De verdad, que no se empeñen más en decir lo contrario: LaLiga la ganará el Barça y lo único que falta por saber es cuándo exactamente será oficial. Con 11 puntos de ventaja y 24 por disputar es cuestión de ir descontando jornadas. Lo que resta carecerá de emoción, hablaremos más de fichajes que de fútbol y nos dará tiempo a aburrirnos, pero eso no es culpa del equipo azulgrana, sino mérito suyo por ser capaz de cerrar el campeonato tan pronto y con tanta contundencia. Ni Real Madrid, ni Atlético -segundo y tercero en la clasificación- han sido capaces de seguirles el ritmo y este domingo los de Simeone certificaron que el título es culé tras caer en Barcelona por 1-0. Así que ya está bien, no hay que darle más vueltas, ni vender pollinos, ni intentar ponerle picante al plato para distraer al personal de la realidad por muy soso que resulte el plato: el Barça ganará la Liga. Punto y final.
Después de perder ante el Real Madrid y perderse la final de Copa, el Barça había encadenado dos empates en Liga frente al Girona y el Getafe y eran tantas las ganas de los rivales y de los medios de comunicación en ver una brecha, una debilidad, una posible vía por muy lejos que estuvieran en la tabla de clasificación, que el encuentro ante el Atlético era la última tabla de salvación a la que agarrarse. Pues venga, también se ha hundido. Adiós muy buenas. Tras 13 partidos invictos y seis victorias consecutivas -y con un sol radiante- los de Simeone hincaron la rodilla en el Camp Nou porque no se merecieron lo contrario a pesar de que el disparo al larguero de Griezmann a los 44 segundos de comenzar el partido prometiera algo más. Comenzaron valientes, atrevidos y con la presión alta, pero en el primer disparo azulgrana entre los tres palos Ferran Torres marcó gol justo al filo del descanso. Y fue más que suficiente, como ya es habitual en esta temporada.
En la segunda mitad hubo momentos de correcalles, de errores incomprensibles como el de Rapinha solo bajo palos o el de Lewandowski empachándose de balón para desesperación del brasileño que volvía a estar solito delante de la portería, pero también de lucimiento para Ter Stegen que atrapó un remate de espuela de Griezmann. El marcador ya no se movió y colorín, colorado, este cuento se ha acabado y esto es ya un disco rayado.
Los tres puntos no fueron lo único positivo para los azulgrana, aunque sí lo más importante; los regresos de De Jong y Pedri se notaron. El holandés fue titular y el canario disputó la última media hora y con ellos el Barça gana en calidad y claridad. Ahora sería recomendable que de aquí a que termine el campeonato los de Xavi se dediquen a darle brillo al título, que despojados de cualquier presión no miren al sol ni a la altura milimétrica del césped, sino a sí mismos. Que por fin se diviertan y desistan de la idea de poner excusas y, sobre todo, de persistir en la defensa de hacerse pasar por adalides de la pureza y el buen hacer y proceder de la competición. Que jueguen igual de bien que lo cuentan, vaya. A ver si de una vez por todas son capaces de hacer disfrutar a su gente en lugar de comprobar el regadío y el horario.
El Real Madrid está a once puntos, el Atlético a 16 y faltan ocho jornadas para que esto se acabe. Y el mérito, insisto, es del Barça.