépor?
Para nada. Me lo preguntaron hace un par de semanas y contesté así, «para nada», porque es lo que siento. El Girona es un equipo que está naciendo, que necesita mantenerse en el tiempo. El Superdépor fue muy querido en toda España. No veo que el Girona sea tan querido.
Es verdad que ha sido una irrupción brutal. Un fútbol muy bueno. Un equipo al que respeta todo el mundo. Pero lo difícil no es irrumpir, sino mantenerse. Y supongo que llegarán a final de temporada, que en el Dépor no pasó, y tres o cuatro jugadores serán traspasados. Son otros tiempos.
En el Girona de hoy Fran es Iván Martín, que tiene una gran pierna zurda.
No lo conozco lo suficiente. No puedo opinar. ´
Savinho sería Rivaldo, Djalminha.
Savinho me encanta. Es un jugador diferencial. La verdad es que, cuando juega él, el Girona lo nota mucho.
¿Cómo te hubieses entendido con él?
Viendo como juega el Girona, me hubiese entendido con cualquier jugador.
¿Cuándo viste que se acababa tu carrera deportiva?
Los dos últimos años. Ya ves que te cuesta recuperar y que hay mucho estrés. Son muchas temporadas. Estás en Champions. En Copa del Rey. En Liga. Se te hace todo muy duro. Ves que los jugadores van a otra velocidad. Fue lo que me pasó en el Dépor. Sientes que debes apartarte a un lado. Sabes que tu rendimiento va a ser esporádico y que ya no tienes físico para aguantar domingo y miércoles. Yo con 34 años no podía. Había viajes, estrés emocional.
El precio es el banquillo.
Sí, salía la última media hora. A veces era titular por alguna lesión. Tanto Irureta como Paco Melo estaban agradecidos porque hay otro tipo de jugador que no sería capaz de aceptar esa suplencia, pondría caras malas. Pero yo entendí que había otra gente y si quería lo mejor para el Dépor debía dar un paso atrás.
Y lo diste.
Un día fui titular ante el Atlético de Madrid, les metimos cinco y yo marqué un gol, porque era eso. Podía tener buenas sensaciones si jugaba de forma intermitente la última media hora, el talento lo seguía teniendo para dar ese centro, ese último pase. De hecho, el partido del Milán, que ganamos 4-0, me ponen en la segunda parte, somos capaces de controlar el partido y luego marcó el cuarto gol.
Cafú no te quita un balón.
Era lo que me tocaba. Asumir ese papel. Envejecer. Saber envejecer con todas las de la ley.
Te fuiste sin triunfar en la selección.
A veces, para un jugador que viene del Deportivo, es más complicado. Pero es que en mi época la selección buscaba jugadores de otro perfil hasta que llegó Luis Aragonés que lo cambió todo y acabó con la mentira esa de La furia. Hasta entonces creíamos que podíamos ganar con gente fuerte y él nos demostró que ese no era el camino, que necesitábamos a los nuestros y yo ya no estaba.
Y no te dio tiempo a ganar el Mundial.
Pero, mira, un día me preguntaron: ¿Campeón del mundo con España o de la Champions League con el Dépor?
¿Y qué contestaste?
Ganar la Champions con el Dépor… eso hubiese sido… Pero tampoco la ganamos.
Llegaste a semifinales con Irureta.
Irureta, como Arsenio, para mí fue el gran entrenador del Dépor. Era muy tranquilo. Tenía un perfil bajo. Daba el protagonismo al jugador. Era un actor secundario. Estaba para poner cierto orden. Supo entender lo que era La Coruña. Enganchó muy bien con el aficionado. Esa fue la clave de su éxito.
¿Y tú no pensabas en ser entrenador?
No. Nunca lo pensé. Y ahora veo que fue una pena.
¿Hubieras sido un buen entrenador?
Posiblemente. Trabajé tres años en el Dépor en el fútbol base. Se lograron los mayores éxitos en la historia. Yo siempre digo: «qué suerte he tenido en esta vida, fui jugador de fútbol y logré éxitos, soy director de fútbol base y se consiguen éxitos». Yo me pregunto qué hay detrás de todo esto.
