Euroliga Baloncesto

¿Es posible en la Euroliga un Top-8 con cuatro equipos españoles?

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Mirotic y Yabusele

Lejos de ayudar a aclarar el estado de las cosas, el mes de enero ha elevado hasta el infinito la intriga que rodea a la Euroliga. La igualdad es tan grande que cada partido se convierte en una aventura cuyo resultado hace más confuso el futuro desenlace. Incluso hasta el punto de ser plausible plantearse la pregunta que encabeza esta columna.

A la hora de exponer la situación de los equipos ACB en la Euroliga, encuentro argumentos para sostener las aspiraciones de nuestros representantes de cara a su presencia entre los 8 mejores equipos del viejo mundo. En la parte alta de la tabla, el Real Madrid se muestra consistente. Después de caer ante su eterno rival en el clásico de la ACB, se podría afirmar sin temor alguno a errar que el equipo de Chus Mateo se va acercando a una versión cada vez más fiable y solvente. Importa señalar en este punto que la presencia del «Chacho» en la cancha tiene mucha importancia a la hora de elaborar un ataque coral y dinámico, en el que jugadores como Musa, Cornelie, Yabusele o Deck son trangibles beneficiarios. La única derrota del mes se produjo en El Pireo, una cancha en la que hasta donde yo sé, nunca fue fácil para nadie. A cambio, en el duelo de Euroliga que vimos el pasado jueves los madridistas superaron a un Barcelona que fue mejor durante tres cuartos, pero no pudo contener a Sergio Llull y a Dzanan Musa en el momento del «clutch». Sin que podamos situar este resultado en el reino de lo definitivo, los madridistas se llevaron un preciado botín en forma de average particular favorable. Además hay más motivos para el optimismo: Anthony Randolph ha vuelto a entrenar con todo el grupo.

Al otro lado del puente aéreo, la impredecible Virtus de Scariolo, asaltó el Palau en el primer partido del año. Las derrotas ante Efes y Real Madrid no han dejado buen sabor de boca en el aficionado culé , aunque pienso que su posición en Euroliga es sólida. Importa mencionar para bien la vuelta de Satoransky y la recuperación de Higgins, un jugador clave. Más preocupante es la regresión que muestra Jokubaitis en su segundo año como culé. Las cosas como fueren, el Barcelona tiene una gran plantilla en todos los aspectos, tanto por dentro, como por fuera. Sin embargo, garantizar la victoria considerando la propia composición es demasiado insustancial. En la actual Euroliga, se trata de llegar a los Playoffs con ventaja de campo favorable, superar esa eliminatoria y llegar a la Final Four. Una vez allí, todo es posible.

La sana costumbre de esperar a la conclusión de la jornada para redactar estas líneas, altera lo que tenía pensado escribir acerca de las andanzas del Baskonia en Europa en el mes de enero. Decir que sido un mes desafiante y abstracto para los vitorianos es quedarse corto. Cualquier metáfora, epíteto, y de hecho hasta palabras, dudo que puedan expresar la esencia del mes de enero para Baskonia. Después de tocar el cielo en el final de 2022, el equipo de Peñarroya ha tenido que aprender a caminar en la oscuridad de las derrotas. Incluso ante hechos tan significativos como lo sucedido en torno a Pi Henry. Ciertos comentarios relacionados con este tema controversial encajan favorablemente con el espíritu histérico tan característico de la verdulería española, cuyo contenido se basa mayormente en hechos distorsionados en los que se mezclan emociones y conjeturas artificiales. Habrá muchas pruebas para ellos pronto, pero en los tiempos más oscuros, Baskonia y sus aficionados encontraron algo que no se ve todos los días: unidad. Fue un mes duro para el equipo vasco, aunque después de ver lo sucedido en el Buesa Arena en el partido contra el Efes, uno siente también ha sido un mes en el que Baskonia aprendió sobre la marcha a aceptar la realidad tal y como es. El mañana será en la forma que se le de hoy. Y nada más.

Llull

Enero fue también un mes de asombrosa transparencia y comprensión para Valencia Basket. Me atrae lo que Mumbrú está creando en un equipo que va encontrando respuestas a preguntas que hasta poco no la tenían. Jugadores como Chris Jones , James Webb y Jasiel Rivero, han encajado a la perfección en un equipo que vive su mejor momento desde que se proclamase campeón de la ACB en el año 2017. Importa además recordar los profundos cambios que el equipo taronja acometió el pasado verano. Sería un error justificar la buena trayectoria del equipo tratando de restarle méritos a Mumbrú. Lo que está sucediendo , parece un proceso de construcción natural que llega a su resultado lógico. Mumbrú cree en lo que hace, y lo que es más importante; ha creado un grupo que cree en él. Incluso aunque en ciertos momentos, el observador externo, tenga la sensación de que un punto de paciencia en el entorno del equipo debería ser un principio dominante. 2023 podría ser un año de grandes cambios para el Valencia Basket.

