Hace unos días, el periodista de Onda Madrid Carlos Sánchez Blas avanzó que Usman Garuba había decidido poner punto final a su aventura en la NBA y regresar al Real Madrid. Como tantas noticias sobre fichajes, no se cumplió. La diferencia respecto a la cháchara habitual es que Sánchez Blas no vive de agitar exclusivas gaseosas y goza de una bien ganada fama de periodista riguroso y profesional.
Ya sea por aquello de que conquistar la credibilidad puede llevar años y perderse en segundos, por una mera cuestión de confianza, o por lo que sea, Sánchez Blas publicó en Twitter —o como se llame ahora— un vídeo en el que pedía disculpas a sus seguidores. No a los que pasan por allí, sino a la gente con la que mantiene un pacto tácito basado en la fidelidad y la confianza: «Los periodistas podemos justificarnos en las intrahistorias, pero creo que no sería ético por mi parte. Lo lamento desde el fondo de mi corazón».
Mis sinceras disculpas por el asunto Usman Garuba – Real Madrid. Os lo quiero transmitir en este vídeo corto. Los periodistas podemos justificarnos en las intrahistorias, pero creo que no sería ético por mi parte. Lo lamento desde el fondo de mi corazón. pic.twitter.com/33lZt0yjyE
— Carlos Sánchez Blas (@blasradio) September 15, 2023
No era necesario que Sánchez Blas saliera a fustigarse en medio de la Plaza Mayor, y menos por un fichaje de más o de menos, pero es de agradecer que alguien, de vez en cuando, muestre humildad y, sobre todo, respeto a quien ha elegido estar al otro lado. Basta ver las respuestas al vídeo para comprobar que esa comunidad no sólo no le pasó factura sino que se lo agradeció. Uno quiere pensar que, hasta en un mundo tan hostil, cuando uno trata al seguidor como a una persona inteligente, el karma o lo que sea se acaba imponiendo.
Esta preocupación por el cerebro ajeno no es, ni mucho menos, el planteamiento editorial que más le renta a uno en el mundo de las redes. Al contrario, lo más sencillo es delimitar un espectro —ideológico en cuestiones políticas, por colores para las deportivas— y escribir lo que el seguidor quiere leer, sin matices que puedan rebajar un ápice la nitidez del mensaje. En este arte hay auténticos maestros: pueden ir de blanco, de rojiblanco o de azulgrana, pueden estar a la izquierda o a la derecha… Sólo hay que buscar el nicho y echarle de comer. Y si ya de paso enfadamos al de enfrente -cosa que siempre sucede-, mucho mejor.
Un día antes del vídeo de Sánchez Blas, en la misma red social, Fonsi Loaiza, ofreció a sus 224.000 seguidores un bocado suculento: «Estos son los cuatro futbolistas del Real Madrid Castilla y Real Madrid C que han sido detenidos por la difusión de un vídeo sexual de una menor de 16 años». A continuación, citaba cuatro nombres con sus cuatro apellidos y adjuntaba cuatro fotos.
Dos días después, al trascender que tres de esos cuatro jugadores no habían sido detenidos, Loaiza borró su tuit. ¿Publicó un vídeo para disculparse sin excusas de mal pagador, como Sánchez Blas? No exactamente.
Siempre pongo la fuente debajo en el 2º tuit. Lo llevó en portada @pacorabadan jefe de deportes de Okdiario de Inda, cloaquero al servicio de Florentino. Cuando la prensa más afín del Real Madrid y fuente directa del club filtró los nombres pensé por equivocación que era verdad. https://t.co/gOd0JSYSFc pic.twitter.com/3mAFC73BWq
— Fonsi Loaiza (@FonsiLoaiza) September 16, 2023
«No acusé de cometer ningún delito a nadie», escribía en respuesta a un crítico, pese a haber adjudicado a esas personas de forma inequívoca la difusión del vídeo. Más alucinante aún es lo que escribió después: «Me hice eco de una noticia de una detención, publicada en el panfleto OK Diario de Eduardo Inda financiado por Florentino Pérez. Pido disculpas a los afectados. Y sobre todo el apoyo a la víctima que parece que en ese club no importa».
Sobre esta irresponsabilidad se podrían decir muchas cosas, pero no merece la pena profundizar demasiado cuando el primer comentario resulta tan básico. Basta preguntarse qué le puede pasar por la cabeza a alguien para plagiar información de un medio que considera un panfleto —y en el caso de OK Diario, motivos no le faltan— y difundirla de forma tan alegre, sin la menor comprobación ni tan siquiera una cita. Y cómo puede exhibirse ese desahogo al disculparse en un tema de esta gravedad, a años luz del fiasco blanco con Garuba. Les ahorraré el resto de justificaciones, pero se las pueden imaginar. Basta coger el vídeo de Sánchez Blas y sustituir humildad por soberbia.
Sánchez Blas es un pedazo de profesional.
Y Fonsi Loaiza un enorme mojón
Sánchez Blas es el periodista de cámara del Madrid de basket.
La versión buenista de la central lechera .
Lo hace bien pero vende la moto que le encanta al madridismo.