Estoy seguro de que el waterpolo empezó como una broma. Alguien visitó un país y los del país pensaron «vamos a decirles que aquí jugamos al balonmano, pero en el agua, para que se cansen hasta que pierdan el conocimiento, ja, ja». Seguro que fue algo así porque el waterpolo, si lo piensas, no tiene ningún sentido para el ser humano. Pienso algo similar cuando voy a la pizzería Etrusco y pido una especie de croquetas rebozadas que esconden aceitunas y paté dentro. Estoy seguro de que el dueño recibió la visita de un amigo italiano y pensaron «vamos a decir a los españoles que esto es algo típico de Italia a ver qué cara ponen al probarlo, ja, ja».
Lo que no esperaban ni unos ni otros es el triunfo de sus inventos. Lo que no podían imaginar es que la broma colara. Hay gente para todo: a unos les gusta jugar al waterpolo y a otros nos gustan las «olive all ascolana». Unos y otros ahora tenemos que disimular como si todo fuera normal y correcto. Podría ser peor. No pasa nada.
Mi primer contacto visual con el waterpolo ocurrió durante los Juegos Olímpicos de Barcelona. Recuerdo ver la final en casa de mi tía Nina, a solas. No sé dónde estarían los demás, quizá comiendo «olive all ascolana». España perdió el oro en un partido durísimo que fue un auténtico drama. Yo era un niño de 9 años bastante sensible a los traumas. Me daba muchísima pena que los Juegos Olímpicos terminaran. En la ceremonia de clausura se me metió algo en el ojo, y lloraba. Qué feliz fui aquellas semanas. Lo hablaremos otro día, quizá: Barcelona ’92 no se puede comparar con nada.
El caso es que nuestra aproximación a todos esos deportes era autodidacta. No había Google, no había Chat GPT, no había Wikipedia. Ni siquiera estaba la Encarta. Aprendías las reglas del juego sobre la marcha mientras veías cómo jugaban. El waterpolo en concreto requiere un ejercicio de fe: los jugadores forcejean y chapotean y a veces pitan falta y otras no, a veces el locutor dice «exclusión» y te lo tienes que creer porque en realidad no has visto qué pasaba. Como en Las Vegas, como en la canción Nochentera y como al bajar en un bar la persiana: lo que pasa debajo del agua se queda debajo del agua.
Según los de la tele, además, siempre nos están robando. Desde hace un tiempo, en las retransmisiones usan cámaras subacuáticas, pero tampoco aclaran demasiado. Prefiero que sea así, favoreciendo mi actitud favorita frente al deporte y a la vida: si perdemos es culpa de otros y si ganamos es que somos los putos amos.
Lo que no recuerdo es el momento en el que descubrí que los jugadores de waterpolo no tocaban con el pie en el fondo de la piscina y tenían que estar nadando todo el rato. Esta es sin duda la parte más macabra de la broma. De hecho, lo más difícil de ser entrenador de waterpolo debe ser ocultar a tus jugadores la existencia del balonmano. Yo ahora comparto bloque de viviendas con los hermanos Bausá, que juegan o jugaban los tres a waterpolo. Si no me creéis podéis buscarlo. A veces, en los silencios incómodos del ascensor, me quedo pensando si sabrán o no lo del balonmano, si debería decírselo yo o si descubrirlo a estas alturas de la vida sería demasiado shock para ellos y no podrían soportarlo. Por suerte viven en el segundo piso, el trayecto es corto y nunca me da tiempo a soltarlo.
Otra cosa que no entiendo es que el waterpolo no sea en España un deporte mayoritario. Ganamos medallas olímpicas y eso, pero algo falla. Luego vas a la playa y está todo el mundo con la camiseta de la selección puesta. Abuelos y niños, mayores y enanos, del Mediterráneo al Cantábrico pasando por el Atlántico. Increíble el apoyo. Eso no pasa con el balonmano. (Este chiste es flojo para terminar, pero no sabía cómo colarlo).
muy simpatico y agradable el escrito. tengo mi yerno que es presidente de un club de waterpolo , mis dos hijas fueron nadadoras pero ahora juegan a waterpolo. mi nieto también i mi nieta practica el waterpolo y la natación. Toda la familia está bastante enganchados al waterpolo es un deporte muy duro y hay que nadar mucho y bien.
Yo no puedo entender que a las competiciones de natación hay muchísimos nadadores y pocos que llegan a un campeonato del mundo. En cambio en el waterpolo hay menos fichas federativas i más gente buena . mi nieta ahora va al campeonato infantil de España por selecciones autonómicas. Yo soy de Mallorca y durante muchos años la mejor jugadora del mundo fue blanca que es Mallorquina. Bueno si te interesa algo más del waterpolo ya me lo pedirás.
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