Eres un tipo con suerte.
Pero hay trabajo, esfuerzo, saber donde estoy, entender donde estoy. He tenido suerte, sí, pero he sabido estar. Todos los jugadores, que jugaron a mi lado en la banda izquierda, fueron internacionales. En el fútbol base he sabido rodearme de gente y he entendido que cuánto más te sacrificas por una causa más reduces las posibilidades de fracasar.
Esa es tu vida.
Y después es importante la pasión que hay que tener hacia el trabajo. Porque entonces no es trabajo, es placer. Y no importa el tiempo que le dedicas, porque el tiempo pasa volando.
¿Y tu hijo Nico tiene esa pasión?
Hasta en eso he tenido suerte. Tengo un hijo futbolista. Pero él es otra cosa. El trabajo que tiene a sus espaldas solo lo sabe él. Para llegar a ese nivel es muy difícil. Recuerdo la frase de un golfista que decía tengo mucha suerte, pero cuanto más entreno más suerte tengo. Y ahí está la clave de todo esto.
¿Qué le dices a tu hijo?
Mi hijo ha sido educado en el trabajo, esfuerzo, sacrificio. Sabe lo que le ha costado llegar hasta ahí. No tengo ni puñetera idea de lo que piensa ahora. En su día me pedía consejo. Pero es clave, cuando llega una edad, apartarse. El padre debe saber apartarse. Él tiene que equivocarse por sí solo. En el error está el mayor aprendizaje si es que quiere ser mejor. Si no hay ese error, si no hay esa rectificación, no puede llegar a ciertos niveles. Por eso yo me aparté bastante.
¿Cómo fueron los años que viviste en Manchester?
Fueron muy duros, muy bonitos, muy exigentes, de un aprendizaje brutal. Estaré eternamente agradecido a esa oportunidad. Me encantaba Manchester a pesar de que los inviernos son duros. Pude ver entrenar a Pep cada semana. Me dio la posibilidad de ir al Dépor, de proponer una idea muy similar a la que había en Manchester, de montar una estructura parecida y todo (que, al final, lo pueda vivir el Deportivo de La Coruña) me emociona. Te digo que se me saltaban las lágrimas viendo jugar a los niños. Me quedé sorprendido.
Entonces la irrupción de Mella en el Dépor actual es culpa tuya.
No, yo solo aporté un granito como muchos que hay en la cantera.
¿Pero entonces dónde aparece ese niño?
En el Dépor hay niños que tienen unas condiciones muy buenas. Solo hay que prepararlos para cuando lleguen a la élite. Nosotros solo tenemos que ponerles los medios para que puedan prepararse. Tenemos que aportar entre todos: preparadores físicos, entrenadores, choferes, cada uno aporta lo que sabe, en el Dépor hay mucha gente trabajando para todos estos niños y cada uno tiene su parte de culpa en el éxito de chavales como Mella.
¿Cuándo serás presidente del Deportivo?
¡Qué va!
¿Soy el primero que te hace esa pregunta?
Mira, jamás pensé que volvería al Dépor. Y lo hice con unos resultados extraordinarios. Son 21 años de mi vida dedicados al Dépor. Sigo pensando que va a haber una tercera oportunidad. Pero no sé dónde ni cuándo.
¿Y mientras tanto?
A seguir aprendiendo.
Vives un año sabático.
Sí, más o menos, sigo viendo mucho fútbol y esperando la oportunidad de poder volver.
¿Y a quién vas a ver entrenar?
Yo soy muy de Pep. Tengo esa idea del fútbol. Además, tuvo un comportamiento extraordinario conmigo. Y agradezco haberlo vivido porque está marcando una época. Lo que está logrando es una pasada.
Pero si no hubiese dinero sería imposible.
