Gemma

Luis Rubiales se va y su cortijo sigue por ahora, pero se tambalea con el #SeAcabó

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Jennifer Hermoso durante la final de la Copa del Mundo (Foto: Cordon Press)

Tres semanas llevaba la RFEF intentando zanjar el escándalo por el beso sin consentimiento de Luis Rubiales a Jenni Hermoso en el césped y su tocamiento de huevos en el palco. Tres semanas intentando dar carpetazo definitivo al asunto y nada, que no había manera. Después de justificarse en un vídeo, de ser aplaudido en la Asamblea con un discurso misógino, de no dimitir, de no ser capaces de echarle, de mantener a Luis de la Fuente, de cesar a Jorge Vilda y colocar a dedo a su segunda, Montse Tomé, de que Pedro Rocha -el delfín de Rubiales- sea ahora el presidente, del lamentable comunicado de los jugadores de la selección española de fútbol 15 días tarde en el que ni nombran a su compañera, de la denuncia de Jenni Hermoso por el beso y por sufrir «una presión constante y reiterada por parte del Sr. Rubiales y el entorno profesional de este, con la finalidad de que, públicamente, justificara y aprobara el acto cometido contra su voluntad». Después, en fin, de que intentaran que colara una y otra vez, Luis Rubiales por fin presentó su dimisión como presidente de la RFEF y vicepresidente de la UEFA. Se acabó.

Anunció su renuncia en una entrevista con el periodista británico Piers Morgan primero -conocido por su polémicas y comentarios machistas y misóginos a lo largo de su carrera, tal para cual, vaya- y con un comunicado después en el que no muestra arrepentimiento, no pide disculpas, ni una sola reflexión sobre su vergonzosa conducta. Se va, asegura, para contribuir a la estabilidad necesaria para que España pueda organizar el Mundial 2030. Se marcha sin entender qué ha pasado exactamente porque según él no ha hecho nada malo, señalando a los ‘poderes fácticos’ y asegurando que tiene «fe en la verdad». Como si las imágenes del beso sin consentimiento, del tocamiento de huevos, del discurso de las falsas feministas, no fueran inequívocas ni las hubiera visto y escuchado todo el mundo. Se larga sin honor y obligado por una sociedad que le ha dado la espalda y por unos amigotes que no han sido capaces de sostenerle a pesar de que lo intentaron… y de que se quedaron: ahí siguen todavía mandando en la Federación como el secretario general Andreu Camps o el presidente en funciones Pedro Rocha. Ahora se abre un proceso en el que deberán convocar elecciones, porque no, ya no cuela. Y la regeneración es urgente.

Sin la posición firme de las futbolistas, sin su empuje, su unión, sus palabras y gestos, nada de todo esto hubiera sido posible. Han sido ellas, desde el primer hasta el último momento, las que arrastraron a la opinión pública para que no se diera carpetazo al asunto como si no pasara nada.

«No nos merecemos una cultura tan manipuladora, hostil y controladora», escribió Jenni Hermoso en el comunicado en el que aseguraba además que «actitudes como esta han sido parte del día a día de nuestra selección durante años». Sus compañeras actuales junto a las históricas, las de diferentes generaciones, cerraron filas y anunciaron que no volverían a la selección si seguían los actuales dirigentes. Durante la última semana, sin Vilda y sin Rubiales -pero con los que le ovacionaron dentro de la Federación- ya les parecía que el trabajo estaba hecho con el nombramiento de Montse Tomé y a otra cosa, mariposa. A la campeona del mundo, Laia Codina, se le entendió todo cuando, en declaraciones al programa Tot Costa de Catalunya Ràdio afirmó: «Queremos una estructura profesional, con gente profesional, que esté capacitada, no el primero que pase por ahí». Vero Boquete, consciente de que tiene ahora un altavoz no lo está desaprovechando y en una entrevista a ‘Relevo’ se mostraba así de tajante: «El razonamiento del nombramiento de Montse Tomé es, bueno, metemos a una persona que además es mujer, que nos viene muy bien. Y lo que se pedía era totalmente lo contrario. No es si Montse es buena o es mala. Será buenísima, pero, ¿ha pasado un proceso de selección? ¿Quién lo ha decidido, un director deportivo? No, porque, a día de hoy, no lo tenemos, ¿Cuál es el plan teniendo a Montse de seleccionadora? Tampoco lo sabemos. Entonces, ¿qué se ha hecho? ¿El quitar a uno y poner a otro? Es que se quitó a Quereda y se puso al que estaba en la selección sub19. Ahora, se quita a Vilda y se pone a quien estaba allí. ¿Es mejor? ¿Es peor? Es que ya no entro. Seguramente, esperemos, sea mejor para todos. Pero creo que el fondo del problema sigue siendo el mismo y no se ha entendido».

En esa incomprensión, en la demanda de profesionalizar, de que las traten de una vez por todas con el respeto que se merecen y no, de nuevo, como si fueran unas niñatas, una panda de caprichosas, estaba la clave, el meollo del asunto. El 21 de septiembre arranca la Nations League con un título en juego y la clasificación para París 2024, así que las futbolistas debían tomar una decisión en breve y que no se las volviera a mirar, ni a tratar, como a chantajistas, esta vez la presión ya no podía recaer sobre ellas, sino sobre una Federación que con un par de cambios cosméticos, siempre a remolque, un CSD cuya gestión de la crisis ha sido inoperante y una UEFA que es la que organiza la Nations League y que le mantenía como vicepresidente. La cultura manipuladora, hostil y controladora que las ha atosigado no era sólo Rubiales y la Federación no puede continuar siendo un cortijo de señoros que no rinden cuentas a nadie y con contratos blindados.

2 Comments

  1. Cierto es que sigue, al menos desde fuera, dando la sensación de que falta estructura. Eso sí, algunas de las cosas que por ejemplo demanda Vero Boquete en cuanto a estructura deportiva tampoco la tienen los hombres. Al seleccionador lo nombra el presidente, y el director deportivo está ahí para poco más que dar una apariencia de legitimidad deportiva a las decisiones del presidente. La lógica para poner a Tomé de seleccionadora no es muy diferente a la de poner a de la Fuente.

    Sobre si las jugadoras aceptarán volver a la selección… me gustaría pensar que antes de tomar la decisión se consultó con las jugadoras a ver qué les parecía (no hacerlo me habría parecido un despropósito). Tampoco era muy factible hacer todos los cambios necesarios en cosa de dos semanas, así que será cosa de ver si se lo toman como muestra de buena voluntad o cómo. El que la liga de naciones sea clasificatoria para los Juegos Olímpicos también puede influir en que vuelven y acepten, una vez más, aplazar la exigencia de que la Federación les dé lo que piden

  2. Sobre la frase de «Como si las imágenes del beso sin consentimiento, del tocamiento de huevos, del discurso de las falsas feministas, no fueran inequívocas ni las hubiera visto y escuchado todo el mundo», creo que el verdadero problema de Rubiales no es haber hecho eso, sino que deja bien claro que hoy en día sigue sin entender cuál es el problema de haber hecho o dicho todo aquello.

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