Escribí anteriormente sobre Fenerbahce. Hablé acerca de verles remontar el vuelo en el mes de enero, un mes del que han salido con un balance favorable, aunque no lo suficiente para respaldar mis palabras. Tengo sensaciones demasiado extrañas con el equipo de Itoudis. Las analogías con el último CSKA que dirigió Itoudis son notorias. Sus dos últimas temporadas en Moscú se basaron en un bagaje táctico similar. Parece que a Itoudis le cuesta entender que es prioritario aportar constantemente matices inesperados para el rival. Quiero decir con esto que en mi opinión, a estas alturas de la temporada los oponentes ya han estudiado bastante bien a sus rivales, por tanto el Fenerbahce está en serio riesgo de caer en una monotonía traducida en la funesta impresión que me da sentir que en algunos partidos, algunos jugadores podrían dar algo más en la pista.

En cuanto al Efes, la situación sugiere que el juego que está desplegando, además de incomprensible, es especialmente peligroso debido a qué su propósito no está del todo claro. Preocupa porque disponen de herramientas para ello, pero al final del día, no son las características las que juegan, sino jugadores de carne y hueso, en diferentes situaciones, con distinta experiencia y motivación. En el momento clave de la temporada, cuando de verdad converja el saldo negativo y positivo de cada equipo, el Efes de Ataman apunta a ser un caramelo envenenado . Los partidos que debe jugar la próxima semana ante Olympiakos y Zalguiris, deberían ayudar a clarificar su situación. En general, tanto los griegos como los lituanos son dos desafíos extremos en este momento. El equipo de El Pireo comparte liderato con el Real Madrid maravillando con su gusto por el «extra-ball» y su facilidad para encontrar actores secundarios, mientras que el Zalguiris , a excepción de 20 minutos para el olvido en Atenas, ha firmado un mes de enero casi inmaculado. Parece que el equipo de Kaunas ha encontrado en Kazys Maksvytis a su pararrayos. Un hombre que hace un año estaba entrenando en el Parma Perm, un equipo de la zona media en VTB, y hoy tiene en zona de Playoffs a un equipo al que en el verano los expertos abocaban a la zona baja de la competición.

Uros Trifunovic y Jared Harper

Estrella Roja y Partizan ajustaron cuentas europeas entre ellos en esta pasada jornada, donde el equipo de Obradovic se tomó cumplida venganza de la derrota sufrida en diciembre ante su eterno rival. Desafortunadamente, es poco probable que sus caminos puedan volver a cruzarse en una Europa en la que da la sensación de no haber sitio para los dos en el Top-8. De hecho, es más factible la posibilidad de verles a ambos fuera de la zona noble europea. Maccabi sobrevive en puestos de Playoff en base a su fortaleza como local, el problema estriba en que esa solidez desaparece cuando juega fuera de Israel. Aunque no me atrevo a descartarles, pienso que hay candidaturas que presentan más argumentos que la suya. Esto, sin embargo, es solo mi opinión personal. Podría equivocarme, pero me cuesta ponerme la máscara y dejarme seducir por un equipo tan anárquico.

Equipos como el Bayern o la Virtus han dejado buenos momentos en el mes de enero, especialmente el equipo alemán, aunque me siento en la obligación de volver a destacar el triunfo del equipo de Scariolo en el Palau. Pudo haber sido un punto de inflexión para los italianos… de haber ganado al Olympiakos en el siguiente partido. Vale la pena señalar este encuentro, porque después de verlo surgen inmediatamente preguntas pertinentes: ¿Cómo es posible que durante décadas dos árbitros lo viesen casi todo?, ¿Por qué ahora que tres árbitros disponen de todos los medios audiovisuales a su alcance no ven cosas que todo el mundo ve? Seré honesto, no hay una respuesta exacta. Al menos yo no me siento legitimado a darla, la historia está en que si todo estuviese tan claro, no tendría que salir la Euroliga a reconocer errores con tanta frecuencia.

Pierriá Henry y Paul Zipser

A finales de enero, con doble jornada esperando la próxima semana, tan solo podemos ir descartando a Panathinaikos, Asvel, Alba Berlín y Olimpia Milano. Ningún tono de terciopelo ayudará a tapar la decepción que supone el hundimiento del equipo de Messina. La gente se ha despedido de las ilusiones. Cuando tu equipo no deja de perder, un entrenador con el poder que Messina tiene en el Olimpia se convierte en culpable. Esta es una asociación muy simple. Se trata de evolucionar al compás de los tiempos. Y en Milano, esa evolución no existe. O si hay evolución, al menos yo no la veo. Si la critica es constructiva, suele traer más beneficios que daños. Si la critica se basa tan solo en gustos o disgustos personales, me tomaré la licencia de no unirme a la inmensa mayoría que reclama revivir viejas tradiciones romanas consistentes en la eliminación de cualquier mérito que recordase al condenado y los restos de su obra. Messina es un leyenda viva del baloncesto. Su problema es que parece desconectado de la realidad actual. Sirva su actual situación para recordarnos que el hombre es imperfecto.

 

 

 

 

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