Nos estamos equivocando. El dinero también lo tienen el Chelsea, el Liverpool, el United y ninguno es el City. ¿Dónde están esos equipos? Veo lo que se ha gastado el City y su valor ahora es mayor de lo que costaron. ¿Cuánto cuesta Rodrigo, Halaand, Rubén Dias…? ¿Cuánto cuesta cada jugador del City ahora si lo tienes que comprar?
Ni idea.
Pero ahí sigue el City después de seis años. Y junto al Madrid es el máximo favorito para la Champions porque vamos a ver Luis Enrique cómo maneja la situación con Mbappé o la versión que vemos del Bayern… Por eso algo muy bueno tiene que estar haciendo Pep en un equipo que se identifica perfectamente cómo juega y cómo compite durante seis años domingo y miércoles. Siempre está ahí. Está haciendo las cosas muy bien. Me fascina.
¿Y Ancelotti?
Me encantan sus declaraciones, sí, pero no sé como entrena. Yo soy más un enamorado del Girona. Me gusta como juega el Girona, como juega el City, me apasionan, a lo mejor por haber sido un futbolista ofensivo. Me gusta el fútbol de ataque. Me gustan los equipos que generan y conceden oportunidades. Yo siempre decía en el fútbol base que cada equipo tenía que marcar tres goles por partido.
¿Y los marcaban?
Logramos más del 90 % de las victorias, superamos el 30 % de goles de años anteriores… las conclusiones de las bases de datos fueron tremendas.
¿Te manejas en Excel?
Un poco.
Eres un hombre de despacho entonces.
No me gusta el despacho. Soy un hombre de campo. Cogía mi abrigo y me iba a ver cómo entrenaban los chavales, cómo transmitían los entrenadores. Desde el despacho, desde el ordenador, no se controla nada. Por eso el fútbol base es muy exigente. Estaba viajando por toda la provincia. No había fines de semana de descanso. Quizá los domingos por la tarde.
¿Y te compensaba?
Sí, porque el fútbol es así, más de 200 niños, muchas reuniones con padres… Fue mi tren de vida durante tres años. Piensas que vas a explotar en cualquier momento. Pero te das cuenta de que al final lo necesitas. Porque sabes que puedes ayudar a cada niño, a cada entrenador a mejorar. Llegamos a hacer trabajos de especialización con los niños. Veíamos cómo mejoraban ciertas cosas. Me siento orgulloso de eso y de las personas que trabajaban conmigo.
¿Te sigue gustando hablar de fútbol?
A veces piensan que grito de más. Pero es la pasión que siento, porque el fútbol es eso. De lo que se trata es de que haya emoción.
¿Podías haber sido Lucas Pérez en esta época?
Para mí un tío que es capaz de dejar la Primera División para jugar con el equipo de su vida en Primera RFEF…, eso lo dice todo. Es más, eso te demuestra lo que es Lucas Pérez, quién es Lucas Pérez, el sentimiento especial que tiene por el Deportivo.
El Dépor ahora es una religión.
Sí, ha vuelto a ser súper, sí.
Con Idiakez de entrenador.
Sé que al principio tuvo un periodo muy difícil y que ahora ha remontado el vuelo, pero no te puedo decir más, no sé cómo trabaja.…
Fran, ¿quién ha sido el mejor entonces?
No lo sé. Pero, en este caso, aprovecho para hablar de Raúl, que no fue un diez en nada, pero fue un diez como jugador porque hacía de todo. Sabía hacer de todo. Por eso te insisto una vez más cuando me preguntas por quién era mejor. Puedes ser el mejor sin ser el mejor en nada.
Muy buena entrevista con un jugador al que, creo, en su día se le infravaloró. Creo que, como Kiko Narvaez, nació 10 años antes de su época.
Soy del Celta, así que simpatía por el Deportivo ninguna. Sin embargo creo que la antipatía que acarrea no tiene que ver con ganar o no, sino con la actitud pública de gente como Lendoiro en contraposición con la del difunto Arsenio o Irureta. Subjetivamente creo que la afición se empapó de la actitud de Lendoiro y no de la de personas, como los citados o el propio Fran, que son infinitamente menos arrogantes.
De todos modos están donde están por Lendoiro, así que en el pecado llevan la penitencia.
Fran ten toda a razón niso, eramos moi riquiños «los galleguiños» ata que comezamos a gañar e competir por toda Europa.
Estamos onde estamos, pero con 7 títulos e 30.000 socios na terceira división. Voltaremos.
Mudardes o nome do club («La») aínda non o dades feito. 😉
A ver se en 2 anos derbi.
Es una buena entrevista pero obvia que denunció al Deportivo y perdió la denuncia, justo los dos últimos años de su carrera y dice que aún no sabe porque cambió la relación con Lendoiro.
A mí me encantaba como jugaba pero también es cierto que ya tenía un acuerdo con el Madrid de Mendoza que hubo que pagar para anularlo y que su hijo nunca estuvo en las categorías inferiores del Depor, quizás nadie les llamó… Pero se me hace raro. Para el Celtista que comentaba antes, el que creo todo fue Lendoiro, hubo gente excepcional como el propio Fran, Irureta, Arsenio, Bebeto, Mauro, Donato pero el que lo creo todo fue Augusto.
Estoy totalmente de acuerdo y no le quito el mérito a Lendoiro en la génesis de ese equipo. Lo que cuestiono era el contraste entre la imagen que el presidente daba y la que la plantilla daba. El aficionado se veía más representado por Lendoiro que, fuera de A Coruña, poquísimas simpatías despertaba, todo lo contrario Arsenio o Mauro Silva. De ahí mi comentario.
Cuando denunció al Deportivo? Crees que tiene que ver con el diferente trato con Lendoiro? Mira las fechas
Fran era un jugador de una calidad extraordinaria. Prueba de ello son algunas de las anécdotas que muestro a continuación:
-Bebeto en su primer año en el depor (92/93) fue pichichi con 29 goles, la mayoría provenientes de la banda izquierda por lo q dijo q fran si fuese brasileño sería titular de la selección brasileña que después ganaría el mundial 94.
-En una entrevista digital en el diario As le preguntaron a Irureta quien había sido el mejor jugador que había dirigido y respondió que mauro silva, fran y karpin. Lo curioso es que habiendo dirigido a futbolistas del nivel de valeron, djalminha, mostovoi, tristan eligió a Fran como el jugador de más calidad de todos.
-A Arsenio Iglesias tb le preguntaron en una entrevista quien había sido el jugador de más calidad y también respondió que o neno fran.
– En una entrevista precisamente aquí en jot down a Martín Vázquez le preguntaban por los mejores jugadores que gavia visto y decía explícitamente que el que nos le sorprendió fue Fran. Alfredo Santalena o Djukic tb dijeron que era el mejor jugador español con el que habían jugado e incluso el serbio dijo q si se lo hubiese propuesto habría sido el mejor del mundo.
-Pocos años después de retirarse hubo muchos torneos de fútbol indoor en las que jugaban gente tan mítica como alfonso, martin vazquez, amavisca, julen guerrero, dlaninha, mostovoi etcétera etcétera. Yo que vi muchos de esos partidos me di cuenta del verdadero nive de fran, era mucho mejor que el resto e incluso en la eurocopa que ganó España Fran fue elegido el mejor jugador del torneo.
– Guardiola dijo que » sin temor a equivocarme, y al que lo niegue le pongo multa , la mejor zurda del fútbol español de los últimos 15 años fue Fran».
– Hasta Lendoiro que acabó mal con él dijo no hace mucho que i fran hubiese querido podría haber sido el nuevo Amancio Amaro o Luis Suárez del depor.
Fue buenísimo, pero creo que le faltó creérselo más y ser más ambicioso.
–
Aldeano que destila el mismo antimadridismo rancio y casposo de otros muchos paletos.
feeeeooo!!!
Sobrevalorado pechofrío.
Espectacular su sencillez, reflexión y respeto a todo lo que se mueve en este deporte.
Jose Luis
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